El proyecto granadino que construye esperanza en África

La iniciativa tiene como objetivo recaudar financiación para diversas ONGs con el objeto de desarrollar una acción al año en el continente africano

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El Proyecto Esperanza presta ayuda con diferentes acciones en África | Foto: Remitida
Diana Ioana
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Si hay algo que caracteriza a Granada es la acción social y su solidaridad con el mundo. El Proyecto Esperanza devuelve esa fe e ilusión en el cambio y el progreso y evidencia la magia e impacto del conocido efecto mariposa: algo que nació una mañana lectiva en un aula de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos ha acabado aportando su granito de arena en el continente africano.

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María Belén Fernández Martínez, co-fundadora del Proyecto Esperanza -junto a Germán Martínez Montes, también co-fundador-, narra el nacimiento de esta iniciativa, 'hija' de un Trabajo de Fin de Grado: "Surge a raíz de una experiencia de cooperación internacional que tengo como estudiante de Ingeniería de Caminos. El Cicode me concedió una beca para poder visitar la zona en que se ubicaba mi proyecto, la Amazonia peruana. A raíz de la experiencia que tuve, cuando volví a Granada decidí que tenía que hacer algo al respecto, ya que me impactó mucho lo que viví allí. No quise venirme y que esa experiencia se quedara simplemente en haber estado un mes allí". Por ello, se le ocurrió "hacer unos calendarios". "Movilicé a mi entorno, los vendimos y pudimos pagarles a unas familias muy pobres de la Amazonia peruana unos techos", comenta.

La colaboración es la base de todo cambio social | Foto: Proyecto Esperanza

"Proyecto Esperanza es más que un proyecto de cooperación en África, es la demostración de que cuando algo se quiere de verdad, con trabajo e insistencia, se consigue"

Pero este proyecto no habría funcionado de manera individual, sino que el colaboracionismo y las redes comunitarias tejen su desarrollo y resultados: "Un profesor del Tribunal de Calificación del TFG, Germán Martínez Montes, del Departamento de Ingeniería de la Construcción y Proyectos de Ingeniería de la Escuela de Caminos, Canales y Puertos de la UGR, me propuso trabajar juntos en el proyecto Esperanza. Esas fueron las bases para que naciera". De este modo, ambas mentes se unieron para darle forma y vida a esta idea surgida como actividad paralela a la realización técnica del proyecto académico. Fernández así lo corrobora: "Hemos aprendido y conocido a gente maravillosa por el camino, y hemos comprobado lo que somos capaces de conseguir si unimos fuerzas y remamos hacia un mismo objetivo".

En palabras del catedrático Martínez, la esencia del proyecto es el agradecimiento: "El día a día nos ocupa, usa nuestras horas con lo cotidiano, con la rutina y lo urgente. Hace ya muchos años que Belén vino a recordarme lo importante. Y tanto que lo era. Era ayudar, y no solo ayudar, sino hacerlo en África, a un colectivo especialmente vulnerable y de forma continua". Recuerda que fue "imposible negarse". "Me volvía a encontrar con algo que mi tía Aurora, durante más de 40 años de trabajo en África, nos había mostrado tan apasionante como necesario. Después de todos estos años y letras de la palabra esperanza, tengo la certeza de que he recibido mucho más de lo que he dado. Quizá esta experiencia pueda resumirse en una sola palabra: gratitud".

El proyecto está "dibujando la palabra Esperanza en África" | Foto: Proyecto Esperanza

"Somos ese contacto que genera el puente entre las personas y la ONG, o las empresas de aquí que quieren ser más solidarias y la ONG"

La idea detrás de esta propuesta de cooperación en África es tomar la palabra 'esperanza' y, por cada letra de la misma, adjudicarle un proyecto cada año, alargando su duración durante nueve temporadas. Su labor consiste en buscar financiación para las ONGs que llevan a cabo los distintos proyectos en los diversos países africanos.

E Primer proyecto que surge de esta iniciativa en 2015, que financió un pozo en Benín con la Sociedad de Misiones Africanas.  

S Un año más tarde, se construyó un centro de salud en Madagascar junto a la ONG El Baobab Solidario.

P En Kenia se construyó una sala de maternidad y atención al parto, en la isla de Lamos y gracias a la ONG Afrikable. 

E Se obtuvo financiación para un pozo y un huerto en Guinea Conakry, gracias también al instituto Jane Goodall.

R Con la ONG Ongawa se financió en Tanzania una serie de lavaderos comunitarios y un sistema de depuración de agua.

