El cambio en las oposiciones de enseñanza: una "injusticia" muy inoportuna

A sólo cinco meses de los exámenes, Educación ha propuesto la modificación en los baremos contra la que luchan miles de aspirantes

Oposiciones para Auxiliar de Enfermería en Jaén
Las oposiciones para magisterio de primaria están previstas para el próximo mes de junio | Foto: Archivo GD
Rosa Núñez
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La forma de acceso a la función pública en los puestos de profesorado tanto en primaria, secundaria y otras modalidades está en el punto de mira del Ministerio de Educación y Formación Profesional. Desde hace pocas semanas, se está hablando de una posible modificación de las conocidas oposiciones de magisterio y profesorado, reguladas por el Real Decreto 276/2007, lo cual presenta una gran incertidumbre para los candidatos a los próximos exámenes de junio de este año, en el que miles de estudiantes se presentan a un puesto en la educación pública primaria. De momento, es tan sólo un borrador presentado por parte del Gobierno y de algunos sindicatos, pero que no convence a la gran mayoría de aspirantes. Un cambio que aún no está aprobado, pero que tiene todas las papeletas para estarlo de forma inminente.

"La razón por la que se quieren modificar es porque la Unión Europea (UE) está presionando a los distintos estados para bajar el ratio de interinidad. Esto se refiere al número de vacantes que hay en cada colegio. Estas vacantes son las plazas que no se asignan y que son reservadas para los interinos con más experiencia, que trabajan, en vez de cubriendo la baja de otra persona, en una plaza que no es de nadie, por así decirlo". Así explica el asunto Alex Carrasco, uno de los muchos estudiantes que se piensan presentar a los exámenes del próximo mes de junio. Por su parte, María García, otra opositora que además es interina, piensa que la solución para la bajada del número de vacantes por colegio sería la convocatoria de más plazas, lo que asimismo permitiría que hubiera menos interinos, objetivo principal de este cambio.

Los cambios propuestos

La idea, según cuenta Carrasco, es darle muchísima más importancia a la experiencia docente, que pasa de cinco a siete puntos en el baremo del examen. De esta forma, los nuevos opositores que se presentan por primera vez y que no tienen experiencia en la docencia pública, como es su caso, sufrirían, con dicho cambio, la disminución en la puntuación a sus méritos académicos, pasando estos de siete a tres puntos como máximo. "Algunos han tenido la suerte de permitírselo sin mayor problema, pero otros, como yo, nos hemos estado dejando la piel para conseguir becas o trabajando para pagarnos los distintos cursos", dice indignado Alex.

Según María, se tiene que valorar el tiempo de servicio, obviamente, pero siete puntos de un total de diez le parecen demasiados. Este cambio supondría pasar de la valoración de la interinidad en un 50% a un 70%. Para los exámenes se pide una formación mínima de expediente y de idiomas, "pero todo lo que sea ya fuera de eso, no se valora", dice. Según ella, "por desgracia, en este oficio, llevar más tiempo no significa que uno sea mejor. Por eso, me fastidia todo esto, pero no por un tema personal, sino laboral. Me dicen que se supone que, a los diez años de empezar, podré tener una plaza, pero esto me indigna porque es un trabajo para toda la vida, dedicado a la administración y del mundo de la educación, por lo que considero que estamos jugando con el futuro". María afirma que hasta para los inspectores de trabajo con los que ha hablado sobre el tema le han dicho que es una vergüenza que se le dé una plaza a alguien que no se ha examinado.

Todo esto provocaría que las personas con diez años de experiencia pudieran aprobar "casi automáticamente porque no tendrían siquiera que aprobar el primer examen, ya que no serían eliminatorios como antes", indica Carrasco. Actualmente, si alguien pasa la primera prueba (que es escrita y consta de un supuesto práctico y la redacción de uno de los 25 temas teóricos), pasa a la siguiente ronda, pero, con este cambio, se quiere quitar el supuesto práctico, "una de las pruebas más difíciles", según asegura Alex porque "tienes que saber ser profesor y no vale sólo con estudiar de memoria". Si efectivamente sólo se deja la redacción del tema y alguien suspende, aun así, pasa a la siguiente prueba.

Sobre esto, María tampoco entiende por qué barajan quitar esta segunda parte, "en la que, además, los interinos tenemos algo de ventaja por haber tenido experiencia y haber conocido a más niños". Pero no, para ella, "no sólo no se valora la actualización y la formación continuada, sino que se minusvalora". María continúa: "Con el baremo actual, me sobran puntos con la formación que tengo, pero la formación nunca sobra. Por eso pido que se siga ponderando en los exámenes como hasta ahora, que ya se valoraba de por sí la experiencia".

