Fitness y calvicie: ¿tienen alguna relación directa entre sí?
Ha surgido una preocupación entre ciertos sectores de la población, especialmente entre los hombres jóvenes, que entrenan con intensidad

El deporte se ha consolidado como una de las prácticas más recomendadas para mantener un estilo de vida saludable. Ayuda a controlar el peso, mejora la salud cardiovascular, fortalece los músculos y contribuye al bienestar mental gracias a la liberación de endorfinas. No obstante, en los últimos años ha surgido una preocupación entre ciertos sectores de la población, especialmente entre los hombres jóvenes que entrenan con intensidad: ¿puede la actividad física, sobre todo la musculación, estar relacionada con la caída del cabello?
Según varios especialistas reconocen que no existe una relación directa entre practicar deporte y desarrollar alopecia. “Hacer ejercicio no causa calvicie”, explican. Sin embargo, matizan que hay ciertos factores relacionados con el entrenamiento que, si no se controlan adecuadamente, pueden influir negativamente en la salud capilar.
Uno de los aspectos más controvertidos es el uso de esteroides anabólicos, una práctica no médica y peligrosa que algunas personas adoptan para aumentar rápidamente la masa muscular. El consumo de estas sustancias puede alterar los niveles hormonales del cuerpo, especialmente elevando la concentración de dihidrotestosterona (DHT), una hormona derivada de la testosterona que está directamente relacionada con la alopecia androgenética, la forma más común de pérdida de cabello. Este tipo de alopecia tiene un fuerte componente genético, pero puede acelerarse por factores hormonales como los que provocan los esteroides.
Además de los anabólicos, también se debe tener en cuenta el estrés físico al que puede someterse el cuerpo con entrenamientos excesivamente intensos o sin una adecuada planificación. “El sobreentrenamiento, el déficit calórico prolongado o los niveles muy bajos de grasa corporal pueden derivar en desequilibrios hormonales y carencias nutricionales que afecten al cabello”, explican.. “El pelo es muy sensible a los cambios en el organismo. Cuando el cuerpo detecta que hay una carencia, como de hierro, zinc o proteínas, puede priorizar otras funciones vitales y dejar en segundo plano el crecimiento capilar”.
Otro factor relevante es el estrés psicológico, muy presente en deportes de alto rendimiento o en personas con metas físicas exigentes. El estrés crónico puede inducir un tipo de caída llamado efluvio telógeno, que provoca que un gran número de folículos entren prematuramente en la fase de reposo, resultando en una pérdida repentina de cabello.
Por otro lado, también existen efectos positivos del ejercicio sobre la salud capilar. La actividad física moderada mejora la circulación sanguínea, lo que a su vez favorece el riego de los folículos pilosos. También ayuda a regular el sueño y a reducir el cortisol, la hormona del estrés, que en niveles elevados puede ser perjudicial para el cuero cabelludo.
Los especialistas concluyen que el deporte, practicado de manera equilibrada y con un enfoque saludable, es más beneficioso que perjudicial para el cabello. Sin embargo, recomiendan estar atentos a las señales de alerta. “Si notas una caída excesiva, zonas despobladas o afinamiento progresivo, lo ideal es acudir a un dermatólogo o tricólogo para realizar un diagnóstico precoz”, aconsejan.
En definitiva, la clave está en el equilibrio. Hacer ejercicio, seguir una dieta rica en nutrientes esenciales, evitar prácticas peligrosas como el uso de anabólicos y gestionar adecuadamente el estrés son factores que no solo mejoran el rendimiento físico y la salud general, sino que también pueden ayudar a conservar una buena salud capilar.
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