Una falta de ambición que hace retroceder en el tiempo

La falta de actitud de Felicio, los escasos minutos de Dimé y Barton y el ínfimo acierto en el lanzamiento marcan un encuentro muy perjudicial para el Covirán

Coviran Granada Baxi Manresa
Cristiano Felicio en el encuentro ante Baxi Manresa | Foto: Antonio L. Juárez
Ainoa Morano
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El Covirán Granada ha mostrado este pasado domingo su cara B en un partido trascendental en la lucha por la permanencia. El duelo ante MoraBanc Andorra era una oportunidad de oro para dar un paso vital en el objetivo de la salvación, una oportunidad que salió despedida por la borda desde el pitido inicial. Las opciones de continuar en la ACB siguen intactas, pero la imagen de los rojinegros en el Principado trae de vuelta un runrún que parecía disipado tras las victorias ante Bilbao Basket y Joventut Badalona.

Los de Pablo Pin volvieron a mostrar una impasividad y una falta de ambición que preocupa a la afición dada la altura de la temporada en la que se produce. El propio técnico granadino expresó esta "falta de ambición" en rueda de prensa en referencia a la actuación de Cristiano Felicio, uno de los hombres claramente señalados tras el encuentro en Andorra.

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El pívot brasileño acumula ya demasiadas jornadas en las que su nivel no es el esperado. Felicio cerró sus 13:20 minutos en pista con 0 puntos, 3 rebotes y un balón perdido que supuso un -21 con él en pista. Por momentos se le vio caminando por la cancha, sin intensidad en el juego ni una clara intención de pelear por el rebote como habitualmente suele hacer. Su presencia en el encuentro fue meramente testimonial, provocando que el juego interior de los rojinegros se resintiese en varios momentos claves del encuentro.

Ante la mala actuación del brasileño, sorprende los escasos minutos de los que disfrutó Malik Dimé. El pívot senegalés apenas formó parte de la rotación durante poco más de cuatro minutos, el menor tiempo jugado desde que forma parte de Covirán Granada. Si bien es cierto que no fue el día para muchos jugadores rojinegros, dada la versión que mostraba Felicio, quizás el cambio por Dimé podría haber sido una solución la evidente superioridad de los interiores de MoraBanc Andorra.

Tampoco fue el partido para Will Barton. El ex jugador de la NBA, que suma ya tres encuentros como rojinegros, pisó el parqué del Pavelló de Gobern durante tres minutos y 33 segundos. El escolta estadounidense aun muestra ciertas dudas en su juego y su falta de comprensión de los sistemas y de la intensidad que requiere la ACB es evidente. Aun así, cuando la victoria ya no era factible y Andorra caminaba a placer hacia los 20 puntos de diferencia, sorprendió no ver a Barton en pista para coger algo de rodaje.

Números en acierto lejos de la versión real de Covirán Granada

El acierto de Covirán Granada de cara al aro tampoco fue la esperaba. En partidos como el del pasado domingo, donde ambos rivales se juegan el todo por el todo, es habitual ver como los nervios y la presión juegan una mala pasada, ya ocurrió en el Breogán-Palencia del sábado donde el marcador quedó en números bajos. En el caso de Covirán Granada, sus números en lanzamientos de dos y tres puntos, así como desde el tiro libre, quedan muy lejos de lo que se necesita para este final de temporada.

En el tiro de dos, los rojinegros anotaron 17 de 42 lanzamientos efectuados, un 40% de acierto. Este porcentaje es la primera vez que se da en toda la segunda vuelta y una cifra que no se veía en la plantilla granadina desde la Jornada 1 ante UCAM Murcia. En el acierto desde el triple, el 32% es más que aceptable, el problema es que toda esa buena fortuna se concentró en las figuras de Kwan Cheatham, Elias Valtonen y Jonathan Rousselle, echando en falta la ausencia de jugadores como Kramer, Costa o Wiley en este aspecto. En el tiro libre, los bajos porcentajes de acierto, no llegando si quiera al 50% y los escasos nueve lanzamientos desde la línea de personal también perjudicaron y fueron una muestra clara de la falta de intensidad que mostró el equipo. La única vez que Covirán Granada ha lanzado menos tiros libres fue ante el Real Madrid donde acudió en seis ocasiones a la línea de personal.

Por último, el dejarse ir en el último periodo fue la gota que colmó un vaso que ya entró rebosante al parqué. Los de Pablo Pin se habían mantenido con opciones hasta el inicio del último acto donde la diferencia en el marcador era de nueve puntos. Con el pitido que marcaba el inicio de los restantes diez minutos, el Covirán se diluyó en el partido sin mostrar oposición a un MoraBanc Andorra que tuvo ante sí la oportunidad perfecta para dar la estocada final. El parcial de 33 a 16 solo ejemplifica que los granadinos no quisieron tanto la victoria como los locales. La diferencia de 26 puntos en el marcador final impide ver cualquier aspecto positivo de un encuentro al que le faltó ambición, energía, ilusión y coraje por parte de los rojinegros. Una actuación que recuerda a desplazamiento pasados como los vividos ante Girona o Breogán, partidos que no dejaron en buen lugar a un Covirán Granada que aun tiene que visitar Palencia, esa vez sí en una verdadera final por la permanencia.