Los cambios en la segunda parte del examen no están tan claros, pero se pretende quitar la actual presentación que dura una hora y dejarla en la mitad de tiempo. En vez de de realizar la exposión de la programación de todo el año escolar, se presetan sólo una clase, prueba que antes era una parte de la segunda prueba en total. Estas modificaciones hacen el acceso mucho más fácil para algunas personas, pero, "si se hacen los cálculos, un opositor sin experiencia, en el caso de que sacara un diez, por ejemplo, nunca sería un diez real, sino que se queda como en un siete, mas o menos", explica Carrasco. Por tanto, lo único que se mantendría si todo esto saliera hacia delante es el temario.

Es cierto que los interinos tienen muchos puntos con su experiencia. Además de este caso, con el nuevo cambio, se reservarían otras plazas para que los que tengan más de 20 años de experiencia, consigan la plaza sin hacer ninguna oposición.

La lucha por esta "injusticia"

Con toda esta polémica, se ha creado la plataforma 'Docentes por la justicia', que gestiona las acciones para protestar contra esta medida mediante un canal de Telegram en el que hay unas 2.000 personas. En teoría, esta semana se decidirá si se aprueba este borrador o no. Muchos opositores, como Alex, piensan que el cambio no es tan malo, pero que se ha comenzado a hacer en un muy mal momento, pues los estudiantes ya llevan preparándose más de un año para un examen para el que solamente quedan cinco meses. "Es un poco injusto este cambio tan repentino. Si se hubiera pensado de aquí a varios años, vale, pero ahora no", expresa de forma contundente Alex.

Los que mejor parados saldrían de este cambio serían los interinos que llevan muchos años presentándose y que, pese a haber aprobado, no han conseguido plaza. De esta forma, se acabaría con la temporalidad, "pero lo que estamos pidiendo es que no entre en juego ya porque se ha decidido arrancar todo esto a finales de diciembre y todavía no hay nada claro, cuando quedan meses para el examen. Yo sí veo bien que los interinos entren ya y tengan su estabilidad, pero no lo veo sano para la gente que lleva preparándose para las oposiciones con unas normas ya dictadas y que ahora se quieren cambiar", argumenta Alex. Aun así, hay personas que no quieren la aprobación de este cambio ni ahora ni nunca.

Una posible solución que se ha planteado por algunas comunidades, como es el caso de Madrid, es el adelanto de la convocatoria de junio. Andalucía aún no se ha manifestado al respecto, pero, en la Junta, ya se está recibiendo mucha presión.

"Parar tu vida y perderte planes"

María cuenta con dos especialidades: infantil e inglés, con la que puede dar clase tanto a infantil como a primaria, a primer ciclo de la EnseñanzaSecundariaObligatoria (ESO) y a adultos. Esta joven cordobesa ya ha opositado varias veces y está en las dos bolsas de trabajo. Todas las veces que la han llamado ha sido por la bolsa de inglés, por lo que todo su tiempo de serivcio ha sido en esta especialidad. Lleva años dando vueltas por colegios de toda Andalucía porque "prefería estar varios años lejos de casa para luego estar cerca", admite. Así, a sus 30 años tiene ya casi siete de experiencia, pues empezó a trabajar en 2014. "Yo ya he estado lejos de casa muchas veces y lo he aceptado porque sabía que ser maestra implicaba eso, pero es muy frustrante ver cómo estudio tanto y, en el examen, hay algunos interinos que, al rato de empezar, se levantan porque saben que van a tener plaza sí o sí", se lamenta esta joven.

María se ha presentado ya a cuatro oposiciones, "que son cuatro años de parar tu vida y estudiar, perderte planes porque tienes que decir que no", comenta de manera seria. Durante todos estos años ha visto cómo siempre le adelantaba en los puestos gente con más tiempo de servicio que ella: "Lo entiendo y lo respeto porque son las normas y yo decidí jugar a este juego, aunque me parezca más o menos justo. Lo que me parece mal es regalar la plaza, que es lo que quieren hacer con este cambio".

"Es una pena y un fastidio matarte a currar, hacer un examen genial, que incluso te feliciten las personas que te corrigen, pero en el momento que llega la fase de concurso, te vas hacia abajo en la lista porque hay plazas contadas y tú no te llevas ninguna. Es desesperante", continúa. Dado que actualmente, el 50% de los puntos es para la experiencia y eso "no depende de mí", María decidió conseguir el otro 50% de los puntos trabajando muy duro: "Me saqué un nuevo nivel de idiomas, tengo dos másteres, toda la formacion de cursos... Porque, aparte de esos puntos, quiero estar formada porque la educación es un aspecto que va evolucionando continuamente, ya que los niños cambian porque la sociedad cambia y tenemos que estar actualizados; la enseñanza no puede ser la misma que hace 20 años. Por tanto, me formé y mejoré y ahora, a cinco meses de la oposición, me quieren cambiar el baremo, por lo que los másteres, los cursos, las horas dedicadas a mejorar y el tiempo que le he quitado a los míos, ya no solamente el mío, no valen nada".

