Cómo evitar los accidentes más comunes en nuestros hogares
Los accidentes domésticos pueden afectar a personas de cualquier edad, aunque los niños y las personas mayores suelen ser los más vulnerables

Aunque solemos asociar el hogar con seguridad y bienestar, las cifras revelan una realidad distinta: en España se producen cerca de un millón de accidentes domésticos al año, lo que equivale a unos 3.000 al día. Un entorno familiar puede volverse inesperadamente peligroso si no se toman medidas básicas de prevención.
Los expertos advierten que la familiaridad con el entorno hace que a menudo bajemos la guardia. Pequeños descuidos, instalaciones defectuosas o una rutina apresurada pueden acabar en caídas, cortes o incluso incendios.
Los accidentes más comunes en el hogar y cómo prevenirlos
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Caídas: Son el tipo de accidente más habitual, y afectan especialmente a personas mayores y niños. Los motivos son múltiples: juguetes en el suelo, alfombras mal colocadas o iluminación insuficiente. Para prevenirlas, se recomienda mantener los pasillos despejados, instalar alfombras antideslizantes y revisar la iluminación de toda la vivienda.
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Cortes: Los utensilios de cocina, el vidrio roto o herramientas mal utilizadas pueden provocar cortes de diversa gravedad. Guardar cuchillos y objetos punzantes en lugares seguros y utilizar superficies estables para cortar puede marcar la diferencia.
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Quemaduras e incendios: La cocina es el epicentro de estos incidentes. Velas encendidas, planchas o estufas sin supervisión son riesgos latentes. Es esencial revisar la instalación eléctrica y del gas periódicamente y nunca dejar a niños sin vigilancia cerca de fuentes de calor.
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Intoxicaciones: El almacenamiento inadecuado de medicamentos o productos de limpieza es una causa habitual de intoxicaciones, sobre todo en menores. Estos productos deben mantenerse fuera del alcance infantil, en armarios altos y correctamente etiquetados.
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Electrocuciones: Tocar enchufes, cables pelados o electrodomésticos defectuosos puede generar descargas eléctricas graves. La solución pasa por no sobrecargar enchufes, revisar regletas y desconectar aparatos que no se usen.
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Asfixias o inhalación de gases: El monóxido de carbono o la mala ventilación pueden generar situaciones peligrosas. Ventilar a diario y usar estufas según indicaciones ayuda a prevenir problemas respiratorios o intoxicaciones.
Seguridad infantil: vigilancia, protección y educación
Cuando hay niños en casa, la prevención requiere medidas específicas. Cleverea destaca la importancia de cerraduras de seguridad en cajones y armarios, protectores de enchufes, barandillas en escaleras y balcones, y sobre todo, una supervisión constante. También es vital enseñar desde edades tempranas normas básicas de seguridad en el hogar.
Más allá de las precauciones, contar con un seguro de hogar integral es clave para estar protegidos ante cualquier imprevisto. No solo frente a incendios, robos o daños por agua, sino también en casos de responsabilidad civil, si el accidente afecta a otras personas. La conclusión es clara: el hogar puede y debe ser un lugar seguro, pero no por ello libre de riesgos. La combinación de prevención activa y protección aseguradora es la mejor receta para disfrutar del hogar con tranquilidad.
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