La grave situación económica de Pollos Arenas obligará a su cierre total

Está previsto el desahucio por impagos de Cash Armilla y unos 150 trabajadores acabarán en la calle cuando el grupo empresarial cese su actividad

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La empresa acumula una deuda superior a los 18 millones de euros | Foto: Grupo Arenas
Ainoa Morano
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Pollos Arenas echará en breve el cierre. La conocida empresa granadina, con más de noventa años de historia, afronta una grave situación económica que, si nada lo impide, los obligará a cesar por completo su actividad. El pasado mes de julio se conoció que la empresa correspondiente a la división comercial, Arenas Alimentación, fue declarada por el Juzgado de lo Mercantil en concurso de acreedores, al no poder hacerse cargo de sus obligaciones de pago, nombrándose como administrador concursal al despacho granadino HispaColex Bufete Jurídico. Lo que en un principio parecía un movimiento puntual para evitar la quiebra, ha acabado derivando en una situación insostenible.

El Grupo Arenas se divide en cuatro empresas: Agrícola Arenas, división de ganadería; Arenas Guerrero, división industrial, es decir, el matadero; Granavi, división logística y la anteriormente mencionada, Arenas Alimentación. Actualmente, tanto esta última como el matadero y la división logística Granavi se encuentran en concurso de acreedores, un procedimiento jurídico destinado a solventar los problemas de insolvencia de cualquier empresa, tendiendo todas la misma administración concursal.

Según argumentó el grupo empresarial, la pandemia del coronavirus hizo que la situación económica de la compañía se viese comprometida. En total, el Grupo Arenas acumula una deuda de más de 18 millones de euros. De esa cantidad, 102.059 euros corresponden al impago de la renta de la nave industrial ubicada en la Avenida San Rafael número 8 de Armilla, instalación en la que se sitúa Cash Armilla. El pasado 28 de marzo, el Juzgado de Primera Instancia Número 1 de Granada sentenció el desahucio de la nave por impagos, salida que se debería hacer efectiva el próximo 13 de septiembre, pero que ha sido suspendida por el Juzgado a instancia de HispaColex, la administración concursal nombrada para liquidar las empresas del grupo.

En dicha sentencia, se obliga a Arenas Alimentación S.A a abonar los más de 100.000 euros de deuda, así como el pago de las costas procesales y las rentas que se acumulen hasta el momento del desahucio.

Ante esta situación, la empresa solicitó un ERE de extinción, la medida más desfavorable para los trabajadores y que supone el cese definitivo de la relación laboral entre los empleados y la empresa contratante. Lo que se conoce comúnmente como un despido colectivo. A consecuencia de este ERE de extinción, alrededor de 150 trabajadores de las cuatro empresas acabarán en la calle.

Además, según ha podido confirmar este periódico, a partir de la próxima semana, Granavi entrará en el proceso de negociación para el ERE y también se cortará la entrada de mercancía, es decir, se venderá el producto que se tenga hasta la fecha y una vez liquidado, Pollos Arenas dejará su actividad.

Más de 20 denuncias de los trabajadores a Pollos Arenas por impagos

Detrás del desahucio y del concurso de acreedores hay una historia humana, concretamente la de los trabajadores afectados. Un grupo de hasta ocho empleados se personó en la redacción de este medio para explicar, documentos en mano, el largo y tortuoso camino que llevan recorrido para que Arenas Alimentación abone el dinero que les debe.

Los problemas comenzaron hace varios años cuando la empresa empezó a dejar a deber determinadas nóminas. En un principio, los Arenas trataban de paliar esta falta de pago con la compensación en especies. “Nos obligaban a llevarnos en productos lo que nos debían. Según ellos explicaban, para que no pasásemos hambre nos decían que podíamos llevarnos comida y así reducir poco a poco la deuda que tenían con nosotros”, argumentan los empleados.

En un primer momento, los trabajadores aceptaron y trataron de comprender la difícil situación por la que estaba pasando su empresa, esa a la que han dedicado media vida. Sin embargo, el momento de decir basta llegó. “Pedimos el pago de las nóminas por las buenas muchas veces. No recibimos respuesta alguna y ya decidimos denunciar, era el pan de nuestros hijos lo que estaba en juego”.

Parte de la indignación de estos trabajadores surge a raíz de la solicitud del concurso de acreedores por parte de Arenas Alimentación. El argumento de que la pandemia del coronavirus mermó la capacidad económica de la empresa no es válido para ellos. “Durante la pandemia el sector de la alimentación fue de los pocos que no paró. Nosotros trabajábamos como camaristas y transportistas, por lo que veíamos toda la mercancía que se pedía y vendía. Todos los días se hacía un pedido de cuatro o cinco palés de comida congelada. Si se solicita es porque se está vendiendo”, explica uno de los camaristas de la empresa, a lo que uno de sus compañeros añade que “un camión podía llevar unos 10.000 euros en mercancía y nosotros teníamos más de 20 camiones. Si se mantuvo el ritmo de venta, ¿Cómo nos pueden decir que no estaban ganando dinero?”

Independientemente de los motivos reales que llevasen a la solicitud del concurso de acreedores, la realidad es que la empresa cuenta con más de 20 denuncias en su contra por parte de los trabajadores. Estos empleados acumulan entre y cuatro nóminas sin cobrar, un dinero que es suyo, que han ganado a base de su trabajo y que por lo tanto les corresponde. Estos procesos suelen ser largos y, sobre todo, costosos. Como ellos mismo explican, "estamos perdiendo dinero para recuperar nuestro dinero".

Visto desde fuera, seguro que muchos no habrían entrado en problemas legales con una empresa tan grande y poderosa como Arenas Alimentación. Cuestionados por esta ardua pelea que mantienen desde hace demasiado tiempo, los trabajadores lo tienen claro, se trata de justicia. Uno de los empleados explica que "he estado 15 años con trabajando para ellos, nunca me he dado de baja, lo he dado todo por ellos. Quiero saber por qué han dejado de pagarme, por qué no me dan respuestas. Cada noche cuando te acuestas piensas en todo esto, en el dinero que no tienes para pagar tu casa, para alimentar a tus niños. Luego los ves a ellos con sus coches de alta gama, sin cortarse en nada y ves que no es justo. Han dado pie a que mucha gente esté en una muy mala situación. Nos están engañando en la cara, por eso seguimos luchando".

 







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