El campo granadino "va a tener que parar" por el precio de los suministros

Asaja Granada asegura que la subida de los costes de los abonos, la luz o el gasóleo está lastrando la economía del sector

Foto NP ASAJA GR. El campo va a tener que parar
El campo de Granada | Foto: Asaja Granada
Gabinete
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La situación era límite a finales de 2021 con la subida del combustible respecto del año anterior un 78%, de los fertilizantes hasta el 200% y del precio de la luz el 270%, lo que hacía que se doblara la inversión para iniciar las labores de siembra de las explotaciones agrícolas, con la incertidumbre, además, de la falta de lluvias y la declaración de sequía extraordinaria en el 80% de la cuenca del Guadalquivir con tres unidades territoriales de la provincia de Granada afectadas por restricciones de riego: la Hoya de Guadix, Vegas Altas de Granada, Cubillas-Colomera y el Altiplano. Y vamos a peor.

Las lluvias de estos últimos días dan un respiro al campo y muchos agricultores podrían animarse a abonar sus cultivos tras las siembras, solo que el precio de uno de los abonos de cobertera más utilizados por los agricultores, la urea, está al desorbitado precio 1.200 euros/tonelada (+20% en tres meses) y sus bolsillos no dan para más, ni tampoco habría para todos en los almacenes porque las empresas suministradoras no han hecho acopio. Se ha disparado igualmente el precio del gasóleo, que en poco más de quince días ha pasado de 1,064 euros/litro a 1,47 euros/litro y ni qué decir del precio de la luz a 227,64 euros/MWh de media los últimos tres meses, doblando el precio récord de 2021. Todos estos factores están lastrando la economía del sector primario, que va a tener que parar, porque los agricultores y ganaderos no solo no están cubriendo costes, sino que trabajan para arruinarse.

Desde Asaja Granada consideramos que está en juego la continuidad de las explotaciones agrarias y ganaderas granadinas y exigimos al Gobierno que no siga haciendo caja con los impuestos y tome medidas para abaratar los costes energéticos. Se debe, además, aplicar la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria aprobada el pasado mes de diciembre de 2021, que todavía no ha puesto en marcha las medidas en ella previstas, y otras como la contratación de dos potencias eléctricas a lo largo del año discriminando la época de riego y de no riego, así como la bonificación de hasta un 35% y un 15% de la factura del gasóleo y la de los plásticos y fertilizantes.







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