Germán Medina: “Calicasas necesita infraestructuras para toda la población"

El alcalde del municipio metropolitano reclama mayor apoyo institucional para afrontar el desarrollo económico que necesita

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Germán Medina apuesta por Calicasas | Foto: M. Gómez
Toni Nogueras
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En 'Nuevos líderes para nuevos territorios', el formato de entrevistas especiales de GranadaDigital, damos voz a los alcaldes y representantes de municipios que, lejos del foco mediático constante, están transformando poco a poco la provincia de Granada desde sus raíces. Son pueblos con historia, con personalidad, y con mucho por decir. Son territorios que reclaman su lugar dentro del presente y el futuro de una provincia que crece, cambia y se proyecta hacia adelante. Y uno de esos municipios es Calicasas.

Situado a escasos minutos de la capital granadina, Calicasas pertenece al área metropolitana, pero conserva ese sabor auténtico de los pueblos de antes. A pesar de contar con poco más de 600 habitantes, su historia está marcada por el paso de múltiples culturas. Por estas tierras transitaron romanos y musulmanes, y aún hoy se conservan restos patrimoniales como un acueducto —actualmente en estudio— que conecta al municipio con su pasado milenario.

Pero si Calicasas es importante, no es solo por su historia, sino por su presente y proyección. Con una ubicación estratégica, rodeado de municipios con los que mantiene relaciones de cooperación activa, el pueblo afronta el reto de crecer, ofrecer servicios modernos, retener a los jóvenes y seguir siendo un ejemplo de comunidad viva, cohesionada y comprometida. Su alcalde, Germán Medina, es un claro exponente de esa nueva generación de ediles que se arremangan cada día para transformar sus pueblos desde la cercanía, la escucha activa y el trabajo en red.

Pregunta (P): ¿Cómo describiría Calicasas a alguien que no lo conoce?

Respuesta (R): Calicasas es un pueblo pequeño, pero con mucha historia. Está muy cerca de la autovía que va hacia Jaén, apenas a dos kilómetros, y aunque no todos lo sitúan en el mapa, cuando lo conocen se sorprenden. Por aquí han pasado muchas culturas: tenemos un acueducto que puede ser romano o árabe, todavía lo están estudiando. Eso demuestra que somos parte del hilo histórico de esta provincia. Es un lugar tranquilo, muy familiar, donde nos conocemos todos.

P: ¿Cómo influye esa cercanía en la forma de gobernar?

R: Totalmente. En un pueblo como este no gobiernas desde un despacho, gobiernas desde la calle, desde la conversación con el vecino que te para en la plaza o te escribe un WhatsApp para decirte que una farola no funciona. Yo siempre digo que no soy “el alcalde”, soy Germán, el vecino de siempre, con un poco más de responsabilidad. Y eso te da una perspectiva única. Conoces a la gente, sus problemas, sus necesidades reales. Pero también implica mucha dedicación, porque aquí la desconexión es casi imposible.

P: Más de una década en la política local. ¿Cómo ha cambiado Calicasas en este tiempo?

R: Muchísimo. Hemos pasado de calles de tierra a tener avenidas, más asfaltado, equipamientos, un mejor acceso a servicios. Hemos mejorado poco a poco, con recursos muy ajustados, pero sin dejar de avanzar. Ahora estamos trabajando en recuperar esa memoria visual con un proyecto fotográfico que mostrará cómo ha cambiado el pueblo en las últimas décadas. Y eso emociona.

P: ¿Cuáles son las necesidades más urgentes de Calicasas?

R: La necesidad más importante ahora mismo es espacio. El Ayuntamiento es el único edificio público y allí se concentra todo: administración, consultorio médico, salón de actos, salas culturales… Todo. Ya estamos proyectando un tercer edificio que sirva como complemento, gracias a fondos provinciales, pero es solo el principio. Calicasas necesita diversificar sus servicios si quiere crecer.

