Granada pone en común con Madrid, Málaga y Almería los retos de la ZBE

La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Granada es una realidad desde hace semanas, aunque entre los granadinos exista cierta sensación de tregua hasta que en octubre entre en vigor el régimen sancionador. Lo que no espera es la necesidad de ofrecer la información oportuna a todos los que componen la sociedad granadina, explicar a qué retos se enfrenta la ciudad y los motivos y medidas que obligan a desarrollar actuaciones que mejoren la calidad del aire que respiramos. Ese ha sido el propósito de la jornada ‘Cuidamos una Granada para vivir’, celebrada en el Carmen de los Mártires.

Al acto han asistido como ponentes los responsables de movilidad de ayuntamientos que ya tienen implantadas sus ZBE: Madrid, Málaga, Almería y Granada. El foro ha estado dirigido al mundo de la empresa y ha versado en torno a tres temáticas fundamentales: los retos iniciales de la implantación de las ZBE, la visión técnica de cómo se han puesto en funcionamiento y el impacto que tienen o tendrán en la calidad del aire y la salud pública. ‘Cuidamos una Granada para vivir’ ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Granada y de la candidatura a Capital Europea de la Cultura Granada 2031. La organización ha estado a cargo de doctortrece.

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“Aquí en Granada presumimos de muchas cuestiones, pero tenemos que resolver la mejora de la calidad el aire. Los cambios producen situaciones de ansiedad pero necesitamos trasladar la necesidad de este cambio a los demás y la aplicación de medidas”, ha comentado Marifrán Carazo, alcaldesa de Granada, en su bienvenida a los asistentes.

El aprendizaje compartido de las ZBE

“Los aprendizajes que otras ciudades han tenido nos están sirviendo a nosotros tanto desde el punto de vista legal como, también, de qué ha sido más efectivo y cuáles han sido las sensaciones de la población y de las asociaciones”, ha explicado a GranadaDigital Ana Agudo, concejala de Movilidad del Ayuntamiento de Granada. A su juicio, la mesa redonda sobre salud ha sido la más importante de la mañana. “Esto se hace para mejorar la salud de los ciudadanos, que es lo que nos importa”, ha recordado.

La transición en la que se encuentra Granada ya la han atravesado antes otras ciudades andaluzas. Cada una con sus particularidades, todas encontraron problemas al principio a la hora de explicar por qué había que restringir el tráfico en los centros urbanos. Todas, en cierta medida, se fijaron en el modelo de Madrid, cuyo delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Francisco de Borja Carabante, ha protagonizado la primera charla de la mañana.

“En Madrid optamos por tres cuestiones: la progresividad, introduciendo cada año nuevas restricciones; dimos alternativas de movilidad, colocando varias líneas de autobuses gratuitas por el centro de Madrid; y acompañamos a las empresas y familias en esa transición poniendo en marcha una serie de ayudas”, ha explicado en atención a GranadaDigital.

Sobre las expectativas cumplidas por la ZBE

Los ponentes que más años llevan conviviendo con una ZBE coinciden al señalar que si a día de hoy se le propusiera a la población echar marcha atrás la respuesta sería negativa. “La acogida que ha tenido en Madrid después de cinco años de implantación ha sido muy buena. Nos ha permitido cumplir las expectativas de la mejora de la calidad del aire”, ha asegurado Carabante.

En el caso de Granada, el 80% de los vehículos que circulan diariamente por su calles tienen su origen en el Área Metropolitana. Es la gran particularidad granadina frente a las experiencias de ciudades como Almería, por ejemplo, en donde no existía una necesidad medioambiental acuciante, pero sí graves problemas de movilidad. “Explicar por qué había que implantar la ZBE fue francamente difícil”, ha apuntado María del Mar García, delegada de Función Pública y Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Almería. En el caso almeriense se hizo una importante inversión en tecnología que les permitió analizar los flujos de circulación de vehículos o la ocupación de aparcamientos y zonas de carga y descarga. Conforme a esos datos se propusieron itinerarios de movilidad más óptimos que permitieron descongestionar el tráfico en el centro.

La ZBE sirvió a Málaga para impulsar el uso del transporte público. Como en Almería, los niveles de contaminación de su aire se encontraban dentro de los estándares adecuados. “Nunca se había promocionado el transporte público. Nos hacía falta apostar por el transporte público y vimos que la ZBE nos iba a servir para eso”, ha asegurado María Trinidad Hernández, concejala de Movilidad de Málaga.