La pólvora sigue mojada (0-0)

El Granada empata, de nuevo sin goles, ante el Levante en un encuentro durante el que derramó varias ocasiones, carente de acierto

Granada CF Levante UD
Uzuni protege el balón ante dos rivales | Foto: Antonio L. Juárez
Chema Ruiz España
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La pólvora del Granada sigue mojada y, sin gol, no se puede aspirar a más que un empate. Los hombres de Aitor Karanka han vuelto a derramar este jueves, ante el Levante, numerosas ocasiones, hasta 16 remates aunque solo tres a puerta, para sumar un punto que le deja la boca áspera. El conjunto rojiblanco ha impuesto un control dictatorial durante el primer acto y se ha repuesto a un trance de mejoría visitante tras el intermedio, agitado por Perea y un siempre revulsivo Bryan Zaragoza. El joven malagueño, un osado verso suelto que perfunde alegría al equipo en momentos aciagos, pudo erigirse en héroe en el último minuto, pero Dani Cárdenas anduvo felino para repeler su disparo. Los nazaríes, que pudieron dar un zarpazo a la Liga, fueron mejores y apretaron el gatillo durante toda la noche, pero el cuadro granota salió sin un rasguño. La oportunidad se escapó, como lo hace la cabeza de la clasificación.

Karanka esperaba un paso al frente y lo preparó sin cambios estridentes en la primera noche fría del curso. Neva escuchó su nombre entre los titulares 229 días después de que comenzara su calvario, en Mendizorroza el pasado 19 de marzo. Apostado en el lateral izquierdo, de vuelta Ricard a su orilla natural, tuvo a su diestra a Ignasi Miquel, aquejado de dolor de garganta Víctor Díaz. El resto del once empieza a grabarse en la memoria del hincha como las oraciones que enseñan en catequesis, escrita ya con permanente buena parte de la alineación en la pizarra del vitoriano. No hubo reservas, pese a la cercanía de la visita a Oviedo, ni siquiera en el centro del campo, donde el técnico sugirió la posibilidad de dar descanso a Bodiger o a Petrovic, y mucho menos arriba, donde, además, sabía que sus hombres estarían rabiosos por las ocasiones desperdiciadas el pasado domingo. 

Karanka sostiene que hay encuentros en los que ver una acción de su equipo basta para adivinar cómo irá el resto del choque, como en esas primeras citas en las que no hay feeling y el tiempo hasta pedir la cuenta se eterniza. En la velada de este jueves, los augurios fueron buenos desde el arranque. Puertas recortó en el área para forzar en la primera combinación nazarí un córner que Ricard, después del despeje visitante, finalizaría con potencia a las manos de Dani Cárdenas. Fue el primer aviso, en apenas un minuto de juego. El Granada lucía el traje que entusiasma a su afición, esa faceta incisiva, con profundidad por bandas y agresiva en la presión, en especial en espacios interiores. El cuadro rojiblanco había salido a imponer su ley, pese a que los de Calleja se resistieron. Se escapó Bouldini, en un despiste de Ignasi Miquel, pero acabó amonestado por fingir ante un roce de Miguel Rubio.

A Uzuni se le retuerce el colmillo cuando se abre ante sí la panorámica de Los Cármenes, pero no tuvo su noche. Veloz, el albanés se vistió con la portería entre ceja y ceja. Recortó sobre Pubill en una carrera y combó un disparo que golpeó en la frente de Postigo. Se durmió Cárdenas para recoger el balón llovido y el fallo pilló a contrapié a Callejón, que no pudo cazar la pelota muerta en el área. Más tarde, fue Bodiger quien empalmó una volea en una segunda acción tras el lanzamiento de una falta, desviada por poco por un zaguero.

El Levante era un flan, incapaz de salir de su trinchera y desbordado por los movimientos rojiblancos. Melendo y Callejón no hacían más que levantar el periscopio para buscar la grieta, empañada la mirilla, y Bodiger calibraba su bota izquierda, bien escoltado por un rocoso Petrovic, que incluso se animó a emprender un par de carreras. Raúl Fernández era un mero espectado. Uzuni empotró en la barrera una falta en la frontal y la testa de Miguel Rubio emergía como un caza en cada acción a balón parado. En una de ellas, la pelota fue al travesaño tras tocar en el cogote de Pubill. Al joven se le retrasó Halloween y vivió en Los Cármenes una noche de pesadilla. Se quiso revolver el equipo granota cuando se acercaba el descanso, con menos gasolina en el depósito local, pero el Granada supo meter morfina al duelo y hasta Uzuni templó el metrónomo para desesperación de Calleja, recluido en su caseta.

