Estudiar bajo la linterna: la realidad de Miguel en la zona Norte

Con el bolígrafo en una mano y el móvil alumbrando sus apuntes en la otra, el joven ha denunciado en redes la situación "insoportable" que viven en el distrito por los continuos cortes de luz

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Miguel Oliver alumbra sus apuntes de Matemáticas para poder preparar un examen | Foto: M. O.
Chema Ruiz España
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Miguel Oliver tiene este lunes un examen de Matemáticas y, como muchos otros jóvenes, apura estos últimos días de puente entre libros y apuntes. Cursa Segundo de Bachillerato y, sostiene, la prueba que le espera a la vuelta a las clases es "importante", con la selectividad en el horizonte y el objetivo de ser militar. Hasta ahí, una historia como la que podría narrar cualquier otro estudiante, pero su realidad solo la comparten en Granada sus vecinos de la zona Norte. Se apresura durante las horas de sol de cada día para tratar de retener la mayor cantidad posible de lecciones, porque, cuando se acaban, la misión es poco menos que imposible. Cuando cae la noche, con una mano sostiene el bolígrafo y con la otra, la linterna. "Si no, no estudias", se encoge, cansado de una situación "insoportable".

"Es bastante complicado estudiar sin luz. Si a la gente le pasara, sabría lo que sentimos, pero ojalá que no les ocurra", expone el joven, de 18 años. Su desesperación en la noche de este jueves, mientras alumbraba sus apuntes con la linterna del teléfono, le llevó a descargar este cansancio en su perfil de Facebook, donde denunció las condiciones en las que, a causa de los continuos cortes de suministro en el Distrito Norte, afronta cada curso desde hace más de seis años. "Sin luz y a las puertas de un examen el lunes, no sabe nadie el esfuerzo que esto supone", recoge el post, en el que Miguel Oliver detalla las dificultades que entraña esta tesitura. "Esto ya es invivible", concluye.

Las circunstancias le obligaron a pasar la noche en casa de su novia, en busca de una normalidad energética que le permitiera continuar estudiando. "Si no, no puedo estudiar. Es un examen importante el que tengo, así que aquí estoy", argumenta resignado. "No es una situación sencilla de vivir. Hay gente que tiene sus problemas de salud y necesita, por ejemplo, sus máquinas del azúcar. Necesita el suministro para cargarlas. Yo tengo exámenes, selectividad… Que se vaya la luz, para mí, es un gran problema", precisa, consciente por experiencia propia de todo lo que entrañan los apagones en la zona Norte. "No te puedes acostumbrar a que toda la comida que tienes se eche a perder, a no poder cocinar ni poder estar caliente", lamenta.

"La pena es que los que podemos ayudar a que nuestro distrito siga creciendo solo pensamos en terminar, encontrar trabajo e irnos. Es muy duro, pero no podemos seguir condenados a vivir así solo porque Endesa así lo haya decidido", subraya en su publicación en Facebook. Es un sentimiento compartido por los jóvenes estudiantes que residen en la zona Norte de Granada, donde los vecinos están "hartos", afirma Miguel Oliver. "Lo peor es no poder estudiar de una forma eficiente, estudiar pero no decir ‘me lo sé bien’, o ‘voy a aprovechar todo este tiempo’", asevera. "Al final, yo tendré que salir de aquí por los estudios, pero mi barrio me gusta mucho y me costaría mucho tener que salir de él por los cortes de luz", exterioriza, aunque afirma que la coyuntura "te lleva a decir ‘o hago esto, o no hago nada’". "Ya es cansado", suspira el joven.

Cortes continuos

Su madre, Rosa García, es la presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio Nueva Cartuja, azotado continuamente por las interrupciones en el suministro. La llamada de GranadaDigital le pilla "preparando cenas para que esta noche, por lo menos, podamos comer calentito, que sea nada más que calentarla en mi hornilla de gas", afirma. En la noche anterior, tanto ella como sus vecinos se vieron de nuevo sin luz. "Creo que lo están haciendo -Endesa- para que nos vayamos del barrio. No tiene ya otra explicación", sostiene.

La zona más afectada, detalla, es el entorno que forman las calles Soto de Rojas, Conde de Torrepalma y Joaquín Corral Almagro. "No tiene explicación que en la zona donde pagamos seamos los únicos que no tengamos luz", insiste. "¡Qué coraje! ¡Qué impotencia! ¡No puede ser!", exclamaba en la noche un vecino, desesperanzado. "¡Nadie nos regala la luz!", agregó. Pasan los años, pero nadie alumbra el Distrito Norte.