Motril atiende en un mes a más de 100 bañistas por picaduras de medusas

Las especies más comunes que se identificaron en el litoral granadino son las medusas velero, clavel y del Mediterráneo, así como las carabelas portuguesas

medusa
Carabela portuguesa avistada hace unas semanas en la costa de Granada | Archivo GD
Jesús González | @JesusGzlzMrqz
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Los servicios de Cruz Roja de Motril atendieron desde el pasado día 22 de junio hasta el 16 de julio a 112 bañistas por picaduras de medusa en las playas de Granada y Poniente de dicha localidad. Esta cuantiosa asistencia a bañistas afectados por las picaduras coincide con la llegada de numerosas medusas al litoral granadino. Aunque ha bajado el número de estas especies molestas para los bañistas en las últimas dos semanas, no han desaparecido del todo, pues aún se dejan ver, de forma dispersa, en algunas playas granadinas.

Las que han aparecido durante estas fechas son medusas velero, medusa clavel, medusa del Mediterráneo, también llamada medusa huevo frito, y la famosas calavera portuguesa, aunque esta última especie, un organismo colonial formado por pólipos, cuyas picaduras son peligrosas, se ha avistado de forma minoritaria.

CÓMO ACTUAR ANTE UN PICADURA

Una de las posibles causas de la aparición de tantas medusas es la pesca de arrastre que las acercan a la zona habilitada para los bañistas. También se achaca a la cantidad de peces luna y tortugas marinas, que se ha visto reducida y son depredadores de las medusas.

Para poder tratar la picadura de la medusa lo conveniente es acudir al puesto de socorro más cercano y facilitar si es posible la descripción del tipo de medusa que realizó la picadura. De esta manera se aplicará un tratamiento adecuado a la picadura en cuestión.

Si no es posible acudir a uno de los puestos, como primeros auxilios viene bien para la picadura aplicar agua salada con vinagre, nunca agua dulce; cubrir la zona con algodón mojado o un apósito húmedo y nunca exponer la picadura al sol durante largos periodos. Si se tiene la zona afectada cubierta mejor, pues si no se quedará la marca.

MEDUSAS MÁS COMUNES EN LA COSTA GRANADINA

La medusa velero es una de las pocas especies que viven sobre la superficie marítima a diferencia del resto de medusas. Su forma sobre el agua también tiene un cierto parecido con los veleros, ya que tiene un aspecto triangular. El color de esta medusa es de un azul muy intenso. El veneno de esta medusa es letal para algunos crustáceos, sin embargo, para los humanos es completamente inofensivo, aunque puede llegar a picar algo la piel que ha rozado, dando la sensación de una picadura de mosquito, pero poco más, aunque se debería de evitar cogerlas con las manos desnudas y mucho menos rascarse partes sensibles como los ojos una vez que se han tocado.

La medusa clavel, es una medusa relativamente pequeña con forma de seta, translúcida, con tonos violáceos en los tentáculos y la superficie recubierta de verrugas. Es la especie más frecuente en el Mediterráneo. Su picadura causa molestias a modo de quemadura.

La medusa del Mediterráneo, también llamada medusa huevo frito por su aspecto en cuanto a forma y color, es frecuentemente vista en todo el litoral mediterráneo. Tiene un tamaño medio que oscila entre los 20 y los 40 cm. Es aplanada de color crema, excepto el área central que se encuentra abultada y destaca por tener un color rojizo. No es una especie peligrosa ya que presenta una escasa toxicidad en sus tentáculos. Los efectos del contacto de la piel humana con sus filamentos venenosos son en la mayoría de los casos leves y pasajeros, ardor e irritación de la piel fundamentalmente.

La carabela portuguesa es en realidad un organismo colonial formado por pólipos los cuales se especializan para mantener viva la colonia. Su picadura es muy dolorosa, puede llegar a provocar un shock neurogénico e incluso la muerte si se ha inyectado una alta cantidad de veneno o si el afectado es alérgico a este. Esta especie se ha encontrado con poca frecuencia en estos meses donde han proliferado las medusas, pero sí se detectaron más fácilmente en la costa de Almuñécar durante el invierno.

Si se avistase alguna de estas medusas, lo adecuado es no acercarse a ellas y tampoco cogerlas ya que están en su hábitat libremente y solo se protegen de elementos desconocidos con sus tentáculos.







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