Antonio Fuentes, el visionario que pasó de fabricar televisores a abrir su propio canal y cablear Granada

Pionero de la televisión local, fue el primero en llevar hasta la capital cadenas como Antena 3 o Eurosport, y en la actualidad es su hija Claudia quien regenta TM Digital, la operadora de fibra nacida en el Realejo fruto de aquel proyecto

Entrevista a Antonio Fuentes creador  de TM Digital
Antonio Fuentes sujeta un rollo de cable y un aparato generador de señales para televisión en color | Reportaje fotográfico: Antonio L. Juárez
Miguel López Rivera
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El día de los enamorados de 1986, mientras el grupo sueco Europe publicaba The final countdown, uno de sus sencillos más legendarios, Antonio Fuentes también hacía historia a su manera convirtiéndose en pionero en Granada, y uno de los primeros en toda España, de la televisión por cable. Su historia es una de esas que, llevada a la actual era de las tecnologías de la comunicación, bien podría figurar en algún espacio de Silicon Valley como ejemplo de emprendimiento, persistencia y capacidad para transformar ideas en negocios. Es la historia misma de la evolución de la televisión, los cambios de propiedad en los medios, la capacidad de éstos para influir en la opinión pública y vertebrar un entramado social o los deseos del poder por controlarlos. Pero todo a nivel local.

Lo que comenzó siendo un canal de televisión al que, en sus inicios, se conectaban los vecinos del Realejo, hoy es TM Digital, la empresa de telecomunicaciones granadina que ofrece a particulares y empresas un servicio integral de internet, teléfono y televisión por cable. Su valor diferencial reside en que hunde sus raíces en la idiosincrasia de la tierra que inspiró los versos del ciego de Icaza. El trato cercano —como el del antenista de toda la vida al que nada más entrar en casa ya le pones una Coca-Cola— contrasta con el hecho de que sea un operador con licencia en toda España. No es algo habitual en este tipo de compañías, pero se trata de una continuación de aquello que ha funcionado a lo largo de casi cuatro décadas.

La fisonomía de la empresa que Antonio fundó hace ya casi 36 años ha cambiado mucho respecto a la que tiene actualmente. Para empezar porque ahora es su hija, Claudia Fuentes, quien rige sus designios. Eso sí, desde el mismo lugar de siempre, en Honda del Realejo, un callejón sin salida de Plaza Fortuny con espacio completamente reservado a los vehículos de TM y con dos locales anexos en sus confines. En uno, donde otrora se hacía la producción televisiva, ahora se atienden llamadas y se realizan las labores de taller. El otro se encuentra en reformas y terminará siendo la oficina principal de la compañía. Pero a mediados de los ochenta albergaba tres platós en los que se presentaban los primeros espacios televisivos que informaban a los granadinos sobre lo que pasaba en sus barrios.

La historia de TM Digital, de Antonio Fuentes y de cómo abrió la primera televisión local de Granada y se convirtió en el pionero de la transmisión por cable en la provincia nadie la puede contar mejor que el propio Antonio. GranadaDigital se ha citado con él en una cafetería cercana a las oficinas de la empresa "donde, no sé por qué, he cerrado todos los negocios que he hecho en mi vida", comenta a medio camino entre la risa y el asombo de quien acaba de descubrir algo. A sus 81 años, ya está jubilado pero sigue haciendo su vida de siempre, pendiente de todo lo que pasa en TM, aunque ahora sea dirigida por su hija. "Trabajar es lo que siempre ha hecho y no se le puede quitar de su vida", explica con una devota admiración Claudia mientras su padre se somete a la sesión de fotos de rigor.

"Empecé en Mallorca fabricando televisores en blanco y negro. Después en color. Para el Mundial de Argentina 1978, una multinacional del sector me pidió que fabricara televisores con su nombre, pero me pilló una suspensión de pagos por la que me indemnizaron con 300 millones de pesetas, que aunque en la época era una pasta estaba por debajo de lo que yo esperaba y me generó problemas", arranca enérgicamente Antonio. ¿Cuál era el problema? Ante los proveedores de piezas él era el responsable, pese a que les pagaba en letras de cambio en nombre de un tercero —la multinacional que le hacía los encargos—, así que esas letras comenzaron a devolverse. "No tenía capacidad ni dinero para afrontar tal demanda", resume.

