El Granada supera sus traumas con música de violines (0-2)

El conjunto rojiblanco cosecha su primera victoria a domicilio desde agosto con goles del debutante Weissman y Uzuni, que solo había anotado en casa

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Shon Weissman celebra su primer gol como jugador del Granada | Foto: LaLiga
Chema Ruiz España
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El Granada ha superado sus traumas con la música de violines con la que anuncia el club cada jugador que firma. Se llevó a los tres últimos a La Cerámica y, casualidad o no, vuelve con sus primera victoria como forastero desde agosto. El fichaje más tardío y deseado de este mercado invernal, Shon Weissman, cayó de pie en el equipo e hizo gol en su primera ocasión. Uzuni, el pichichi casero, rubricó el segundo para también sacudirse su complejo. Qué pareja pueden formar ambos. El encuentro, no obstante, no fue plácido para el conjunto rojiblanco, que cerró el triunfo por eficacia. El Villarreal B puso el juego y el peligro, heroico de nuevo Raúl Fernández para repeler el torrente de ocasiones que generó el filial amarillo. En la práctica vale lo mismo y en lo anímico es un bálsamo para los granadinos. Si le dan cierta continuidad, el ascenso directo no es una quimera. Ahora mismo, le queda a tres puntos.

No resulta difícil, si se echa un vistazo a la alineación, visualizar a Paco López en la clausura del mercado invernal como a un niño en la mañana de Reyes, al descubrir que este año habían acertado con los regalos. Si bien con Famara Diédhiou fue paciente, muy falto de ritmo a su llegada, no quiso esperar más para jugar con sus nuevas adquisiciones. La última era la que más quería, el jugador con el que debía de soñar en la noche previa. Le habían traído ‘un Weissman’, que para el símil debe de ser como el Action Man deseado por los más pequeños hace no tanto tiempo -o el Madelman, para los más nostálgicos-. Ni siquiera le permitió pasar por el banquillo, ansioso. El israelí fue de Pucela directamente al once del Granada en La Cerámica. Formó una interesantísima dupla con Uzuni, con Callejón y Melendo por detrás para surtirles balones. El ariete solo necesitó una ocasión para justificar el esfuerzo del club.

El filial groguet trataba aún de descifrar el plástico esquema con el que Paco López presentó a su equipo en el estadio del Villarreal. El técnico situó a Víctor Díaz como tercer central, con Ricard y Neva como carrileros, aunque por momentos parecía ser lateral. Bodiger ejerció de ancla en el centro del campo y tanto Callejón como Melendo flotaban en la zona que requiere imaginación. Los creativos del Granada frotaron la lámpara y el nuevo delantero rojiblanco sonrió. El catalán encontró al motrileño y este rompió líneas para conectar con Weissman, que se movía en el área. El israelí se despegó de Mbacke con un movimiento hacia su perfil izquierdo y ajustó con el interior de su pierna menos hábil al poste más cercano, inalcanzable para el guardameta local. Le hicieron falta apenas tres minutos para ganarse el cariño de la hinchada. Extendió los brazos, como liberado, y se entregó a los aficionados desplazados.

La diana dejó a los de Miguel Álvarez aturdidos, durante un corto periodo de tiempo, en el que se instalaron los nazaríes en la mitad del campo local y empezaron a mover bien. Bodiger disparó desde lejos, cansado de que la pelota recorriera el rectángulo a lo ancho, y después Ricard buscó sin éxito a Weissman en el área. Cuando volvió en sí, el minisubmarino estiró el campo y el Granada apretó los dientes. Disparó con mucha potencia Sergio Lozano tras un control largo de Fer Niño en el área, ágil Raúl Fernández para palmear. Se durmió después la zaga local y tendió una alfombra para la carrera del punta, que intentó driblar al guardameta rojiblanco, atento y rápido para atajar.

El Villarreal B empezaba a rumiar el empate, siempre cerca de las dependencias visitantes, no desprovisto de peligro. Ramón Terrats, Carlo Adriano y Sergio Lozano, tres futbolista de muy buen toque, inventaban en la franja ancha y abrían espacios entre las líneas del dúctil dibujo visitante. Ellos llevaban el peso del choque y Fer Niño, un incordio continuo, despertaba la preocupación granadinista. El atacante culminó una nueva combinación rápida en la frontal, con un giro sobre su propio eje que le permitió empalmar un disparo muy fuerte que se marchó arriba.

El conjunto rojiblanco se encerraba en bloque bajo y achicaba aguas, pero apareció un héroe inesperado tan lejos de casa. Uzuni tal vez se sintió como Woody cuando, en la película Toy Story, llega Buzz Lightyear a casa de su dueño, así que quiso recordar quién es el máximo realizador de la categoría y demostrar que puede formar una pareja demoledora con Weissman. En su bota no había una serpiente, sino un latigazo deseoso de salir disparado. El cuadro amarillo no acertó a despejar con contundencia una falta, mal rechazada en varias ocasiones. Presionó Bodiger para deshacer el barullo y la pelota quedó muerta en el balcón del área. El albanés olió la sangre como solo lo había hecho en Los Cármenes, se dio la vuelta y, desde fuera del área, trazó con el esférico una parábola barbitúrica hacia la escuadra. Un golazo para alcanzar la quincena y quitarse su particular trauma a domicilio.

