La inquebrantable fe de Beatriz Benítez, la granadina que tumbó un diagnóstico de seis meses de vida

A sus 25 años conoció que padecía un glioblastoma, un cáncer en su cerebro al que "retó" bajo la premisa de "no ser un número"

Beatriz Benítez
Beatriz Benítez | Foto: Remitida
Sergio Rodríguez Acosta
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En una cena de amigos alguien alza la voz y pregunta 'gente, ¿qué haríais si os dieran seis meses de vida?'. Es una pregunta que uno puede escuchar en películas y a la que casi siempre se responde con un 'pues no sé, tendría que verme en esa situación'. En ese escenario cayó Beatriz Benítez a sus 25 años cuando fue diagnosticada de un glioblastoma, un cáncer en su cerebro. "Ya lo traía desde los 18 años. Me operé en el 2018 y fue cuando se confirmó que era maligno. Bueno, me dijeron de 6 a 12 meses de vida", recuerda esta granadina, que en pleno 2024 puede decir abiertamente que aquel plazo no se hizo realidad. Beatriz decidió "retar" al cáncer y prosiguió con sus estudios y su vida. Ahora, trabaja para recuperarse de un problema de movilidad con el sueño de sacar su plaza de docente.

Beatriz relata que el glioblastoma es tan poco común que "los tratamientos son de hace 20 años". "Dicen que es un tratamiento más agresivo. Y el cerebro es tan complejo, pues no investigan", añade. El recibimiento de aquel pésimo diagnostico fue un "asombro" para ella, pero también para el neurocirujano que la operó, que siempre "había apostado" por un tumor benigno. "No me lo creía. Estaba estudiando justo en la universidad y luego estuve con la oposición y quería dejarlo todo completamente", relata Beatriz.

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"No estoy dispuesta a que me digan una estadística"

Tras el jarro de agua fría del diagnóstico, Beatriz recibió su primer tratamiento en 2019. "Yo lo terminé en 2020 y me dicen que estoy casi que medio curada. Me habían dejado un resto de tumores en la operación porque sino perdía movilidad y se había reducido tanto que se podía considerar que estaba libre de enfermedad", expone. Los buenos visos dieron un paso atrás en 2022. La joven dejó atrás el plazo recibido, pero el cáncer reapareció y le obligó a volver a tratamiento y renunciar a un proceso de oposición.

Dejarse llevar sonaba tan bien como en 'Copenhague' de Vetusta Morla. Beatriz decidió "cambiar el chip" y "retar al cáncer". "No estoy dispuesta a que me digan una estadística", manifiesta la granadina, que logró graduarse en Educación Primaria y aprobar sus oposiciones. Su pensamiento fue que "cada persona es un mundo y a lo mejor pues en mí puede que el tratamiento funcione y no me muero a los seis meses como me dijeron. "Así ha sido", asevera.

El proceso se repitió de peor forma en 2023. "Otra vez en enero me vuelve a aparecer, pero me lo oculta la oncóloga. Me dice que estaba todo perfecto y me deja sin tratamiento. Yo se lo pedí y ella dijo que no", asegura Beatriz. Tras el paso de unos meses, acudió en junio a "un ensayo clínico en Madrid que no funcionó". "En 2024 he empezado de nuevo con el mismo tratamiento que la primera vez", agrega. Asimismo, lamenta que "como me dejaron sin el tratamiento, desarrollé hemiparesia en toda la parte izquierda de mi cuerpo, que es falta de fuerza y de movilidad".

"Ser fuerte es la única opción"

La granadina señala que ha "aprendido a convivir" con la hemiparesia mientras avanza con su rehabilitación. Su recuperación física la lleva a cabo con la UAPO y de forma privada. "Nunca sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que te queda", recalca. Su resiliencia es fundamental para evitar quedarse en una silla de ruedas a sus 30 años.

Beatriz acostumbra a emplear las redes sociales para lanzar mensajes de esperanza a personas que lidian con una situación similar a la que ella vivió. "Por mucho que te sentencien, no somos números. Tenemos que seguir luchando. Yo conozco mucha gente con lo mismo que se ha rendido", declara con tristeza.

La granadina solicitó el pasado verano una prestación por discapacidad para la que tiene que esperar dos años. "A lo mejor me da tiempo a recuperarme porque es una barbaridad", apostilla. Por otro lado, duda de que su petición sea atendida porque no cuenta con "los cinco años cotizados que te exigen para tener derecho a algo".

Durante estos años, Beatriz escribió un libro cuyos beneficios iban a ser benéficos. "Era con una editorial solidaria, pero por lo visto se han quitado del medio. Estamos un montón de compañeros intentando buscar que nos den respuesta y por ahora no hay", explica. Ahora, su intención es escribir el libro "desde cero" y poder encontrar una editorial que le ayude a acometer su propósito de donar los beneficios.

Con la mirada puesta en el futuro, Beatriz Benítez sueña con "conseguir la plaza de maestra y poder trabajar". Si la docente enseña en un futuro a unos alumnos la importancia de luchar en la vida como ella hace, sus pupilos partirán con una lección muy valiosa.