A El proyecto, junto a la Fundación ICAI, financió una letrina y una piscifactoría en Zimbabue

N En colaboración con la ONG Active África se financió un pozo y una letrina en Malawi.  

Z Última letra del abecedario y penúltima de la palabra que da nombre al proyecto actual. "Estamos en la recta final", asegura Belén. Este año la acción se materializa en la construcción de unos bancos de semillas y colmenas de abeja con la ONG Zerca y Lejos, y que se ubicará en el sur de Camerún. "Estamos trabajando para conseguir la financiación necesaria para la construcción", termina de contar.

A El futuro aún es incierto, pero aún así la labor de Esperanza continúa y en unos cuantos meses el lector podrá conocer cuál será el proyecto de la última letra del simbólico sustantivo.

Uno de los proyectos para llevar agua potable | Foto: Proyecto Esperanza

Este proyecto recoge con creces el significado y la filosofía de lo 'glocal', algo que no ha sido fácil alcanzar. "No fue fácil", reconoce Belén. "Había que tener un discurso con el que poder transmitir a nuestros amigos, familiares y empresas esa pasión y esas ganas que teníamos por hacer realidad Proyecto Esperanza", afirma. Sin embargo, con el paso del tiempo y el esfuerzo de todas las partes implicadas, fueron haciéndose un hueco en las mentes y corazones de las personas. Para ganarse ese lugar, entre sus requisitos para ayudar a una ONG destaca "el compromiso" de mandarles "una vez ejecutado el proyecto, fotos y vídeos" para que sus colaboradores y empresas que financian puedan tener el feedback de la ayuda que han prestado y confíen en ellos -en su dominio .org, Pesperanza-. "De modo que quien quiera apoyar al proyecto nos tenga al alcance de una llamada de teléfono", comenta. Es tal su recorrido que, a día de hoy, incluso empresas han contactado con ellos para ver cómo pueden volver a ayudar. "Nos han preguntado por el proyecto de este año", indica.

"Hay gente que nos sigue desde el principio, y otras personas que se van uniendo por el camino. A la gente le gusta la labor que hacemos y se une a nosotros aportando económicamente"

"Vamos consiguiendo financiación organizando eventos, involucrando a nuestro entorno y a las empresas de Granada, para que a través de su responsabilidad social corporativa se impliquen con muchas iniciativas solidarias que van sumando hasta que completamos el presupuesto necesario para el proyecto de cada año", explica la co-fundadora del Proyecto Esperanza. Además, los ciudadanos de a pie también pueden colaborar y ayudar, mediante cualquier aportación económica: "Da igual la cantidad. Por pequeña que sea, suma", agradece Belén. Recalca que son estas ONGs "las que tienen localizadas esas necesidades". "Nosotros movilizamos las donaciones a las ONGs que cada año vamos apoyando y a la que realmente pertenece el proyecto al que apoyamos. Nosotros somos, al final, el enlace entre la empresa y la gente que quiere colaborar y la ONG", explica. La colaboración es lo que sostiene este tipo de iniciativas. "Eso es lo bonito. Nosotros creamos eventos, pero los ciudadanos de a pie, incluso empresas de Granada y fuera de ella-pudiendo colaborar también en especie en estos eventos-, pueden proponer una acción solidaria", apunta.

"Nosotros no somos una ONG como tal, porque nuestra filosofía es comunicar a la gente con esas ONGs que tienen presencia en el terreno"

Este proyecto nació con una vida limitada aunque prolifera, pero no descartan seguir esta labor altruista en el futuro: "Poco a poco, nos hemos ido dando cuenta, tanto Germán como yo, de que es algo que nos llena mucho, que la cooperación te pica y no te suelta. Nos encantaría continuarlo, pero aún no tenemos claro de qué manera. Estamos abiertos a propuestas, porque sería una pena que después de tanto empeño y esfuerzo en sacarlo adelante se terminara el año que viene, en la última letra".

Con cariño, Belén recuerda lo que este proyecto significa: "Hace ya casi una década que Proyecto Esperanza entró en nuestras vidas y se quedará para siempre en nuestros corazones. Cuando nació, no me podía imaginar cuántas satisfacciones y alegrías nos haría vivir. El destino quiso que un día me cruzara con Germán y, como dice El Principito, no es casualidad cuando la vida insiste en cruzarte con algunas personas".

"Estamos dibujando la palabra Esperanza en África"

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, y en periodos donde el mundo parece enloquecer, donde el catastrofismo y la inhumanidad ocupan las portadas de los periódicos a diario y esa fe en la bondad parece extraviarse, proyectos como este son los que devuelven esa esperanza que parecía estar perdida.







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