La treinteañera cuenta que, para las oposiciones, "había decidido parar mi vida: me casé en un año en el que no había oposiciones y decidí no tener hijos hasta que no tuviera plaza hasta que después de las oposiciones de 2019, cambié de mentalidad", añade. En las oposiciones de ese año, María sacó de media de las cuatro partes un 9,987, pero como no tenía la suficiente formación ni tiempo de servicio, se quedó la quinta de cuatro plazas a las que optaba. Ese fue el momento en el que se dio cuenta de que "no podía parar más mi vida".

Así, María tuvo una hija. lo que le supuso hacer un máster estando embarazada, terminándolo además antes de tiempo. "Defendí el Trabajo Final de Máster (TFM) en el patio de la facultad, con mi hija pequeña. De hecho, dio sus primeros pasos en ese momento. Mi niña ha tenido que jugar bajito en casa, sin hacer ruido para no molestar a su mamá, que estaba estudiando. Me fastidia no poder ir con ella al parque", asegura, para continuar: "Cada uno es libre de hacer lo que quiera y yo he optado por perderme ciertas cosas ahora para poder darle mayor estabilidad a ella en un futuro".

"Como madre, quiero tener al mejor profesor al frente de la clase de mi hija, y yo quiero ser la mejor profesora que se ponga al frente de una clase para resolver cualquier problema. Yo estoy en la educación porque me gusta", concluye María.







Comentarios

5 comentarios en “El cambio en las oposiciones de enseñanza: una "injusticia" muy inoportuna

  1. Uff. Vaya faena María... tener que posponer tu boda un año. Y encima ahora los interinos que ni estudian ni valen para nada y ninguno ha tenido que planificar su vida en función de su trabajo ni hacer kilómetros ni alquilar cada año un piso/habitación compartida presentándose a oposiciones que, aunque aprobaran, era sin estudiar quieren reclamar una plaza.

    De todas formas, no dejas de ser una interina que no vale para nada, frente a los verdaderamente preparados nuevos opositores que son los que deberían optar a todas las plazas incluyendo, por supuesto, las de la concertada que también se pagan con dinero público, plazas fijas que están ocupadas por enchufados a dedo que no han pasado el mínimo examen, ni respetado los principios de igualdad, mérito y capacidad.

  2. Por favor dejen de publicar estos artículos tendenciosos e informense antes.
    Los interinos hemos aprobado en algún momento para acceder a unas plazas que la administración no dio, aunque disponía de ellas.
    Los interinos hemos sido abusamos por las administraciones, y Europa a regulado en contra de estos abusos.
    Basta de mentiras. Sólo queremos justicia. Interina. 10 años en fraude de ley.

  3. Claro que si!!! Os felicito por daros cuenta ahora que los concursos de meritos han funcionado y funcionan así. Mis dieces!!! Toda la vida ha habido concursos de méritos. Toda la vida. No soy profesor, pero soy interino desde hace 11 años, llevo presentándome desde el 2008 a multitud de concursos oposicion en los que un interino, con un 5 en el mejor de los casos, me ha impedido coger plaza teniendo la tercera mejor nota. Y digo en el mejor de los caso porque una vez teniendo un 9.7 me levanto la plaza un interino con un 2.6 porque bajaron el corte para que pudiera llegar al concurso. Ahora que soy yo el que tiene puntos y con más de 40 años queréis que me vaya al paro. Pobrecito hijos de papá. Por cierto sabed que una directiva europea está por encima de la Constitución y hay que transponerla. No os vale optar a una plaza de las que se han quedado vacantes por jubilación? Si tan preparados estáis no creo que necesitéis que vuestras administraciones infrinjan de nuevo la ley no ejecutando las leyes europeas. Estabilizas a los interinos y luego prohíbe que los haya.

  4. Totalmente de acuerdo , la formación y el sacrificio de dedicación al estudio.. no son debidamente valorados con el cambio.. ni la experiencia laboral fuera del ámbito docente previa en FP..

  5. Pues lo siento mucho por los opositores que no han dado una clase en su vida, pero este trabajo es práctica y así debería valorarse. A ver si ahora un niñato recién salido de la carrera y que no sabe ni escribir bien va a tener más derecho de tener plaza fija que yo, que llevo varios años pateándome distintos institutos y pagándome hoteles porque no sé ni por cuántos días voy a trabajar en cada centro. ¡Anda, hombre! ¡A la cola, como todo el mundo!

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