Telemundo, pero no la estadounidense

Fue entonces cuando el protagonista de esta historia decidió volver a su Granada natal para abrir su propia empresa de televisores. El nombre, Telemundo, le sonará al lector, aunque por motivos muy distintos a los que motivaron en Puerto Rico el nacimiento de la popular cadena estadounidense con programación en español.

"En aquel momento yo estaba en el Ejército, concretamente en Aviación, y quería licenciarme en Ingeniería. Le dije a un compañero que le iba a poner Telesur —que casualmente también es el nombre de otro canal multiestatal de Latinoamérica con base en Venezuela— pero me enteré de que en la Cuesta de Gomérez precisamente había un hombre que fabricaba televisores cuyo negocio se llamaba Telesur. Me pidió que no le pusiera el mismo nombre y cuando le pregunté que qué podía ponerle me contestó: 'Pues ponle Telemundo'". Y de Telemundo a TM. Así empezó todo.

Conoció al alcalde de Marinaleda tras reparar unas máquinas cosechadoras de este municipio el día que España le ganó 12-1 a Malta, y después cableó todo el pueblo

Con hijos a su cargo y los problemas económicos que le había dejado su anterior etapa en Mallorca, Antonio tenía que multiplicar sus ingresos. Por eso, no solo se dedicó a los televisores, sino que comenzó también a arreglar "cualquier cosa que me traían". "Terminé de reparar unas máquinas cosechadoras de Marinaleda el día que España le ganó 12-1 a Malta, lo que me permitió hacer amistad con Sánchez Gordillo —alcalde de ese municipio desde las primeras elecciones democráticas— y a raíz de aquello cableé todo el pueblo para que se pudiera ver la televisión por cable", relata.

Aunque si una provincia está cableada por sus manos esa es Granada. Máxime la capital, sobre todo en el mismo Realejo, el Sacromonte y el Albaicín. Y también otros municipios como Santa Fe, Montefrío, Huétor Tájar y Alfacar. "Además, tenemos acuerdos con Telefónica para usar y dar fibra a nivel nacional y actualmente disponemos de 130 canales en nuestra oferta", apunta su hija Claudia.

Los inicios de Canal 45

Y así fue como comenzó la aventura de la televisión por cable. Primero, aquel 14 de febrero de 1986, dando servicio de vídeo comunitario a los vecinos del Realejo. Y al año siguiente abriendo su propia cadena. Canal 45 emitía tanto por onda terrestre como en la plataforma por cable, con información y películas, primero, y después también con programación divulgativa y entretenimiento. "Comenzamos a emitir programas. Primero uno para niños por las mañanas. En Pedro Antonio había un laser tag —videojuego de pistolas láser muy popular en la época— y los chavales entraban a jugar por teléfono. Había premios para los ganadores", explica Antonio.

Aquella suerte de La Banda o Club Megatrix cuando todavía no habían nacido Canal Sur ni Antena 3 no era el único formato que Antonio, un adelantado siempre al tiempo que le tocó vivir, iba a idear. Por las mañanas se emitían programas de abogados, médicos o psicólogos y por las tardes otros dedicados al público infantil y los deportes. Y hasta uno de fenómenos paranormales llamado El Coleccionista de los Arcanos, que llegó a grabar desde el edificio Catastro, en calle Mesones. Inmueble supuestamente encantado que albergó la sede la Diputación Provincial y los famosos Almacenes Woolworth, cuyos vigilantes, dicen, no querían hacer el turno de noche porque las escaleras mecánicas se ponían en funcionamiento sin que nadie presionara botón alguno.

