Cocinar tortilla de patatas: el temor culinario que comparten los españoles

Las razones son múltiples, aunque giran en torno a tres factores clave: la complejidad técnica, la presión social y la falta de tiempo

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Una tortilla de patatas lista para servir | Foto: EP
GranadaDigital
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La tortilla de patatas, uno de los iconos más reconocibles de la gastronomía española, se ha convertido en una fuente de preocupaciones para muchos. Un estudio elaborado por Salvetti Llombart para Lay’s revela que más de 13 millones de españoles reconocen sentir miedo al cocinarla. En Andalucía, la cifra supera los dos millones de personas, y es especialmente alta entre los jóvenes de 18 a 24 años.

Las razones detrás de este fenómeno son múltiples, aunque giran en torno a tres factores clave: la complejidad técnica, la presión social y la falta de tiempo. Un 60% de los encuestados considera que es difícil lograr que una tortilla salga bien, mientras que un 43% asegura que cocina menos por el tiempo que requiere este tipo de platos. La imagen de la tortilla perfecta -jugosa, dorada, bien cuajada y redonda- sigue estando asociada a cocineros experimentados o a abuelas con décadas de práctica, lo que genera una barrera psicológica para muchas personas.

Entre los temores más frecuentes, se encuentra el famoso momento de darle la vuelta a la tortilla, que un 46% de los andaluces identifica como la parte más estresante del proceso. Le siguen preocupaciones como que dependa demasiado de la sartén que se use (41%) o que quede seca (37%). Esta suma de incertidumbres convierte lo que debería ser un plato cotidiano en un reto que muchos prefieren evitar.

Los expertos en alimentación apuntan a varios factores culturales y sociales que alimentan este miedo. Por un lado, las redes sociales y los programas de cocina han elevado el listón de lo que se considera una "buena tortilla", con resultados que rara vez coinciden con los de un cocinero amateur. Por otro, la pérdida de tradición culinaria en las nuevas generaciones y la falta de tiempo para cocinar con calma contribuyen a que recetas como esta se perciban como demasiado exigentes para el día a día.

Además, existe una presión implícita por hacerla bien, no solo por el sabor, sino también por cuestiones como el aspecto, el punto de cocción y el eterno debate sobre si debe llevar cebolla o no. Esto refuerza la percepción de que la tortilla de patatas no es solo una receta, sino una prueba de nivel culinario.







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