Trucos legales para pagar menos si haces la declaración de la renta en 2025
Revisa bien tu borrador, no te olvides de las deducciones y aprovecha las ventajas que existen

Cada primavera, más de 20 millones de contribuyentes se enfrentan al mismo ritual: la declaración de la renta. Y con ella, una avalancha de dudas, cálculos, y en muchos casos, sorpresas desagradables. ¿Estoy obligado a presentarla? ¿Qué gastos me puedo desgravar? ¿Hay alguna forma legal de pagar menos?
Este año, la campaña del IRPF correspondiente al ejercicio 2024 (que se presenta en 2025) viene con novedades, y muchas personas siguen sin tener claras las reglas del juego. En este artículo respondemos a las preguntas más frecuentes sobre la declaración de la renta en España y te contamos cómo puedes optimizar tu resultado final sin salirte de la ley.
¿Estoy obligado a hacer la declaración de la renta en 2025?
La primera duda es básica pero esencial. Y la respuesta no es tan simple como parece. Según la Agencia Tributaria, sí estás obligado a declarar si:
- Has ganado más de 22.000 euros al año de un solo pagador
- Si has tenido dos o más pagadores, y el segundo te ha ingresado más de 1.500 euros, el límite baja a 15.000 euros
- También estás obligado si has tenido ingresos por actividades económicas (como los autónomos), ganancias patrimoniales (como la venta de acciones o criptomonedas), o alquileres.
Muchos contribuyentes, por ejemplo quienes tienen un segundo trabajo temporal o han cobrado una ayuda pública, se llevan la sorpresa de que tienen que presentar la declaración, incluso si no lo esperaban.
Fechas clave para no perderse
La campaña de la Renta 2024 arrancó el 3 de abril de 2025 y termina el 30 de junio. Durante este tiempo se puede presentar la declaración por internet, que es la forma más rápida y cómoda. Si prefieres hacerla por teléfono o de forma presencial en una oficina de la Agencia Tributaria, tendrás que pedir cita previa y estar pendiente de los plazos específicos.
¿Cómo pagar menos impuestos en la declaración de la renta?
Aquí viene lo que todos queremos saber. Existen varias deducciones fiscales y estrategias legales que pueden ayudarte a reducir lo que pagas o incluso a que te salga la renta a devolver. Vamos por partes:
Hipoteca de vivienda habitual
Si compraste tu casa antes de 2013 y todavía pagas hipoteca, puedes deducir hasta el 15% de lo pagado, con un máximo de 9.040 euros al año. Pero cuidado: esta deducción ya no se aplica a viviendas compradas después de esa fecha.
Planes de pensiones
Meter dinero en un plan de pensiones sigue siendo uno de los recursos más útiles para rebajar la base imponible. El límite general de aportación deducible es de 1.500 euros, aunque hay excepciones para cónyuges sin ingresos o autónomos.
Donativos
Las donaciones a ONG, fundaciones o entidades sin ánimo de lucro también desgravan. Los primeros 150 euros se desgravan al 80%, y el resto puede deducirse entre el 35% y el 40%.
Deducciones por maternidad
Si eres madre trabajadora y tienes hijos menores de 3 años, puedes acceder a una deducción de hasta 1.200 euros por hijo. Y no hace falta hacer nada especial: Hacienda suele incluirlo automáticamente si los datos están bien.
Deducciones autonómicas
No todas las deducciones vienen del Estado. Muchas comunidades autónomas ofrecen beneficios por alquiler, educación de hijos, inversiones verdes o incluso por mudarte a zonas rurales. Revisar el apartado autonómico en el borrador puede marcar la diferencia.
Los errores más comunes (y cómo evitarlos)
Hay quienes hacen su declaración en cinco minutos. Pero también hay quienes se lanzan sin revisar y luego vienen los disgustos. Aquí van tres errores típicos que puedes evitar con un poco de atención:
- Confiarse del borrador. Hacienda no lo sabe todo. Si tienes ingresos de alquileres, criptomonedas, ayudas públicas o segundas actividades, es probable que no estén incluidos en el borrador. Verifica siempre.
- No aplicar deducciones disponibles. A veces se pasa por alto deducciones como las autonómicas, los donativos o las aportaciones a planes de pensiones.
- No incluir a tus hijos en la unidad familiar. Si tienes hijos y haces la declaración individual, puede que te interese más hacerla de forma conjunta, sobre todo si uno de los progenitores tiene ingresos bajos o nulos.
¿Qué pasa si estoy en paro o soy autónomo?
Estar en paro no siempre te obliga a declarar, pero depende de lo que hayas cobrado. Si solo has percibido la prestación del SEPE y no superas los 15.000 euros anuales (si hay varios pagadores), podrías estar exento. Pero si además trabajaste un tiempo o recibiste ayudas extra, revísalo bien.
Los trabajadores por cuenta propia están siempre obligados a declarar, aunque no hayan tenido beneficios. Eso sí, tienen más margen para deducir gastos: cuotas de autónomos, suministros si trabajan desde casa, formación, materiales, gestoría...
¿Y si la renta me sale a pagar?
Tranquilidad. Puedes fraccionar el pago en dos partes: un 60% al presentar la declaración y el 40% restante en noviembre. También puedes domiciliar el pago para no tener que estar pendiente.
¿Y si te sale a devolver? Mejor. Hacienda tiene hasta seis meses desde que termina la campaña para ingresarte el dinero, aunque suele hacerlo en pocas semanas si todo está correcto.
Hacer la declaración de la renta no tiene por qué ser una pesadilla. Con algo de atención, algo de planificación y, si es necesario, un buen asesor fiscal, puedes asegurarte de que pagas solo lo justo. Revisa bien tu borrador, no te olvides de las deducciones y aprovecha las ventajas legales para reducir tu factura fiscal.
Porque sí, hacer la renta da pereza. Pero hacerla bien… puede valer mucho dinero.
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