Aunque si había una seña de identidad del Canal 45 era su carácter eminentemente granadino y la atención a los problemas de la ciudad y sus barrios. "Hacíamos programas con las 32 asociaciones de vecinos de la época. Dos de ellas, y una era la del Estadio de la Juventud, no estaban ni siquiera reconocidas entonces", recuerda Antonio. Otro espacio de debate 'malafollá' por excelencia fue Tertulias en el Campo, que como su propio nombre indica se grababa en el Campo del Príncipe: "Improvisábamos dos platós. Uno delante del Cristo y otro en la terraza de un bar. Duró poco como programa diario. Después de una tertulia en la que debatíamos sobre 'toros sí o toros no' se formó el show, como te puedes imaginar". A partir de ahí pasó a hacerse solo los sábados desde las 22.00 hasta que se terminara, pero con un descanso a la una cuando pasaba el camión de la basura, "momento en el que tocaba una banda de música municipal", cada día de un pueblo distinto.

Su vocación de servicio público era incuestionable, lo que se demuestra en el hecho de que también fuera pionero en la interpretación televisiva para sordomudos. El gran problema que afrontaba Antonio es que por aquellos entonces no había una regulación televisiva avanzada como la de ahora, por lo que la televisión por cable era alegal, que no ilegal. A una de aquellas Tertulias en el Campo se presentó Pedro Temboury, gobernador civil de Granada de la época. "Estaba asustado porque yo creía que nos iba a cerrar, y de hecho comentó que aquello era alegal, pero se quedó maravillado con el programa. Menos mal", rememora con media sonrisa y gesto de alivio.

Parapanda y el Albaicín

Antonio conserva fotos con Carrillo, Fraga, Aznar o Alfonso Guerra y no olvida un debate entre los candidatos popular y socialista de entonces a la Alcaldía de la capital: Gabriel Díaz Berbel y Jesús Quero. Menos famoso era el líder de un grupo radical que protagonizó un capítulo de la historia de Canal 45 que nunca podrá olvidar su creador. "Lo conocía porque él tenía una tienda de electrodomésticos y me pasó una cinta de vídeo para que se la emitiera por la tele. Le dije, lógicamente, que antes tenía que verla yo. Un día subió a Parapanda —la sierra granadina donde se encuentran los repetidores televisivos— y nos apagó la luz, cortando la emisión de la cadena. Allí mismo, con mi mujer y mi hija recién nacida presentes me sacó en otra ocasión la pistola y me dijo que le tenía que emitir la cinta sí o sí", cuenta atónito.

Aquel momento de tensión se resolvió sin lamentar daños, pero no se quedó ahí. "En esas fechas, en vísperas del Mundial de Esquí de 1995 que no llegó a celebrarse, fuimos a emitir un programa de niños a Las Perdices y cuando llegamos todo eran llamadas llamándonos "fachas". Subieron a Parapanda, desconectaron el enlace y dos chavales armados con fusiles reprodujeron la cinta que yo no quise emitir". Antonio lo recuerda ahora con una sonrisa, pero aquel incidente "tuvo eco en toda la prensa nacional de la época". No en vano, cuando avisó a la Guardia Civil, la Benemérita "movilizó inspectores antiterroristas y rodearon toda la sierra porque no sabían qué podían encontrarse allí. Incluso me recomendaron llevarme a los niños de mi casa".

El incidente de Parapanda terminó de convencer a Antonio de cerrar el canal

A partir de entonces, decidió cesar las emisiones de Canal 45 por ondas y conectar en su lugar Eurosport. No fue la única cadena importante que trajo a la provincia de Granada por primera vez. "También Antena 3, cuya señal repetíamos dos días después de que saliera a nivel nacional, porque por aquellos entonces solo se veía en Madrid y Barcelona. Un logro que le tengo que agradecer a Pepe Olmedo, director de Antena 3 Radio en Granada".

Otra anécdota que recuerda Antonio es la de cuando quiso eliminar las antenas de televisión terrestre en el Albaicín para meter el cable "a cambio de una peseta". "Era un servicio a la comunidad que queríamos hacer gratuitamente, pero nos dijeron que mejor pusiéramos un precio aunque fuera simbólico. Tenía un coste bastante alto. Obviamente que tenía un beneficio para mí, pero lo hacíamos más bien por Granada", pero no lo iba a tener fácil. "Cuando vino Clinton nos dijeron los vecinos que iban a quitar las antenas y poner gratis Vía Digital. Se lo hicimos saber al alcalde Díaz Berbel y nos enteramos de que había alguien más detrás. Una persona de mi confianza me llegó a reconocer que el problema para que dicho proyecto no saliera adelante era que yo no quería ceder un 10% de mi empresa a cambio de llevarlo a cabo", expone años después.