Todo marchaba bien para el conjunto rojiblanco, o eso parecía, que cantaría el rapero Porta, pero el cero en el marcador al descanso, además de alimentar al fantasma de la falta de gol, mantenía con vida al Levante. Calleja sacó del banco a Soldado para tratar de aprovechar la clemencia nazarí y a Son para taponar la fuga por la que Uzuni volaba, más ordenados los granotas tras la charla de su entrenador en el vestuario. El lateral aprovechó que el internacional albanés se quedó descolgado para pisar área y lanzar un centro-chut que provocó la estirada de Raúl Fernández. Al Granada se le empezó a nublar la vista, mientras los visitantes se desperezaban. 

Petrovic pidió calma antes de que el panorama cambiara demasiado y para los suyos fue como una orden de obligado cumplimiento. Reposaron la posesión y trataron de desestabilizar a su rival basculando de un lado a otro. Abrió Uzuni el juego al costado de Ricard, que encontró la cabeza de Puertas en el punto de penalti, pero el remate picado salió manso a las manos de Cárdenas. Las transiciones, sin embargo, descomponían el rostro rojiblanco. De Frutos y Brugué empezaron a merodear el área, sin hallar aliados para concluir las acciones, pero con la suficiente presencia para hacer resoplar a la grada. Callejón buscó después su perfil bueno para tirar con rosca, a la espalda de Iborra para abortar el peligro.

Karanka vio la cosa fea y remozó todo el frente de ataque. Entraron Perea, Bryan Zaragoza y Jorge Molina, por Melendo, Uzuni y Puertas, mientras que Calleja agitaba el árbol con la entrada de Joni Montiel. Crecía el Levante y el nerviosismo impregnaba a todo el equipo granadino. Disparó alto Pablo Martínez, desde muy lejos, con lo que el runrún brotó en el graderío, entre algunos tímidos pitos. La construcciones locales perdieron fuelle y los errores aparecían con facilidad.

Zigzagueó Perea, que golpeó hasta a dos zagueros en sendos tiros en la misma acción, y Bryan Zaragoza cambió de ritmo en un par de ocasiones para contagiar el ímpetu entre los de franjas horizontales. El canterano es un soplo de aire fresco, una inyección de atrevimiento que reclama la titularidad a gritos. Fue como un trago de la pócima de Astérix, que evitó el hundimiento rojiblanco y provocó su recomposición. Por los carriles corría el peligro, endiabladas las carreras de los dos hombres de banda recién ingresados en el campo, en especial las del joven malagueño, pero no había compinche que enviase la pelota a la jaula. Entró Arezzo, voluntarioso, pero tampoco tuvo presencia.

Los rojiblancos, abanderado el ataque por Bryan Zaragoza, aprisionaron a su rival y dispararon con todo, pero las balas -hasta 16 tiros- silbaban en torno al arco de Cárdenas. El guardameta palmeó lo que iba a ser un golazo del joven malagueño, empeñado en sumar los tres puntos, y detuvo después un remate de Jorge Molina, aciago este curso frente al marco. Se agotaron lo intentos, como los balines en un puesto de la feria, y las latas quedaron en pie. El Levante se quedó con un punto, que no es mal botín dado el asedio, y el Granada se echó otro al bolsillo, insuficiente para su ambición. Queda fuera del playoff, a cinco del ascenso directo. Sin gol, no se puede sumar más. 

Ficha técnica:

Granada CF: Raúl Fernández; Ricard, Miguel Rubio, Ignasi Miquel, Carlos Neva (Quini, 69’); Bodiger, Petrovic; Puertas (Jorge Molina, 63’), Melendo (Perea, 63’), Uzuni (Bryan Zaragoza, 63’); y Callejón (Arezo, 83’).

Levante UD: Dani Cárdenas; Marc Pubill (Son, 45’), Rubén Vezo (Rober Pier, 50’), Sergio Postigo, Álex Muñoz; Pablo Martínez, Iborra, Campaña (Joni Montiel, 68’); Jorge De Frutos, Brugué (Wesley, 80’) y Bouldini (Soldado, 45’).

Árbitro: Dámaso Arcediano Monescillo, del comité castellanomanchego. Amonestó al local Ignasi Miquel, así como a los visitantes Pubill, Bouldini, Iborra, Joni Montiel y Soldado.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la 14ª jornada de Liga en Segunda División, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, ante 15.471 espectadores.







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