Colectivo Da Silva: “Parar fue una forma de coger impulso para volver con más fuerza”
Tras dos años de silencio, rumores de disolución y una industria que exige velocidad, el grupo decidió ir a contracorriente
Granada vive una nueva primavera musical, y Colectivo Da Silva ha regresado para brillar en ella. La banda granadina, emblema de una generación que ha tomado el testigo del indie clásico de la ciudad, presenta su tercer disco, 'El Sol', como una declaración de madurez, libertad creativa y deseo de disfrutar del proceso. Tras dos años de silencio, rumores de disolución y una industria que exige velocidad, el grupo decidió ir a contracorriente: tomarse su tiempo, encontrar su lugar y volver cuando tuvieran algo verdadero que decir.
El pasado 4 de abril se publicó 'El Sol', un disco bailable y luminoso, pero también más cohesionado y conceptual. Su reciente paso por el festival OLA Granada, donde actuaron como cabeza de cartel, fue una demostración de que su energía sigue intacta. Carlos Caraballo y Pablo “Ele” Fernández visitan 'La Redacción de GranadaDigital' para hablar de este nuevo ciclo, de los retos de crecer como banda y de cómo han aprendido a disfrutar del viaje sin dejar de mirar a Granada.
Pregunta (P): ¿Cómo estáis después de que ese pasado día 4 de abril saliera a la luz definitivamente todos esos diez temas relacionados con El Sol?
Respuesta (R): Súper contentos. Hemos recibido muy buen feedback con las canciones en general. No solo los singles han funcionado, sino que la gente también ha flipado con las otras canciones. Nos decían: “¿Por qué esto no fue single?” Eso te hace sentir que el disco es un todo, no solo una colección de hits. Que hay un concepto detrás.
P: ¿Qué diferencia hay para vosotros entre lanzar canciones sueltas y publicar finalmente todo el disco?
R (Pablo): Para nosotros fue liberador. El disco ya llevaba bastante tiempo grabado, sabíamos que habíamos hecho un buen trabajo y costó sacarlo. Fue como ver nacer un hijo. Aunque ya teníamos la cabeza puesta en lo siguiente. La felicidad de ese día duró poco porque ya la veníamos saboreando desde antes.
P: ¿Cómo gestionasteis la presión de ese silencio entre disco y disco?
R (Carlos): La industria te empuja a sacar cosas constantemente, y si no estás sacando música, parece que estás muerto. Durante esos dos años, mucha gente pensaba que nos habíamos disuelto. Pero nosotros sabíamos que estábamos cocinando algo. Nos daba igual lo que pensara la gente, porque sabíamos que volveríamos con fuerza. Y creo que estamos mejor que nunca.
P: ¿Internamente también sentíais ese ruido, esos rumores?
R (Pablo): Claro. Encima coincidió con que varios nos fuimos a Madrid y otros se quedaron en Granada. Coordinar a siete personas fue complicado al principio. Pero este último año hemos bajado mucho, comido carretera como nadie. Y cuando hay motivación, se nota. Todo ese esfuerzo se recompensó en conciertos como el de Madrid, que fue brutal.
P: ¿Qué significa El Sol como concepto?
R (Carlos): Fue saliendo sobre la marcha. Había letras desde 2018 donde ya se mencionaba el sol. Al componer, vimos que era el hilo común. Representa un viaje. El regreso del grupo, la gira literal, el disfrute de nosotros como amigos y de la música. Para nosotros, simboliza luz y vuelta a la vida.
P: ¿Cómo ha sido ese viaje creativo?
R (Carlos): Muy natural. Nos juntábamos, encendíamos el ordenador, cogíamos instrumentos y salía música. Algunas canciones llevaban años guardadas, pero todo ha sido orgánico.
P: ¿Creéis que ya tenéis un sonido reconocible?
R (Carlos): Sí, pero en este disco hemos dado un giro. Hemos tirado más hacia el funky, el groove. Referencias como Parcels, Daft Punk… Queremos que se pueda pinchar en un club. Nuestro sonido sigue siendo nuestro, pero más bailable, sin necesidad de distorsión ni electrónica pura. Queremos que la gente lo baile.
P: También os habéis caracterizado siempre por una fuerte estética en redes y escenografía. ¿Qué habéis planteado en esta gira?
R (Pablo): Hemos ido con OZI y por primera vez vamos todos uniformados, como astronautas rumbo al sol. Lo estético siempre ha sido importante. Nos gusta ser originales, hacer cosas que nadie se atreve a hacer. Sesiones de fotos con capirotes de papel de plata, pies pintados de azul… A veces hacemos las cosas primero y luego buscamos la historia que las justifique.
P: ¿Quién idea estas locuras?
R (Carlos): Históricamente han sido Alberto (percusión) y Víctor (bajo), pero este disco ha sido bastante democrático. Todos hemos participado. A veces la idea se presenta y luego buscamos cómo comunicarla, como con lo de los recolectores de sol.
P: ¿Qué queréis que sienta el público que os vea en esta gira?
R (Carlos): Buena vibra. Que disfruten. No hace falta que haya pogo para que un concierto sea bueno. Cada uno que lo viva a su manera, pero que se sienta un viaje. Que tenga sus subidas, sus bajadas. Que conecte.
P: Acabáis de participar en OLA Granada, una plataforma para nuevos talentos. ¿Qué consejo dais a las bandas emergentes?
R (Carlos): Que se dejen influenciar por todo. Granada tiene una riqueza cultural bestial: flamenco, urbano, pop, heavy… Hay que ser esponja. Nosotros éramos amigos de todo el mundo: Chico Blanco, La Plazuela, etc. No nos cerrábamos. Eso nos nutrió muchísimo.
P: ¿Y cómo veis el panorama musical actual en Granada?
R (Pablo): El urbano está arrasando, pero cada uno debe hacer lo suyo. Granada tiene talento de sobra. Si hubiera más apoyo institucional, esto sería la meca musical. Madrid tiene mucho peso, pero aquí se hacen cosas brutales. Nosotros podríamos haber ensayado allí, pero preferimos hacer la carretera y volver a Granada. Eso lo dice todo.
P: ¿Qué viene después de El Sol?
R (Carlos): Ojalá una cosita en verano… Y a partir de septiembre, probablemente saque el mejor tema que he hecho nunca.
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