De Canal 45 a cablear Granada y TM Digital

Con más televisiones locales ya en el aire, y tras el incidente de Parapanda, Antonio ya tenía la firme convicción de reorientar su negocio cien por cien hacia la venta de servicios de comunicaciones. Antes había suscrito acuerdos con la mítica Telenieve, que anunciaría su plataforma por cable a cambio de que en ésta se pudiera ver dicha cadena. Y en esas aparecieron los Machado, familia propietaria de Radio Granada desde su mismo nacimiento a mediados de los años treinta hasta la actualidad: "Primero quisieron comprar Canal 21, pero no se llegaron a entender, y entonces lo intentaron conmigo, que era la única persona en Granada con licencia para emitir por onda porque habíamos ganado un juicio de telecomunicaciones".

La operacción se llevó a cabo, pero con una condición. Antonio tendría que retransmitir Canal 45 a través del cable en Semana Santa: "Ellos querían hacer una Semana Santa como nunca se había hecho y llegamos a tener 16 cámaras en red cada día en puntos como el Albaicín, el centro o Santo Domingo. Eran jornadas intensísimas. Un solo empleado llegó a cobrar en una Semana Santa hasta 172 horas extras". "Agarrábamos un cable de televisión desde Santo Domingo y lo traíamos hasta nuestra cabecera. Lo poníamos en un modulador, lo enchufábamos en nuestra red y por unas frecuencias especiales le mandábamos la señal a Adolfo Machado. Así durante tres años", abunda en relación a lo anterior.

Tras la venta de Canal 45, que fue renombrado como Alhambra RTV, después asociado a la red de televisiones de Prisa Localia TV y, más tarde, recuperado como Granada TV, el reto de Antonio ya sí era claramente "el del cable". "Ahí empezamos a cablear Granada, poner las cadenas en digital o a meter fibra óptica para la televisión. En la fibra óptica sí que fuimos pioneros", presume.

Cableó la capital y cabreó a la administración. "A mediados de los noventa llegamos a tener otros tantos canales. Nos dieron dos años para hacer un proyecto, presentarlo y que fuera aprobado o tendríamos que cerrar si llegaba Supercable a la ciudad". Y entonces vino un golpe de suerte: "Me tocó el sorteo de la ONCE y pensé que ya lo tenía financiado. Faltaban tres días para que yo tuviera que cerrar cuando me llegó la segunda de las dos licencias de operador, la C1 —la otra era la C— y cuál fue mi sorpresa que no solo era a nivel local, sino como operador nacional. Licencia que ya me he guardado de conservar". Y hasta la actualidad.

Hoy, TM Digital es un proveedor de servicios de internet, telefonía, televisión por cable e incluso alarmas, resultado de aquel romántico experimento que acabó marcando la agenda de los medios de la capital. Claudia Fuentes destaca que "no llamamos a los clientes para venderles nada, sino para subirle la velocidad gratuitamente como hicimos el 6 de enero como regalo de Reyes". Pero sus señas de identidad permanecen intactas. Y también su labor de contribuir al desarrollo tecnológico de la ciudad, como demuestra el hecho de que en su momento organizaran las primeras jornadas de smart city que se han celebrado en Granada o su intención para expandir el wifi por todas las plazas de la capital.

Los tiempos han cambiado. La televisión local casi ha desaparecido. Ahora quienes reparten el bacalao son plataformas como Netflix o DAZN. Pero Antonio y Claudia, fieles a su tradición, no son ajenos a los vientos de cambio actuales y ya han incluido a TM Digital en una OTT formada por los operadores locales que promete dar guerra a los gigantes del sector: Zapi TV. De una forma u otra, los Fuentes siempre por delante.







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