Miles de granadinos realizan la ofrenda floral pese a la amenaza de lluvia | Vídeo

La Basílica de Nuestra Señora de las Angustias se ha llenado de flores para conmemorar el día de la Patrona de la ciudad

Los granadinos ofrecen sus flores | Foto: Nacho Santana
Nacho Santana | Imagen: Javier Gea
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Hay días en Granada que tienen una atmósfera especial. El 15 de septiembre es uno de ellos, pues es la fecha en la que los granadinos presentan sus respetos a la Patrona de la ciudad: la Virgen de las Angustias.

Desde que comenzase la tradición en la década de los 80, hay una serie de factores que siempre se repiten. El primero de ellos está en el cielo, que año tras año se torna en gris para tratar de tornar en dudas la devoción de los granadinos. Sin embargo, el color que pierde el firmamento lo ganan las calles. La Fuente de las Batallas se llena de puestos con flores de todos los tipos y tamaños, y los aledaños se vuelven una pasarela de olores por la que desfilan casi tantas personas como flores, pues otra de las tradiciones adquiridas de la fecha es que la cola de ciudadanos esperando para rendir culto a su Patrona dé la vuelta a la manzana.

Todas las personalidades -tanto políticas como a cualquier nivel institucional- de Granada han querido estar presentes en un día tan especial para la gente de la ciudad. Pese a su presencia, han sido claros sabedores de que no era un día para ellos, sino para la Virgen de las Angustias y los miles de personas que aguantaron más de una hora de cola para poder brindarle sus flores y expresarle sus peticiones para este año.

Ofrenda floral del alcalde | Foto: Nacho Santana

Así, la jornada dejó los nombres en un segundo plano y se centró en los homenajes. Todas las instituciones presentaron sus respetos, al igual que todos los granadinos asistentes tuvieron la oportunidad de mostrar su devoción y dejar su ramo de flores o donativo en la mesa destinada para ello. Lágrimas de emoción se mezclaban con gritos de “¡viva la Virgen de las Angustias!” o “‘¡viva nuestra Patrona!” a la par que los ramos se colocaban sobre una estructura ligada a la tradición, hundida en algunas zonas por el paso del tiempo, pero tan firme como la resolución de los granadinos, que no permiten que el clima decida si acuden o no a visitar a su Patrona.

Si algo demuestra estas fechas es que la tradición no es cuestión de edades. Ancianos, adultos y niños se han acercado a la Basílica a presentar sus respetos en un día que, tal y como reconocían algunos asistentes, “pasa de generación en generación”. Un año más, Granada se ha mostrado fiel a su cita con la Patrona en una fecha que no se aguará, llueva lo que llueva y pase el tiempo que pase.

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