El Granada ya piensa en las vacaciones (2-1)

El Rayo, con un hombre menos desde el minuto cinco, se deshace del conjunto rojiblanco, en el que solo despunta el canterano Rodelas, asistente en su debut

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Los jugadores del Rayo celebran el gol de De Frutos ante la decepción de Ricard | Foto: LaLiga
Chema Ruiz España
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Lo que en otras circunstancias pudo ser uno de esos encuentros no aptos para cardiacos, una lucha descarnada por la permanencia que dejara sin uñas a los de la grada y agarrotara de la tensión a quien lo viera desde casa, no ha sido más que un pesado compromiso intersemanal, un partido no más divertido que esas películas de sábado por la tarde y efecto somnífero. Solo al Rayo le servían todavía los puntos y bastó medio minuto para comprobarlo, a las armas desde el inicio frente a su mortecino invitado, aunque tardó algo más en cocinar los goles. Los hicieron Lejeune y De Frutos tras sendas cantadas de Marc Martínez, de debut sombrío. El otro estreno, el de Rodelas, sí fue prometedor. Tiene desparpajo, entusiasmo y desborde. Lo necesario para asistir a Lucas Boyé ya al final. Una nueva esperanza que emerge en el tedio. Probablemente sea este el anodino guion que el Granada obligue a tragar a sus hinchas en lo que resta, suplicio también para los del verde. Entre que no les da para la categoría y que les sobra lo que queda de curso, el final será indigesto. Ni siquiera les sirve de acicate que su rival se quede con uno menos al comienzo del choque; tampoco la reivindicación de los menos habituales. Todos piensan ya en la playa. Todos, salvo el chaval.

No es que los de casa anduvieran demasiado preocupados, pues el colchón con respecto al Cádiz es amplio, aunque sí lo suficientemente intensos para no demorar más lo de salvarse. Al menos, de manera virtual. Pretendieron el asedio y pronto empezaron a merodear las dependencias del veterano debutante Marc Martínez, pero el plan saltó por los aires en un cortocircuito de Trejo. El argentino quiso pinchar el balón en una de esas postales que lucen bien en redes, pero la pelota volaba a la altura de la cabeza de Miguel Rubio. El control tornó en patada de kárate y el taco quedó grabado tras la oreja del central, amarilla inmediata. Desde la sala de los monitores, sin embargo, comprobaron que el mediapunta pareció instruido por el señor Miyagi y tintaron de rojo el cartón. Escenario idóneo para los de Sandoval, con uno más y 85 minutos por delante, pero ya no les queda ni una gota de sangre.

Al poco salvó Gumbau un contragolpe en el que Álvaro García pecó de generoso y tanto Lucas Boyé como Miguel Rubio volaron para cabecear fuera, como para firmar el parte de asistencia del Granada y evitar que le pusieran falta. Los rojiblancos se echaron a dormir inmediatamente después, moviendo la pelota al ritmo de una nana. El Rayo sí tenía más maldad en sus avances, aunque la vista nublada. Empezó a profundizar por los costados y se afiló en una falta que curvó Isi. Al córner, el propio extremo murciano recogió el mal despeje de Corbeanu y tiró con malicia. La pelota pareció untada en aceite entre las manoplas de Marc Martínez, pero Miguel Rubio, escolta del guardameta, la sacó como pudo. Lejeune, arácnido, cazó el rechace sin que cayera con una chilena poco ortodoxa que fue directa a la red. A medio camino entre el golazo y la carambola, grosera en cualquier caso la pifia nazarí.

Parecieron descargarse un poco los visitantes tras el tanto, como si estuvieran esperándolo para recoger la pelota y dejar que los minutos corrieran, desastrosos aun así. El Rayo se desabrochó el cinturón sin soltar el bastón de mando. Isi finalizó un contragolpe que repelió bien Marc Martínez, a lo que respondió Miguel Rubio con otro testarazo en una falta, directamente a la bolsa de Dimitrievski. Lejeune sacó del estadio un latigazo en un saque de esquina y, cuando el colegiado se echaba el silbato a la boca, Unai López puso en órbita otro disparo tras un despeje defectuoso de Gumbau.

Sandoval acudió a Gonzalo Villar y Callejón para ver si le cambiaba un poco la cara al encuentro, al banco Corbeanu y Melendo sin apenas aparecer, mientras el Rayo se dejaba envolver por la pachorra. El conjunto rojiblanco dio un paso al frente con el permiso de los vallecanos. El recién incorporado mediocentro murciano armó el fusil desde lejos tras un córner y, más tarde, Gumbau golpeó con violencia una falta, desviada por un zaguero. El encefalograma granadinista, aun así, era plano. Saltó Arezo para agitar el árbol, pero fue Álvaro quien perdonó en la otra meta. Vio cómo se desplegaba ante sí una alfombra roja hacia la meta y dribló a Marc Martínez, que se tiró como Superman a por el utrerano, una centella inalcanzable. El tiro, inexplicablemente, se le marchó al lateral de la red.

Debutó entonces Rodelas, con el dorsal de Bryan Zaragoza y tanta ilusión como atrevimiento. Forzó una falta en su primera acción, endiablado su zigzagueo, y provocó después un córner en el que Miguel Rubio conectó otro frentazo. A su ritmo, parecía animarse el Granada, pero Marc Martínez, que debió de haberse cruzado con un gato negro antes de ponerse los guantes, cogió de nuevo el micrófono. Salió tarde a una pelota que quedaba muerta en el área y se le adelantó De Frutos, que llevaba poco en el campo. Bloqueó el primer tiro, pero el esférico salió rebotado hacia la red sin que hubiera nada punible, aunque hubo que mirar la repetición por la pugna previa. La puntilla.

El Estadio de Vallecas brincaba con la salvación virtual y los nazaríes solo esperaban que se agotara el alargue. Todos, menos Rodelas. El joven, puro descaro, estaba dispuesto a estampar su firma en el encuentro, y vaya si lo hizo. Recibió en el área con espacio para girarse, ni un ápice de duda en su gesto, alcanzó la línea de fondo y sirvió el balón en bandeja de plata. Lucas Boyé, donde viven los ratones de área, aceptó el regalo con la espuela. Proyecta un interesante futuro el canterano. Es con lo único que se puede quedar el granadinismo. Mimbres con los que empezar a construir un futuro mejor cuanto antes.


Ficha técnica:

Rayo Vallecano: Dimitrievski; Iván Balliu, Abdul Mumin, Florian Lejeune, Pacha Espino; Óscar Valentín (Pathé Ciss, 78’), Unai López (Miguel Crespo, 46’); Isi Palazón (Randy Nteka, 87’), Trejo, Álvaro García (Kike Pérez, 87’); y Sergio Camello (De Frutos, 65’).

Granada CF: Marc Martínez; Ricard, Miguel Rubio, Torrente (Rodelas, 73’), Carlos Neva; Sergio Ruiz (Matías Arezo, 60’), Gumbau; Facundo Pellistri, Melendo (Gonzalo Villar, 46’), Theo Corbeanu (Callejón, 46’); y Lucas Boyé.

Goles: 1-0: Lejeune, min. 24; 2-0: De Frutos, min. 80; 2-1: Lucas Boyé, min. 89.

Árbitro: Isidro Díaz de Mera Escuderos, del comité castellanomanchego. Amonestó a los locales Unai López, Pacha Espino, Falcao y Nteka, así como a los visitantes Corbeanu, Callejón y Carlos Neva. Expulsó al local Óscar Trejo.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la 36ª jornada de Liga en Primera División, disputado en el Estadio de Vallecas ante 12.738 espectadores.