P: Hace uno meses, conocimos esa discrepancia entre la Diputación de Granada y algunos municipios (entre ellos Calicasas) que reclaman la llegada de las ayudas procedentes de los fondos europeos. ¿Cómo va esa exigencia por parte de los municipios afectados?

R: La situación no es la que quisiéramos. La Diputación existe, entre otras cosas, para apoyar a los pueblos pequeños. Nosotros no generamos ingresos suficientes para acometer grandes proyectos sin ayuda externa. Necesitamos más apoyo de Diputación, Junta de Andalucía, incluso de fondos europeos. Muchas veces no se trata de falta de ideas o de ganas, sino de presupuesto. Y ahí es donde más se nota la diferencia entre un pueblo pequeño y uno grande.

P: ¿Qué peso tiene la juventud en la vida de Calicasas?

R: Muchísimo. Para mí es un colectivo prioritario. Yo también trabajo con jóvenes fuera del Ayuntamiento, así que conozco bien sus inquietudes. En estos años hemos relanzado la asociación juvenil, les hemos implicado en actividades como bingos, fiestas temáticas, talleres, cursos de formación... Queremos que sientan que su pueblo también es su lugar, que no tengan que buscar siempre fuera lo que podrían encontrar aquí. Y lo intentamos también con ocio y deporte.

P: Precisamente, Lucrecia, una vecina, preguntaba por instalaciones deportivas. ¿Qué se está haciendo?

R: Tenemos un polideportivo muy completo para el tamaño del municipio. Dos pistas de pádel, una de tenis, una pista multiusos… pero nos falta lo que más demandan: un campo de fútbol de césped. Es un proyecto muy caro, pero que daría mucha vida, sobre todo para atraer actividad juvenil. Estamos trabajando para conseguir financiación y hacerlo realidad.

P: ¿Y a nivel cultural? ¿Puede Calicasas convertirse en un referente por su historia?

R: Esa es otra de mis aspiraciones. Tengo una idea muy bonita que conectaría la historia del pueblo con la dinamización del comercio local: bares, tiendas, panaderías… Queremos que Calicasas tenga algo que mostrar, algo único, y eso pasa por poner en valor nuestro pasado. Pero, de nuevo, sin ayuda económica es complicado. Por ahora vamos priorizando necesidades básicas, pero esa idea está ahí, esperando su momento.

P: Otro reto es la convivencia y la cohesión social, ¿cómo se trabaja eso en Calicasas?

R: Desde la cercanía. Conozco a la mayoría de los vecinos por nombre, incluso por mote. Me gusta escuchar sus propuestas, sus ideas, y si algo tiene viabilidad, se estudia y se hace. No creo que un alcalde tenga que imponer su criterio, sino facilitar el diálogo. Y eso se nota en la buena convivencia del pueblo. Hay seis asociaciones activas, gente muy implicada, como el grupo de ganchilleras, que hacen un trabajo increíble. Todo suma.

P: ¿Cómo gestiona la doble vida como maestro y alcalde?

R: Con organización y mucha vocación. No tengo reducción de jornada en mi trabajo, así que compagino ambas cosas. Por las tardes o alguna mañana a la semana estoy en el Ayuntamiento, y siempre disponible por teléfono. Mi despacho está abierto, y si estoy dentro, subo la persiana para que se vea que estoy allí. No me molesta que me paren por la calle, al contrario. Esa es la esencia de un pueblo como Calicasas.

P: Y para cerrar, ¿qué tiene Calicasas que no tenga ningún otro lugar?

R: Tiene alma. Es un pueblo familiar, acogedor, donde se vive bien, donde la gente se cuida. Se come genial —te recomiendo las carnes en salsa de Casa Encarni o la ensalada de Los Pedros— y en verano hay vida por todas partes. Puede que no tengamos grandes infraestructuras, pero tenemos algo que no se compra con dinero: comunidad.

Pueden disfrutar de la entrevista al completo en el vídeo de este texto y en el canal de Youtube de GranadaDigital.







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