Denzel Washington y Viola Davis protagonizan Fences: "No estamos aquí por el #OscarsSoWhite"

El actor, dos veces ganador de la estatuilla por sus trabajos en Glory (1989) y Training Day (2001), apuesta fuerte por la que es su tercera película como director

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Foto: PARAMOUNT PICTURES
E.P.
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El próximo viernes 24 de febrero llega a los cines Fences, un filme protagonizado y dirigido por Denzel Washington que opta a cuatro premios Oscar, entre ellos mejor película, mejor actor (para el propio Washington) y mejor actriz secundaria (Viola Davis). Y tras la polémica racial del pasado año, cuando muchas voces afearon la falta de diversidad en las nominaciones de la Academia, Washington reivindica la historia de Fences más allá de cuotas raciales. "No estamos aquí por el #OscarsSoWhite", sentencia.

En Fences, escrita por August Wilson en 1983 y ganadora del Premio Tony a la Mejor Obra de Teatro y galardonada también con el Premio Pulitzer al Mejor Drama, Washington interpreta a una antigua estrella del béisbol americano al que los conflictos raciales no dejaron triunfar en la vida y ahora se ve obligado a trabajar recogiendo basura.

El actor, dos veces ganador de la estatuilla por sus trabajos en Glory (1989) y Training Day (2001), apuesta fuerte por la que es su tercera película como director. Washington habla con orgullo de la historia de Fences, que ya llevó con un éxito arrollado a las tablas de Broadway, y de su guionista, August Wilson, muerto en 2005, dos veces ganador del Premio Pulitzer y nominado este año al Oscar al mejor guión adaptado por el libreto de su propia obra de teatro.

"Cuando hicimos Fences en Broadway, obtuvimos más nominaciones [a los Tony] que cualquier otra obra en la historia del teatro americano. Teníamos que estar aquí este año. August Wilson no está aquí por lo que alguien tuiteó o lo que sea hace un año. Teníamos que estar aquí este año porque así es como estaba previsto en el calendario. Estuvimos trabajando en ello los últimos siete años", afirma en una entrevista concedida al diario británico The Guardian.

Su compañera de reparto, Viola Davis, también puede (volver a) hacer historia. En 2015 se convirtió en la primera mujer negra en ganar el Emmy a Mejor Actriz de Drama por How To Get Away With Murder y este año, siendo, de nuevo, la primera mujer negra en conseguir tres nominaciones, es la favorita para hacerse con el galardón a Mejor Actriz Secundaria tras hacer lo propio en la última edición de los Globos de Oro.

Pero ella es escéptica. Tras conseguir el BAFTA en la misma categoría, advirtió en la rueda de prensa posterior que este año puede ser una anomalía. "Creo que es aún deficiente que este año tengamos una plétora de películas afroamericanas y luego el año que viene nada", advirtió, ya que las primeras predicciones para los Oscar de 2018 ya van dejando entrever qué películas despuntarán "y hay muy pocos nombres afroamericanos ahí".

VIOLA DAVIS: TODA VIDA, TODA CULTURA

Para Davis, que recordó a su difunto padre en sus agradecimientos, August Wilson le enseñó que "como afroamericanos, nuestras vidas importaban. El cuidador de caballos, el portero, la gente que creció bajo la pesada bota de Jim Crow [Leyes que promulgaban la segregación racial]. Las personas que no están en los libros de historia tienen una historia y esas historias merecen ser contadas porque las vivieron".

Para Washington, el problema no es el color de la piel, sino la cultura. "Steven Spielberg podría haber dirigido Uno de los nuestros de no haberlo hecho Scorsese. Y ambos son blancos", comienza diciendo el actor. El color no me importa, es la cultura. Scorsese entendía la cultura italoamericana y Spielberg no. De todas formas, sólo porque seas negro no significa necesariamente que entiendas su cultura. Pero yo la entiendo. Yo sé por qué mi personaje dice esa frase, o sé cómo huele el pelo de su mujer un domingo por la mañana: es un olor específico que me recordaba a mi madre cuando nos hacía el desayuno. Eso es una cultura", arguye.

Cultura que Davis quiere para su hija de cinco años, Genesis, aunque tiene miedo de que las perspectivas para ella sean peor que las que ella tuvo. "Ella tiene que entender que debe cambiar aquello que ella quiera cambiar. No puede asumir que la población ha despertado: mira el clima político actual. Ahora más que nunca tenemos que ser el instrumento del cambio", afirmó la intérprete.

Un cambio que no se da en la industria para Washington, donde según sólo se entiende el lenguaje del dólar. "Incluso si hubiera hecho la película con mi propio dinero, no sentiría presión por ello. La presión estaba en adaptar a August Wilson. Si Fences, que está teniendo buena taquilla en EE.UU., sería mucho más difícil pedir dinero para la siguiente. Y no tendría nada que ver con el color. Si te doy 25 millones, quiero mi dinero de vuelta, no escuchar qué significo esta experiencia para ti. Esto es un negocio", afirma Denzel Washington en su versión más pragmática.