El Granada iba dos arriba en sendas demostraciones de efectividad nazarí, a pesar de que era el filial amarillo quien ponía el fútbol. Los chavales del Villarreal siguieron jugando. Raúl Fernández frenó de nuevo en seco a Fer Niño, asistido por Sergio Lozano, y después fue el propio mediocampista quien buscó el gol, sin atino. Forés encontró hueco para golpear en el área, a pase de Diego Collado desde la banda, pero su tiro fue alejado por el muslo de Neva. Después, Dela se animó a cruzar la divisoria y probar suerte desde muy lejos con un chut demasiado alto. Entretanto, Uzuni quiso apuntillar antes del intermedio, terco en una acción atropellada, pero estrelló la pelota en el pecho de Iker Álvarez, que le cerró bien.

El encuentro no cambió demasiado en su reanudación, a pesar de que Miguel Álvarez dejó en el vestuario a Fer Niño. Tomó el testigo en la amenaza Diego Collado. Miguel Rubio falló en la entrega en un saque de puerta y Sergio Lozano tiró a las manos de Raúl Fernández, que ya se iba erigiendo en Batman para defender el resultado. Intentaron los nazaríes sacar el extintor en un contragolpe, propiciado por un fallo de Mbacke, pero Uzuni y Callejón quisieron rizar demasiado el rizo. El delantero granadino del Villarreal B empezó a castigar los guantes del enmascarado portero rojiblanco, que palmeó un esquinado disparo para escupir el peligro. Después, desvió con la mirada otro ensayo del delantero, que disolvió la zaga visitante en una combinación con Sergio Lozano antes de tirar al lateral de la red.

El duelo se le iba de las manos al Granada, muy errático, por lo que Paco López introdujo a Pol Lozano, Meseguer y Sergio Ruiz en el campo, en lugar de Bodiger, Callejón y Melendo. El murciano regresaba tras superar su lesión, prudente el técnico rojiblanco hasta ahora para no forzar una recaída, incluso ante la ausencia de Petrovic este domingo -será padre en las próximas horas-. Hubo carrusel de cambios también en el Villarreal B, que empezaba a dejar toda la ofensiva en botas de Hassan, quien exigía a Carlos Neva. El lateral tiró desde la frontal en una acción aislada y, más tarde, Uzuni pidió penalti en una caída en la que el VAR no apreció infracción.

El Villarreal B continuó derramando llegadas, claros algunos golpeos y difícil de comprender que ciertos envíos no encontraran remate, y Paco López decidió hacer debutar a Famara Diédhiou para buscar un fútbol más directo, así como cerrar la puerta atrás con Quini. Hassan siguió dinamitando el carril zurdo de los rojiblancos, aunque el filial amarillo solo pudo anotar en fuera de juego de Álex Millán. Uzuni también desaprovechó un par de contragolpes, lo que no impidió la sonrisa final. El Granada ha espantado sus fantasmas en una muestra de solvencia, sostenida una vez más por las palmas de Raúl Fernández. Suficiente, dado el botín. Ganar fuera de casa ya no es tabú para el cuadro nazarí, a pesar de que no hubiera brillantez en el triunfo. Igual sí que era una simple cuestión de acierto, como insistió su entrenador. Weissman llega con el rifle bien calibrado y, con ello, el plantel apunta alto.


Ficha técnica:

Villarreal B: Iker Álvarez; Sergio Carreira, Dela, Mbacke, Carlos Romero; Diego Collado (Ontiveros, 66’), Ramón Terrats, Carlo Adriano (Tiago Geralnik, 66’), Sergio Lozano (Pacheco, 83’); Forés (Álex Millán, 66’) y Fer Niño (Hassan, 46’).

Granada CF: Raúl Fernández; Ricard (Quini, 75’), Miguel Rubio, Ignasi Miquel, Carlos Neva; Melendo (Sergio Ruiz, 65’), Víctor Díaz, Bodiger (Pol Lozano, 55’), Callejón (Meseguer, 55’); Uzuni y Weissman (Famara Diédhiou, 75’).

Goles: 0-1: Weissman, min. 4; 0-2: Uzuni, min. 28.

Árbitro: Raúl Martín González Francés, del comité grancanario. Amonestó a los locales Terrats y Sergio Lozano, así como al visitante Bodiger.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la 26ª jornada de Liga en Segunda División, disputado en el Estadio de La Cerámica, ante 2.255 espectadores. Antes del inicio del partido, se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Ángel Alberto Del Moral, padre del jugador del Villarreal B Alberto Del Moral.







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