"Deniegan sillas de ruedas eléctricas a personas con parálisis cerebral y a las familias les es complicado acceder a ellas"

Aspace pone en marcha la campaña 'La rampa más llana' para reclamar este derecho y que puedan obtener "este producto básico para su vida"

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La campaña reclama el derecho a disponer de una silla de ruedas | Foto: Archivo GD
María José Ramírez
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La gran mayoría de las personas con parálisis cerebral tienen grandes necesidades de apoyo, es decir, necesitan ayuda o acompañamiento las 24 horas del día. También precisan sillas de ruedas eléctricas para poder ser desplazados con mayor comodidad, pero el Sistema Nacional de Salud deniega las sillas de ruedas eléctricas a personas con parálisis cerebral y con grandes necesidades de apoyo, lo que provoca que para muchas familias les sea “complicado acceder a la compra”, como asegura la presidenta de Aspace Granada, Encarnación Navas. “La silla eléctrica cuesta unos 6.000 euros y eso es difícil poderlo costear porque no solamente es comprar la silla, sino que después cualquier tipo de reparación, cuando se agota la batería o cualquier cosa que necesite, también tienes que pagarlo. Y es bastante caro”, lamenta.

Las familias que no pueden afrontar el coste de una silla de ruedas eléctrica, adquieren una manual, que tiene que ser manejada por la persona cuidadora, que en un 71,5% de los casos son las madres. Estas mujeres, al asumir los cuidados de sus hijos con parálisis cerebral reciben un impacto negativo en su salud ya que deben manejar la silla sin un motor que reduzca la carga física. “Cuando el niño es pequeño, la familia suele ser joven, pero cuando el usuario va creciendo, la familia también va creciendo en edad y también sufre una merma física importante. El manejo de la silla de ruedas con una persona adulta, que puede pesar 70 u 80 kilos más los 15 ó 20 que pese la silla, en llano todavía, pero en una cuesta es casi imposible”, asegura la presidenta de Aspace Granada. Por todo ello, la confederación ha puesto en marcha la campaña ‘La rampa más llana del mundo’ para visibilizar esta situación y que se cambie la legislación para que las personas con grandes necesidades de apoyo puedan acceder a las sillas de ruedas eléctricas.

Una persona con parálisis cerebral es empujada en su silla de ruedas | Foto: E. P.

Una persona con parálisis cerebral es empujada en su silla de ruedas | Foto: E. P.

La normativa del Sistema Nacional de Salud exige el manejo autónomo de la silla para conceder sillas de ruedas eléctricas, algo que “choca con la realidad de las personas con parálisis cerebral, quienes en un 80% de los casos tienen grandes necesidades de apoyo y precisan de la asistencia de otra persona”, apuntan desde Aspace. La confederación considera que la norma “resulta discriminatoria para personas con parálisis cerebral, ya que se impide la subvención de un producto básico para su vida y para su participación social en condiciones de igualdad”.

“A las personas con parálisis cerebral normalmente se les deniega la silla de ruedas eléctrica porque para que te receten una tienes que ser tú mismo quien la pueda movilizar y, en su caso, más del 80% tienen unas grandes necesidades de apoyo y ellos por sí mismos no, pero su cuidador, que también sufre las consecuencias de un periodo tan largo de atención, podría manejarla”, apunta Encarnación Navas, quien añade que les ayudaría “un montón” que la cartera de servicios del sistema nacional y el catálogo de productos de apoyo “cambiara en este sentido y recogiera que si una tercera persona puede manejar la silla, se permitiera que se recetara”. “Ahora se receta, lo prescribe un médico rehabilitador e incluso con un informe favorable del trabajador social, pero cuando llegas a inspección, te la deniegan porque la persona por sí misma no puede manejarla y la principal demanda es que se modifique la cartera de servicios a nivel nacional”, expone Navas.

Un hombre mayor en silla de ruedas | Foto: E. P.

Un hombre mayor en silla de ruedas | Foto: E. P.

En Granada son varias las familias afectadas por haberles denegado una silla de ruedas eléctrica, como sucede en otras comunidades autónomas. Solo en Navarra y en el País Vasco se admiten recetas de sillas de ruedas eléctricas a personas con parálisis cerebral, explica la presidenta de Aspace Granada. La confederación pide a la ciudadanía que firme en la web de la campaña ‘La rampa más llana’ - https://www.aspace.org/larampamasllana - para conseguir cambiar la legislación y el catálogo común de prestación ortoprotésica del Sistema Nacional de Salud para que las personas con parálisis cerebral puedan acceder a “este producto básico para su vida y para su participación social en condiciones de igualdad”.







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