Las 'madres' granadinas de la Constitución reivindican el espíritu del 78

María Izquierdo y Mercedes Moll, ex diputadas de PSOE y UCD en la Legislatura Constituyente, piden superar la crispación actual con "un consenso similar" al de hace 45 años: "Nos entendíamos porque el denominador común era el respeto"

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María Izquierdo Rojo (izquierda) y Mercedes Moll de Miguel (derecha), las dos 'madres' granadinas de la Constitución | Foto 1: Remitida por María Izquierdo / Foto 2: Antonio L. Juárez
Miguel López Rivera
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El 15 de junio de 1977 un total de 456.952 granadinos estaban llamados a las urnas en 668 mesas repartidas por toda la provincia. En su mano, la elección de los siete diputados y cuatro senadores que, junto a los respectivamente 343 y 244 del resto de España, iban a formar las Cortes Constituyentes a las que se les asignaría la encomienda de redactar la futura Constitución Española. Un momento histórico que, igualmente, tuvo una respuesta histórica, pues participaron 351.595 ciudadanos de Granada, un 76,94% de los convocados, sobre una población total que entonces alcanzaba los 737.045 habitantes.

Como en el conjunto del Estado, la Unión de Centro Democrático ganó las elecciones generales en la provincia de Granada. Lo hizo con 152.498 votos al Congreso de los Diputados y 443.035 en total al Senado. El PSOE fue la segunda fuerza tanto en la Cámara Baja, donde obtuvo 111.746 sufragios, como en la Alta, donde en Granada concurrió junto a otros partidos de izquierdas bajo la fórmula de una coalición llamada Senado Democrático para Granada que obtuvo 437.511.

Federico Mayor Zaragoza, Arturo Moya Moreno, Mercedes Moll de Miguel y Joaquín García-Romanillos Valverde fueron los diputados de la UCD electos por Granada. Los del PSOE, Manuel Fernández Montesinos-García, María Izquierdo Rojo y Daniel Maldonado López. Por su parte, Rafael Bellvis Porras, Antonio Jiménez Blanco y Gerardo Moreu Mirasol fueron los representantes centristas en la Cámara Alta, y José Vida Soria, Nicolás de Benito Cebrián y Juan López Martos los de Senado Democrático.

El lector se habrá percatado de que entre todos los nombres anteriores, dos comparten una característica, y es que corresponden a mujeres. Por normal que pueda parecer en 2023, en 1978 sólo 27 de los 598 parlamentarios de la Legislatura Constituyente eran mujeres. Y dos de ellas eran granadinas. De adopción, eso sí, porque Mercedes Moll nació en Madrid y María Izquierdo en Oviedo. Pero vale lo mismo porque se presentaron por la provincia y por la provincia desarrollaron sus carreras y sus vidas, que al final es lo que cuenta. Esa cifra global incluye tanto a diputados como a senadores. Los electos y los que, en el caso de la Cámara Alta, consiguieron su acta por designación real, un total de 41, debido a que no había aún senadores por designación autonómica al no existir las autonomías.

Las 'madres' granadinas de la Constitución

Mercedes Moll de Miguel y María Izquierdo Rojo son las 'madres' granadinas de la Constitución Española. Aunque la línea de pensamiento de Mercedes Moll tiene un perfil más conservador y la de María Izquierdo uno más progresista, paradójicamente las dos supieron encontrarse en sus diferencias. Y hoy, 45 años después de la aprobación del texto constitucional el 6 de diciembre de 1978, ambas reivindican el mismo espíritu y los mismos valores que entonces hicieron posible pasar la oscura página de la dictadura de Franco para abrir un tiempo de reconciliación, paz y democracia que ha proporcionado a España el mayor periodo de estabilidad que ha conocido en toda su historia hasta la fecha. Las dos hacen hueco en una agenda cargada de actos para atender a GranadaDigital en el 45 aniversario de la Carta Magna.

Aunque la redacción del texto constitucional fue encargado a siete hombres –Gabriel Cisneros, Miguel Herrero de Miñón y José Pedro Pérez-Llorca por la UCD; Gregorio Peces-Barba por el PSOE; Jordi Solé Tura por el Partido Comunista; Manuel Fraga por Alianza Popular y Miquel Roca como representante de las Minorías Catalana y Vasca–, los llamados siete 'padres' de la Constitución no fueron tal, sino muchos más. Sólo en la Comisión Mixta-Congreso Senado nacida de la Ley de Reforma Política de 1976 figuraban dos de los senadores granadinos, Antonio Jiménez Blanco y José Vida Soria. Pero no fueron los únicos, pues otros muchos presidieron o formaron comisiones sectoriales y, en general, los representantes de ambas cámaras tras las elecciones de 1977 tuvieron el encargo principal de aportar sus conocimientos e ideas a un texto todavía en fase embrionaria.

