Un equipo sin alma que vuelve a cometer los mismos errores fuera de casa

Los rojiblancos ven el play off a tres puntos tras la oportunidad perdida por el ridículo espantoso del sábado en la Rosaleda

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Gonzalo Villar se lamenta sobre el césped de La Rosaleda | Foto: LaLiga
Paco García
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El Granada CF ha vuelto a hacer de las suyas. La derrota del sábado en La Rosaleda ante el Málaga ha vuelto a levantar ampollas entre una afición hastiada y cansada de tanto dar y de tan poco recibir.

El ambiente invitaba al optimismo, con alrededor de un millar de aficionados desplazados hasta tierras malagueñas en el desplazamiento más cómodo del curso. La situación del equipo defendiendo la sexta plaza, que da acceso al play off, hacía presagiar un buen partido.

Sin embargo, desde los primeros minutos, el Málaga echó atrás al Granada. De hecho, pareció que ambos se intercambiaron los papeles. Que los de Pellicer defendían su plaza en el play off y los de Escribá peleando por no bajar.

Desde el principio ya se vieron algunos aspectos del juego que no gustaron. La apatía de Hongla, la capacidad de Larrubia para superar a Sergio Ruiz con excesiva facilidad, o los errores atrás de un Loïc Williams que, además de cometer un penalti claro por propinar una patada al delantero Chupete cuando intentaba despejar, confirma de esta manera su bajón en el último mes.

Este artículo se podría resumir perfectamente en un dato: el Granada no realizó ningún tiro a puerta durante los noventa minutos. Un equipo jugándose el ascenso. El reflejo de una actuación inaceptable e injustificable.

Parte de la afición del Granada desplazada a La Rosaleda | Foto: LaLiga

Pero esta actitud no viene solo del sábado, sino de jornadas atrás. Exceptuando el partido contra el Almería en casa, las dos victorias consecutivas en Albacete y Cartagena fueron engañosas. En el Carlos Belmonte, el partido se fue milagrosamente sin goles al descanso. Los manchegos gozaron de varias ocasiones claras que desbarató Mariño y fueron superiores en juego. Los dos goles instantáneos en los últimos 20 minutos le bastaron a los de Escribá. Pero no merecieron ganar.

Mismo guion se encontró la afición en tierras murcianas ante un Cartagena ya desahuciado, pues descendió una jornada antes en el Power Horse. Si no llega a ser nuevamente por Mariño, el partido se hubiese ido 2-0 a la media hora de partido. El equipo necesitó un milagro para espabilar y darle la vuelta con dos tantos exprés.

El caso es que en las ruedas de prensa previas y post partido Fran Escribá es autocrítico y asegura corregir errores. Sin embargo, del dicho al hecho, hay un trecho. En La Rosaleda la clave para el valenciano fue que "se perdieron demasiados duelos individuales". Nada más lejos de la realidad, pues es el reflejo del partido que hizo el equipo.

Incluso hubo cierta sensación de que aquello fue indoloro para algunos futbolistas. Algunos hasta se marcharon sin saludar a los aficionados en la esquina, otros se acercaron por compromiso y rápidamente huían de la escena.

La semana va a ser muy larga hasta la próxima jornada, pues el Granada no volverá a jugar hasta el lunes que viene. Será en el Nuevo Los Cármenes ante la bestia negra, la SD Eibar. Quien sabe si esos nueve días desde el sábado sirven para mal o para reflexionar y reponerse de un golpe que puede ser definitivo. Antonio Puertas vuelve el lunes a su casa, y hablando precisamente de reflexiones, ojalá lo hagan también a quienes precise para brindar un homenaje a un futbolista que ha pisado todas las categorías con la elástica rojiblanca horizontal.







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