‘Cuidamos una Granada para vivir’: una jornada para aprender de experiencias en las Zonas de Bajas Emisiones

Expertos y responsables de otras ciudades abordan la implantación de dicha medida mediante un análisis del contexto y el desarrollo que conlleva

coches en Granada
La necesidad de este tipo de encuentros se hace evidente en ciudades como Granada, que se encuentra inmersa en el proceso de implantación de su propia ZBE | Foto: Antonio L. Juárez
Juan Pérez Martín
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En un momento de transformación urbana crucial, la ciudad de Granada acoge este miércoles en el Carmen de los Mártires una jornada que llega en el momento justo: Cuidamos una Granada para vivir. Este evento no es solo una exposición técnica ni una simple mesa de debate institucional. Es una oportunidad para resolver dudas, compartir experiencias reales, anticiparse a conflictos sociales y diseñar de forma colectiva una Zona de Bajas Emisiones (ZBE) eficaz, comprensible y justa para todos.

La necesidad de este tipo de encuentros se hace evidente en ciudades como Granada, que se encuentra inmersa en el proceso de implantación de su propia ZBE, al igual que otras ciudades vecinas como Málaga y Almería. Y como han demostrado otras grandes capitales europeas y españolas -como puede ser el ejemplo de Madrid- no basta con aplicar una norma: hay que explicarla, planificarla y ofrecer alternativas reales a la ciudadanía. Porque solo así se construyen consensos duraderos y se evita que una medida medioambiental necesaria se convierta en un foco de tensión urbana.

¿Por qué una Zona de Bajas Emisiones?

Desde la aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética en 2021, todos los municipios españoles de más de 50.000 habitantes están obligados a establecer Zonas de Bajas Emisiones. Se trata de una medida estructural para reducir las emisiones contaminantes, mejorar la calidad del aire y proteger la salud pública. No es una opción política, sino una exigencia legal que responde a una realidad incuestionable: la contaminación atmosférica mata y degrada la calidad de vida en nuestras ciudades.

En el caso de Granada, la orografía cerrada, las condiciones de ventilación y los elevados niveles de tráfico privado agravan la acumulación de partículas nocivas, especialmente de dióxido de nitrógeno. De hecho, en algunas zonas se superan con frecuencia los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

Por eso, la Zona de Bajas Emisiones de Granada, ya en fase de activación, restringirá progresivamente la circulación de los vehículos más contaminantes en el centro urbano. El objetivo último es avanzar hacia una ciudad más limpia, segura, silenciosa y habitable. Pero también más inclusiva.

Una jornada para aprender entre ciudades

El evento ‘Cuidamos una Granada para vivir’ se estructura en tres grandes bloques temáticos, precedidos de una apertura institucional liderada por la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, que dará la bienvenida por parte del Ayuntamiento de Granada, actuando como anfitriona en un esperado y anhelado encuentro por el devenir de la ciudad andaluza.

El primer plato fuerte será la conversación entre la meteoróloga y presentadora Rosemary Alker (quien además modera toda la jornada) y Francisco de Borja Carabante, segundo teniente de alcalde de Madrid y responsable del área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad. Juntos repasarán los orígenes de Madrid Central, el tránsito a Madrid 360 y cómo la capital logró reducir drásticamente los niveles de NO₂ en sus zonas más críticas. Un ejemplo útil para Granada a la hora de anticipar resistencias, explicar decisiones y corregir errores antes de que se agraven.

Primera mesa redonda: los retos de arrancar

Después se celebrará la primera mesa redonda, centrada en los obstáculos iniciales de cualquier ZBE: cumplimiento normativo, dudas ciudadanas, conflictos económicos y la necesaria adaptación de las ordenanzas municipales a las exigencias climáticas europeas. Participarán en ella Ana Isabel Agudo Martínez, tercera teniente de alcalde y concejala de Movilidad, Protección Ciudadana, Agenda Urbana, Sostenibilidad y Fondos Europeos del Ayuntamiento de Granada; María Trinidad Hernández Méndez, concejala de Movilidad del Ayuntamiento de Málaga; María del Mar García Lorca, concejala de Función Pública y Seguridad Ciudadana de Almería; y María José Aparicio Sanchiz, coordinadora general de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid.

Segunda mesa redonda: diseño y tecnología al servicio del aire limpio

El enfoque se desplazará después al plano técnico: cómo planificar de forma eficiente una ZBE que funcione en la práctica. Se hablará de ingeniería urbana, sensores, plataformas de gestión y planificación integrada junto a la tecnología que requiere todo este proceso. En esta estarán Marta Alonso Anchuelo, directora general de Gestión y Vigilancia de la Circulación; Francisco Requena Álvarez, coordinador general de Movilidad del Ayuntamiento de Granada; Alberto Romero Bailén, asesor de Movilidad del Ayuntamiento de Málaga; y David Álvarez Castillo, consultor y experto en movilidad y consejero del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.

Tercera mesa redonda: salud, aire y calidad de vida

El cierre de la jornada abordará el impacto más importante y menos discutido de las ZBE: su efecto directo en la salud pública y la calidad del aire. Porque reducir la contaminación no es solo una cuestión ambiental, sino médica. Los datos muestran que la mejora de la calidad del aire reduce enfermedades respiratorias, cardiovasculares y mejora el bienestar general de la ciudadanía. Hablarán sobre ello Encarna de Vega Pastos, subdirectora general de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Madrid; Nicolás Olea Serrano, catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, además de experto en tóxicos ambientales; y Bernardino Alcázar, jefe de la sección de Neumología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves.

¿Y ahora qué?

Con el evento de este miércoles, Granada se coloca en la línea de salida hacia una ciudad más moderna, más verde y más pensada para las personas. Las ZBE no deben ser un motivo de división, sino una herramienta de consenso. Pero para ello, es imprescindible escuchar, aprender y construir entre todos.

‘Cuidamos una Granada para vivir’ no resolverá todos los desafíos, pero sí puede marcar un antes y un después en la forma en la que la ciudad se enfrenta a ellos. El camino hacia un aire más limpio y una ciudad más saludable comienza escuchando a quienes ya han transitado por él.







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