Mercedes Moll fue diputada de la UCD electa por Granada| Foto: Antonio L. Juárez

Una etapa que requería de acuerdo, mucho acuerdo, pues se venía de una dictadura que no había hecho sino profundizar en las heridas de la Guerra Civil. Lo recuerda Mercedes Moll. "Dentro de que nada es perfecto, después de la muerte de Franco conseguimos hacer un texto en el que unos y otros nos entendiéramos, llegáramos a un consenso y fijarlo en una Constitución para todos. Soy una persona practicante y como tal creo en los milagros. Ver a Fraga por un lado, a la Pasionaria y Carrillo por otro, o a Suárez y Gutiérrez Mellado, y que nos entendiésemos, lo considero un milagro", rememora al teléfono quien fuera vicepresidenta de las comisiones de Justicia y Presidencia en la Legislatura Constituyente y también formara parte de la Defensa. "De hecho, fui yo quien presentó una moción para que las viudas del Ejército Republicano tuvieran acceso a una pensión. Luego estuve en la elaboración del Estatuto del Consejo Rector de RTVE", añade.

Mercedes Moll | Foto: Congreso

Una radiografía muy similar a la que dibuja María Izquierdo a las teclas de su ordenador, pues actualmente vive en Madrid: "Recuerdo con satisfacción aquella legislatura porque ha dado paso al mayor periodo de paz y bienestar de la historia de España. Supimos superar las diferencias estériles con afán constructivo y templanza. Y conseguimos transformar los odios venenosos en democracia y progreso". Para la ex diputada socialista, "sería mejor poder actualizar" la Carta Magna, pero "siempre –insiste– que se asegurara la reforma, que hubiera un clima de entendimiento y amplio acuerdo para mejorar el texto actual, un consenso semejante o equivalente al de antaño". Espíritu de concordia que también asume la ex política centrista: "Nos sentábamos todos y nos entendíamos porque había un denominador común que era el respeto".

La crispación en la política actual

Tanto para Mercedes Moll como para María Izquierdo, la política actual se caracteriza por un alto nivel de crispación, fruto de los desencuentros e intereses partidistas. "No entiendo que haya ese nivel de crispación y, de hecho, es algo que aborrezco porque deteriora la democracia: es necesario serenar la política diaria, pacificarla e interactuar con respeto y amabilidad en todo momento y lugar", comenta Izquierdo Rojo. En esta cuestión ahonda más Moll de Miguel, quien considera que "tal vez el tema de las autonomías, sobre todo en algunas como Cataluña, se ha ido de las manos". "Desde luego que hay crispación. A mi manera de ver, la incidencia está en que existe un Gobierno que quiere a toda costa permanecer en el mando y está haciendo unas concesiones muy desventajosas para el pueblo español. Presiento que no lo va a conseguir. Yo he vivido muchos años y me he criado en Cataluña y la mayoría de catalanes no son independentistas. Creo que a unos pocos les está siendo muy beneficioso porque llaman la atención y ganan dinero, pero no es posible porque ni la amnistía ni partir España está previsto en ningún lugar de nuestra Constitución ni de ninguna otra en Europa".

En la amnistía sí que profundiza María Izquierdo, quien antes de expresar su postura favorable a esta medida recuerda que "hoy por hoy sólo se trata de una proposición de ley que tendrá su tramitación pertinente en las Cortes". La 'madre' socialista de la Constitución admite que la decisión puede parecer "surrealista", mas confiesa que "toda la Transición tuvo componentes de este tipo de audacias y, sin embargo, bien que dieron buenos resultados". "Es posible que, una vez más, el PSOE esté abriendo caminos que darán paso a una nueva etapa de convivencia constructiva", vaticina. Y lanza un dardo al PP, Vox y de paso también a José María Aznar: "Como tantas otras veces, se avanza entre duras críticas y descalificaciones de las derechas. Pero después, si se lleva a efecto la amnistía, las derechas estarán muy interesadas en beneficiarse de los frutos de la nueva situación y... volverán a hablar catalán en la intimidad". "Es que la amnistía pone en cuarentena todas las decisiones de los jueces y del pueblo español. No cabe porque quiere decir que los que han juzgado se equivocaron y lo hicieron mal, y que fueron desleales. No es que se les perdone, es que no ha existido. No cabe en nuestra legislación", replica Mercedes Moll

'Padres' y 'madres'

María Izquierdo | Foto: Congreso

Preguntada sobre si se reivindica suficientemente o no el papel que tuvieron las mujeres en aquel proceso constituyente de 1977, la 'madre' ucedista de la norma suprema del ordenamiento jurídico español recuerda que "cuando llegué al Congreso me encontré con que éramos muy pocas mujeres". Pese a ello, confiesa "con humildad" que debido a su situación personal –a los 28 años se quedó viuda con cuatro hijos a su cargo– "nunca he tenido que reivindicar mi sitio porque a mí me pidieron que viniera a hacer un servicio por España". "Estaba yo como para reivindicaciones", bromea. "Desde los 28 años soy padre, madre y jefe de la familia, y he hecho todas las cosas en solitario. Me pidieron ser diputada y eso para mí era una gran responsabilidad política, pero también personal porque tenía que viajar a Madrid criando sola a cuatro hijos". Con todo, reconoce que existía "discriminación" y que "es cierto que los hombres tenían más conocimientos que las mujeres porque contaban con acceso a la formación y el trabajo, mientras que el papel de la mujer estaba relegado a la casa. Pero a mí esa relegación no me ha tocado jamás". Sobre lo anterior, Mercedes Moll considera que "afortunadamente hemos avanzado muchísimo gracias a la igualdad en cuanto a conocimientos y formación".

