Vacaciones en Paz: la solidaridad abre las puertas al verano en Granada

Un año más, familias granadinas abren sus hogares a niños saharauis para ofrecerles un verano inolvidable, aunque con crecientes dificultades

Amigos con el Sahara Granada
Niños saharauis posan con sus familias de acogida de Granada | Foto: Instagram de Asociación Granadina de Amistad con el Pueblo Saharaui
Juan Pérez Martín
0

En un rincón inhóspito del desierto, en los campamentos de refugiados saharauis, miles de niños crecen rodeados de arena, calor extremo, y escasez. Viven en el exilio desde hace casi medio siglo, sobreviviendo con ayuda humanitaria que llega tarde, incompleta, o a veces simplemente no llega. Sin embargo, desde hace más de cuatro décadas, un proyecto nacido del compromiso y la solidaridad ha traído luz y esperanza a sus veranos: Vacaciones en Paz.

Este programa, impulsado por asociaciones de amistad con el pueblo saharaui en toda España, permite a niños y niñas de entre 8 y 12 años pasar los meses de julio y agosto con familias de acogida, lejos de los 50 grados del desierto y cerca de una atención médica, alimentación equilibrada, y nuevas experiencias culturales que enriquecen notoriamente a los niños.

Granada, un verano solidario

En Granada, la Asociación Granadina de Amistad con el Pueblo Saharaui coordina año tras año este esfuerzo colectivo. Su presidenta, María Cortés, lo resume con claridad: “El proyecto tiene tres objetivos fundamentales: atención sanitaria, una alimentación más variada y equilibrada, y alejarlos del calor extremo del desierto”.
Las familias interesadas en acoger pasan por un proceso de selección riguroso. “La Junta de Andalucía exige ciertos requisitos básicos: que no haya antecedentes penales, que no estén involucrados en otros procesos de acogida o adopción, y que tengan menos de 65 años. Desde la asociación también se realiza una entrevista personal y una visita domiciliaria”, explica.

@granadadigital 🏖️ Vacaciones en Paz: la solidaridad abre las puertas al verano en Granada #Granada #actualidad #noticiastiktok #viraltiktokvideo #noticiasen1minuto #viral_video #parati ♬ Historias en la Noche - Miguel Angel Albentosa Bó (MaaBo)

Este año, los menores participantes han nacido en 2015. Llegan sin una base fuerte de idioma, aunque se defienden como pueden, y sin conocer a las familias ni la cultura, pero con una disposición sorprendente. “En una semana, por señas, gestos y sonrisas, ya están integrados”, dice Cortés, quien también destaca el valor del acompañamiento constante que brinda la red de coordinadores y traductores saharauis para superar las barreras culturales y comunicativas.

Además, la asociación cuenta con una casa de monitores donde los menores pueden ser trasladados temporalmente si surge alguna situación extraordinaria en la familia acogedora. “No se trata solo de cuidar a un niño, sino de tener un compromiso real y estar preparados para los imprevistos”, recalca.

Una experiencia transformadora para las familias

Alejandro y Mariana son una de las muchas parejas que decidieron abrir su hogar y su corazón a estos niños. “Yo conocía el programa desde los años 90 en mi pueblo”, añade Alejandro que, al igual que muchos granadinos, conocen este proyecto desde hace años por el trasfondo social y humanitario que tiene detrás. “Cuando vi un cartel en un autobús, me despertó el interés”, recuerda Mariana que, por su parte, no conocía la causa, pero pronto se sintió identificada con el compromiso humanitario del proyecto.

Familia Acogida Niños Saharuis

Alejandro y Mariana posan con los niños de acogida que tuvieron el año pasado | Foto: Remitida

El verano pasado acogieron a dos menores. “Fue un desafío, sobre todo por la barrera del idioma, pero también una experiencia de aprendizaje increíble. Tuvimos que comunicarnos de otras formas: miradas, gestos, sonrisas…”, relatan.

En lo sanitario, también hubo retos. “Uno de los niños tenía un tapón en el oído y caries, pero gracias a los centros de salud y a la Junta de Andalucía, todo se solucionó sin problemas”. En cuanto a la adaptación cultural, destacan que “algunos niños ya tienen experiencia previa en Europa, lo que facilita el proceso, pero también requiere un esfuerzo por nuestra parte: adaptar horarios, alimentación adaptada al musulmán, entender sus costumbres”.

Alejandro insiste en que es una experiencia transformadora: “No es solo un verano. Muchas veces se crea un vínculo de varios años, y a menudo una relación para toda la vida. Te abre a otra cultura, y también te hace crecer como persona”, añade.

Y es que es tan fuerte el vinculo que hay casos donde las familias tienen una relación estrecha entre ellas. Al final, pese a que la situación no sea la mejor, desde el Sahara se preocupan por el bienestar de sus hijos y familiares, que toman como una oportunidad para seguir formando a los más pequeños saliendo de su zona de confort.

Una niña saharaui posa con su familia del Sahara y de España

Una niña saharaui posa a la izquierda con su familia en el Sahara y, a la derecha, con miembros de su familia de acogida en Granada | Foto: Remitida

Crecientes dificultades en el proceso

El programa, sin embargo, no es ajeno a las dificultades logísticas y económicas. “Este año hemos sufrido un duro golpe”, reconoce la máxima responsable de la entidad en Granada. “La Diputación nos ha recortado 20.000 euros de la subvención que servía para pagar los vuelos de los niños, y además Air Algerie ha subido los billetes 200 euros por niño tras su llegada”, manifiesta con preocupación.

Este doble golpe ha obligado a la asociación a volcarse en actividades solidarias como teatros y mercadillos para financiar el proyecto. “Estamos luchando, pero necesitamos más apoyo y, sobre todo, más familias. Cada año hay niños que se quedan sin venir por falta de hogares que los acojan”.

De hecho, este es uno de los principales problemas, junto con el económico, que arrastran ahora mismo. Y es que, como se puede observar en distintos puntos de Granada, Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui está buscando más familias que puedan adoptar durante los meses de julio y agosto a niños saharauis. Un compromiso que debe ser sólido y donde pongan el valor la responsabilidad que tiene al igual que todo lo positivo que supone el ayudar.

No es solo unas vacaciones

Vacaciones en Paz no es un simple intercambio cultural ni un respiro temporal. Es un puente entre mundos que se miran, se entienden y se abrazan. Los beneficios para los menores saharauis son incuestionables: mejora de la salud, nutrición, acceso médico, aprendizaje del español y una vivencia humana que marca sus vidas.

Pero también lo es para las familias españolas: una puerta abierta a la empatía, a la diversidad, al compromiso. Alejandro lo resume bien: “Ellos vienen con nostalgia, con miedo incluso, pero se van con una mochila llena de experiencias nuevas. Y nosotros también”.

Allí, en los campamentos saharauis, los niños siguen jugando con latas vacías convertidas en juguetes. Pero gracias a Vacaciones en Paz por unos meses al año cambian las latas por castillos de arena en la playa, las sombras por abrazos, y el calor del desierto por la calidez humana.







Se el primero en comentar

Deja un comentario