Cuando las personas sienten que su opinión no cuenta, se desconectan

Cuando las personas sienten que su opinión no cuenta, se desconectan de su trabajo, de su equipo y del propósito de su organización. Así lo contaba Nacho Vallejo en X.
El error más grande, es simplemente no intentar fomentar la participación activa. No se trata de una tarea única, sino de un esfuerzo constante para involucrar a los trabajadores en todos los aspectos de la organización.
¿En qué comportamientos podemos detectar que vamos en la dirección equivocada? ¿Cómo podemos anticiparnos y darnos cuenta de que no estamos realizando esa desconexión emocional? Pues en conductas como:
• Cuando nos llevamos parte del trabajo a casa (de manera reiterada, se entiende, no hablamos de casos puntuales).
• Cuando el teletrabajo nos lleva a no tener horarios.
• Cuando dedicamos ratos de ocio a conectarnos con la actividad laboral (enviar emails atrasados, adelantar papeleos, etc.).
• Cuando vivimos los “fracasos laborales” como personales.
• Cuando respondemos llamadas de trabajo no urgentes a cualquier hora y en cualquier lugar.
• Cuando sentimos que debemos responder mensajes nada más los recibo.
• Cuando trabajamos mientras comemos.
• Si nos sentimos culpable cuando nos ausentamos del trabajo por enfermedad.
El 44 % de los trabajadores se sienten más motivados cuando su trabajo es atractivo y agradable. Eso significa que la participación es uno de los aspectos más importantes en los que deben centrarse para ayudar a los trabajadores a crecer, alcanzar sus objetivos y sentirse satisfechos en el trabajo.
Encontramos desconexión emocional con:
• Colaboradores poco comprometidos.
• Climas laborales tensos o indiferentes.
• Bajo rendimiento colectivo.
• Rotación creciente.
• Y líderes emocionalmente agotados, intentando motivar a un equipo que parece estar en piloto automático.
Todo ello genera desconexión emocional. La desconexión emocional está relacionada con la dificultad para identificar y experimentar diversas emociones. Puede llegar a englobar muchas dificultades emocionales, como por ejemplo, represión, negación, bloqueo, enganche o desconocimiento de nuestras propias emociones. Funciona como un mecanismo de defensa que provoca dificultades para conectarse emocionalmente con uno mismo y por ende, con los demás. Esta desconexión nos hace funcionar en “piloto automático” sin darnos cuenta de lo que sentimos, separando la parte racional de la emocional.
Las personas desconectadas emocionalmente se enfrentan a todo tipo de situaciones con una gran racionalidad, lo que puede denotar una falta de sensibilidad. Esto se debe a que probablemente hayan sufrido experiencias traumáticas que han favorecido esa forma de ser. Se trata de un mecanismo de defensa por el que se reprimen, niegan y bloquean los sentimientos y se impide por sistema que afloren al exterior.
Este tipo de persona se construye una coraza para evadir experiencias que no quieren para nadie y evitarse así repetir el sufrimiento. No tiene por qué haber vivido una situación chocante: el sometimiento a la indiferencia o a la hostilidad constante, aunque de manera más velada, puede motivar también la cohibición y negación de sus sentimientos y, en consecuencia, la condena a una profunda soledad.
Evitar hablar de las emociones. En particular, de las emociones que suponen algún grado de vulnerabilidad.
Incapacidad para experimentar intensidad emocional. En este caso, también se rechazan las emociones intensas, tanto en la persona misma, como en los demás.
Dificultad para sentir empatía. La persona no cree que las emociones de los demás sean valiosas, ni piensa que haya algo que comprender en ellas.
Extrema racionalidad. Se exalta continuamente el valor de la razón y se busca llevar todo al terreno del pensamiento.
Dificultad para establecer relaciones profundas. Las relaciones con los demás se caracterizan por su intrascendencia.
Autopercepción confusa. En estos casos resulta muy difícil identificar las emociones propias y se experimenta el mundo interno como si estuviese adormecido o aturdido.
En este sentido es muy importante adoptar estrategias que permitan:
Crear una cultura de participación activa y compromiso.
Involucrar a los trabajadores en la toma de decisiones.
Fomentar la colaboración y el trabajo en equipo
¿Cómo los líderes pueden evitar desconectar con sus equipos? La importancia de la empatía en la gestión del desempeño ayuda a que la implementación de prácticas regulares de retroalimentación, el reconocimiento de logros y la promoción de un clima de confianza son estrategias que pueden ayudar a cerrar esta brecha emocional y fomentar un sentido de pertenencia en el grupo.
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