Más tajante se muestra María Izquierdo, quien critica "que hayan tenido que pasar 45 años de democracia y participación política para que empecemos a avergonzarnos de aquellos gobiernos, comisiones, comités o ponencias en las que no había ninguna mujer o se nos utilizaba como 'florero' para decorar". "Cuando fui designada en el primer Gobierno de Felipe González secretaria de Estado para las Comunidades Autónomas, junto con Carmina Virgili, que se ocupaba de la Secretaría de Estado de Universidades, se alabó en los medios de comunicación el peso político y la importancia de dichos departamentos ministeriales", resuelve. La ex representante socialista no olvida que "la dictadura reprimió hasta la muerte, exilió y depuró profesionalmente a las españolas de los avances que la Segunda República les había ofrecido". "Hubo un patriarcado extremo. Fuimos consideradas durante toda la vida 'menores de edad a tutelar por un varón'. A las mujeres sólo se les reconocía capacidad para parir y servir al hombre", lamenta.

A la Carrera de San Jerónimo por caminos distintos

Como es propio de los tiempos que corrían y de las formaciones políticas a las que representaban en el Congreso, Mercedes Moll de Miguel y María Izquierdo Rojo llegaron al Palacio de las Cortes de formas muy distintas. La ex diputada centrista casi de buenas a primeras y sin esperarlo. Por no saber, no sabía ni con qué partido presentarse, "porque me requirieron varios". "Desconocíamos a lo que íbamos e incluso que terminaríamos haciendo la Constitución. Con asesoramiento, finalmente decidí integrarme en la UCD y considero que fue un honor haber sido elegida para algo tan importante en la historia de España como fue la legislatura constituyente", relata. En aquella decisión influyó de manera determinante una "particularidad", y es que Mercedes Moll conocía personalmente a Adolfo Suárez, pues su madre era de Ávila y las familias eran amigas.

"Es que no hubo camino", se sincera entre risas cuando se le pregunta cómo llegó hasta la Carrera de San Jerónimo. "No es que yo aspirara. Hubo unas reuniones en la sede granadina de UCD, que estaba al lado del Triunfo. Asistí y Federico Mayor Zaragoza me lo pidió. Yo le dije que no porque era una tremenda responsabilidad tener que desplazarme a Madrid permanentemente siendo viuda con cuatro niños adolescentes, pero antes de pensarlo ya me encontré con que era la número tres", evoca lúcidamente a sus 83 años Mercedes Moll. Y rememora una anécdota que le sucedió una semana antes de las elecciones: "Me llamó el gobernador civil, José María Fernández, para pedirme que me trasladara provisionalmente de mi casa a un hotel hasta la jornada electoral. Alguien quería conseguir notoriedad a mi costa. Supongo que dándome un susto o de alguna forma parecida".

María Izquierdo fue diputada del PSOE electa por Granada | Foto: Remitida

A María Izquierdo, sin embargo, lo que le llevó a participar en política fue su rotunda oposición a la dictadura franquista: "Me empujó a participar mi actitud inconformista con las injusticias sociales y con el autoritarismo imperante. Quería 'democracia, amnistía y libertades'. Me sentía representada en el Partido Socialista y me eligieron secretaria provincial del PSOE los afiliados de Granada en la primera asamblea a la que me presenté, en 1976". Y a sus 77 años desvela que no encontró problema alguno "porque los compañeros practicaban la igualdad de trato con las poquísimas mujeres que compartíamos riesgos y objetivos".

Igualdad, pero también paz, estabilidad y democracia para el conjunto de la ciudadanía que con su trabajo, dedicación y vocación de servicio público ayudaron a conseguir dos mujeres granadinas. Hace 45 años se allanó ese camino gracias, entre otras y otros muchos, a Mercedes Moll de Miguel y María Izquierdo. El 6 de diciembre de 1978, 330.468 granadinos –el 92,15% de los 520.322 llamados a las urnas sobre una población de 771.227– introdujeron en las 1.177 mesas de la provincia la papeleta con el 'sí' a una pregunta simple, clara y concisa, pero a la vez determinante: "¿Aprueba el Proyecto de Constitución?". El resultado lo seguimos disfrutando cuatro décadas y media después. Y que sean muchas más. A todos los que contribuyeron, y a todas, muchas gracias.