Partido para mirar hacia arriba y olvidarse del infierno

El Covirán tiene ante sí una oportunidad de oro para casi sentenciar a un rival directo por la permanencia y poder acechar a rivales como Zaragoza, Andorra u Obradoiro

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El duelo entre Covirán y Palencia se disputará a partir de las 18:00 horas | Foto: ACB Photo
Ainoa Morano
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El Palacio de Deportes vivirá este sábado una auténtica final por la permanencia. Quizás visto desde la perspectiva de Covirán Granada, el encuentro ante Zunder Palencia sea un duelo importante, casi de obligada victoria, pero con tres triunfos en su casillero puede plantearse con algo más de calma. Sin embargo, para los de Marco Justo sí que es una auténtica final, un partido a todo o nada que puede decantar por completo el devenir del conjunto palentino en su campaña de estreno en la ACB.

Las buenas sensaciones de los rojinegros en las últimas semanas, a pesar de la derrota en el Palau, hace que el equipo de Pablo Pin llegue a esta jornada 13 como claro favorito al triunfo. Aun así, nunca hay que confiarse. Los granadinos deberán replicar e incluso mejorar su versión mostrada en los últimos tres encuentros para poder llevarse la victoria. Concentración desde el minuto uno, solidez defensiva y compartir el balón vuelven a ser las claves para este sábado (18:00 horas). De ganar, el Covirán Granada conseguiría mucho más que una simple victoria. Dejaría a Palencia tocado y casi hundido en la última posición de la tabla e igualaría a Andorra y Zaragoza que este fin de semana se miden a Unicaja y Barcelona, por lo que el resultado más lógico sería una derrota.

Para este encuentro, el Covirán Granada cuenta con ciertas dudas en la disponibilidad de su plantilla o, más bien, en el grado de implicación física que determinados jugadores puedan dar. Lluís Costa ha sufrido ciertas molestias en su cadera durante la semana y Evaldas Kairys ha vuelto a torcerse el tobillo, el mismo que ya casi lo manda a la enfermería por cuatro meses o más. Aun así, ambos estarán disponibles para jugar. Germán Martínez y Yiftach Ziv son las principales dudas, el primero por un problema en la espalda que le ha impedido entrenar durante toda la semana y el segundo por su ya conocida situación de salida "inminente" del club. Quien sí podrá vestirse, y seguramente lo hará, de rojinegro por primera vez será Jonathan Rousselle.

El Zunder Palencia llega al pabellón del Zaidín en una situación crítica al sumar una única victoria en doce jornadas disputadas. Un balance un tanto injusto teniendo algunos de los resultados que se han dado desde el inicio de temporada. El recién ascendido ha peleado la mayoría de sus partidos hasta el final, rozando la sorpresa en varios de ellos. Por ejemplo, tan solo perdió por un punto ante el Barcelona, una derrota que, de no ser por aquella canasta in extremis de Nico Laprovittola, habría supuesto el primer triunfo de Palencia y la gran sorpresa del año. Peleó hasta el final contra Joventut, perdiendo de tan solo seis puntos. Igual ante Manresa donde el 92 a 91 final golpeó duramente a un equipo cuyo único deseo es mantener la categoría.

Su primera victoria llegó ante Río Breogán en la jornada 6 por 74 a 59, un éxtasis de felicidad que solo los que vienen desde abajo pueden entender qué se siente. Seguro que en aquel momento, la afición palentina auguraba un futuro algo menos convulso. Desde aquel 21 de octubre, Zunder Palencia no ha vuelto a ganar y, lo peor, es que los resultados finales ya no dejan esa sensación agridulce de una derrota competida. En las últimas dos jornadas, los de Marco Justo han perdido por 77 a 101 y 100 a 73 ante Valencia Basket y Gran Canaria, respectivamente. Dos resultados que ya han puesto en duda el puesto del entrenador. Con estos antecedentes, el partido del sábado toma más que nunca tintes de final.

En su primer verano como equipo de ACB, el Zunder Palencia siguió un camino similar al de Covirán Granada la pasada temporada, mantener a parte del núcleo del ascenso y realizar las incorporaciones justas y necesarias para poder sobrevivir a la voracidad de la competición. Desde la LEB Oro, se mantuvieron Chumi Ortega, Brandon Brown, Mathieu Kamba, Chema González y el más que conocido por tierras granadinas, Manu Rodríguez. El escolta granadino volverá al pabellón que lo vio crecer para medirse al equipo cuya camiseta vistió 123 veces y con la que logró coronarse como campeón de liga y de la Copa LEB Plata en 2018. Junto a ellos, Greg Whittington, Matt Haarms, Vitor Benite, Van Der Vuurts, Agustín Ubal, Anzejs Pasecniks, Ousmane Ndiaye y Yannick Franke.

A nivel estadístico, Zunder Palencia es el penúltimo equipo de la ACB en anotación con 73’8 puntos de media. Su porcentaje de acierto desde el tiro exterior se sitúa en el 31’9%, mientras que el de Covirán Granada está en un 34’7%. En el tiro de dos, los palentinos firman un 53’5%, lejos del 55’6% de los granadinos. En el apartado defensivo, el equipo de Marco Justo captura 34’3 balones por encuentro, 24’3 defensivos y 10 rebotes ofensivos de media. Zunder Palencia, además, es el último equipo en asistencias con 14’2 y también en recuperaciones con seis por partido. Además, en uno de los conjuntos que más pérdidas comete de media con 14’8, aunque en este aspecto Covirán Granada los supera con 15’5 balones perdidos por encuentro.

A nivel individual, destaca Vitor Benite como máximo anotador del equipo con 11’3 puntos de media, seguido por Yannick Franke con 11’1 puntos, Van Der Vuurst con 9’9 puntos y Pasecniks con 9’3 puntos por encuentro. En la lucha por el rebote, aspecto en el que más destaca Zunder Palencia, cuenta con Chumi Ortega como máximo reboteador del equipo con 5’2 balones capturados por encuentro; Ndiaye con 4’9 rebotes y Pasecniks con 4’6.







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