Las mujeres de la Iglesia alzan la voz: "Basta ya de una imagen de Dios masculina, Él es padre y madre"

El feminismo llega dentro de la Iglesia Católica y pide una mayor participación en la toma de decisiones y la llegada al sacerdocio

Foto buena
Reunión de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia para presentar un acto | Foto: GD
Jero Camero
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Un nuevo 8 de marzo en el que sigue habiendo un largo camino por recorrer. El feminismo sigue avanzando, pero hay puntos en los que el cierre hermético de una sociedad que ha crecido en torno a la figura del hombre hace que sea complicado abrir nuevas vías.

La Iglesia es uno de ellos. La figura de la mujer, en cuanto al catolicismo tradicional se refiere, ha estado opacada por diversos motivos. Desde los inicios de las sagradas escrituras se interpretó a la mujer como un símbolo pecaminoso y de perdición de la humanidad, una corriente que lleva tiempo tratando de cambiarse.

Las mujeres piden paso y también lo hacen en la Iglesia. El nacimiento de plataformas como Mujeres de Iglesia representa esta lucha, un intento de ganar el respeto y el peso que merecen tras dos milenios de ostracismo y servidumbre en el ámbito religioso.

En Granada llevan dos años luchando con este fin, pero por toda España y el resto del mundo el movimiento va creciendo a pasos agigantados. "Queremos estar en la Iglesia con voz y voto", cuenta Laura Guillén, miembro de la plataforma: "Estamos cansadas de que sean los varones los que impongan las normas y establezcan la organización. Las mujeres tenemos mucho que decir".

Los puestos de poder están copados por hombres y, asegura, sólo hay que entrar a cualquier iglesia para comprobarlo: "Hay una gran mayoría de mujeres trabajando en las iglesias, son las que realizan la limpieza, las que llevan las catequesis, las que ponen en marcha las obras sociales... Nos parece muy bien, pero también hay muchísimas personas que están suficientemente preparadas para tomar decisiones y estar en la organización".

Aun así, Guillén reconoce que en los últimos tiempos se han ido dando grandes pasos, sobre todo después de que el argentino Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, fuese elegido como el máximo representante de Dios en la Tierra. En el último sínodo, o concilio, convocado en 2021 y que termina en 2023 se ha convocado a varias mujeres por primera vez.

"Tenemos una oportunidad muy grande para manifestarnos", asegura. "Al mismo tiempo estamos haciendo un sínodo de mujeres con la intención de dar voz a la iglesia que queremos y en octubre de este año queremos llevar nuestras ideas al Vaticano. Queremos que se conozca nuestro sentir y pensar", añade sobre la Revuelta de Mujeres en la Iglesia.

La brecha de género en los puestos de poder es muy amplia. De todas las universidades de teología que hay en el mundo tan solo una, la de Nueva York, tiene como rectora a una mujer: "Hay muchas que están preparadas para ese puesto". Pero esta no es la única reivindicación que tienen en cuanto a puestos de poder se refiere.

Uno de los puntos clave de su lucha está, por supuesto, relacionado con el sacerdocio. Otras variantes del cristianismo han aceptado la ordenación de mujeres, pero la Iglesia Católica aún está lejos de llegar a ese punto. "Pedimos que no se nos niegue el acceso al sacerdocio ni al diaconado. Basta ya de una imagen de Dios masculina, Dios es padre y madre. Queremos un liderazgo compartido", explica Laura Guillén.

Considera, además, que aun equívoca interpretación de las escrituras desde su inicio ha llevado a la mujer a la posición que está en la Iglesia hoy en día: "Jesús de Nazaret no conocía la palabra feminismo y, viviendo en una sociedad patriarcal y de tradición judía, le dio importancia a la mujer y la valoró como persona. Predicaba una sociedad de iguales sin importar el cuerpo de la persona".

Este pasado fin de semana la organización realizó concentraciones en 17 capitales de provincia. Poco a poco, cada vez son más las ciudades que se suman a la causa. Las mujeres practicantes del cristianismo quieren ser parte de forma activa de sus creencias, de que su voz y su voto cuenten. Desde que la Iglesia tal y como se conoce hoy en día se instituyó han vivido a la sombra en muchos de los aspectos, es el momento de escuchar también lo que tienen que decir.







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