Alejandro Ramírez: "El castillo de La Calahorra va a ser la campana que va a llamar a los visitantes"

El alcalde de La Calahorra destaca la compra del monumento por la Diputación como un impulso a su municipio y hace un llamamiento para seguir potenciando el Marquesado del Cenete

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Alejandro Ramírez, alcalde de La Calahorra | Foto y vídeo: Marcos Gómez
Ainoa Morano
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Como cada sábado, GranadaDigital regresa con una nueva entrega de su serial 'Nuevos líderes para nuevos territorios'. En esta ocasión, Alejandro Ramírez, alcalde de La Calahorra es el protagonista de esta extensa entrevista en la que da a conocer la actualidad y proyectos de un municipio que vive con gran ilusión la compra del castillo de La Calahorra por parte de la Diputación de Granada. Una noticia bien recibida por parte de unos vecinos que han mantenido una relación de amor-odio con el monumento y que al fin contemplan cómo con esta comprar su localidad puede encontrar un atractivo cultural y turístico que impulse su territorio. Ramírez habla largo y tendido en esta entrevista sobre el castillo, así como de la necesidad de encontrar una línea de trabajo común que permita potenciar todos los reclamos que tanto su municipio como el resto de localidad del Marquesado del Cenete cuentan y que son imprescindibles para hacer de la comarca un lugar atractivo y próspero en el que los granadinos decidan echar raíces.

P: Es alcalde de La Calahorra desde 2011. ¿Cómo ha sido para usted todos estos años al frente del Consistorio?

R: Ha sido un poco de todo. En la primera legislatura pagas las novatadas, te das cuenta de que la Administración es mucho más espesa de lo que desde la calle nos creemos, la burocracia, la normativa, todo lo que conlleva una Administración Pública, porque a fin de cuentas el Ayuntamiento no es el alcalde y sus concejales, es una administración y se rige como todas, con su normativa, su legislación... Luego entramos en la segunda legislatura, que fue también un poco ya el rodaje de la experiencia de la primera, y bien, quiero recordar con bastante más agrado la segunda. La tercera fue la del Covid. Ahí que pilló a todos un poco con el pie cambiado, sin saber aquello de qué venía ni lo que pasaba. Restricciones, los cierres perimetrales, el confinamiento... Ahora hemos empezado este ciclo nuevo y ha arrancado con su peculiaridad y su idiosincrasia que ha tenido este comienzo de legislatura. Hay unos proyectos entre medias, unos han originado cierto grado de polémica en el municipio y las últimos noticias la verdad es que han sido más agradables y están poniendo un poco de paño de agua fría en esas heridas curtidas a lo largo de estos 14 años.

P: ¿Cómo es para usted ver que el municipio sigue confiando para que siga al frente del Ayuntamiento después de tantas legislaturas?

R: A veces pesa más todavía incluso que la primera vez. La primera vez te das cuenta de que eres una apuesta de cambio, una apuesta de que la gente quiere aire fresco en la casa consistorial, pero después de varias legislaturas seguidas te das cuenta de que la gente confía en ti, pero eso conlleva que tienes que evitar defraudarles. La ilusión inicial puede verse o no verse compensada, pero la ilusión continuada pesa mucho más.

P: En las últimas semanas La Calahorra ha ocupado todos los focos con esa noticia de la Diputación de Granada de la compra del castillo de La Calahorra. ¿Cómo de importante es esta noticia para la localidad?

R: La historia del castillo tiene su historia, valga la redundancia. Obviamente ya sabíamos algo, lo que pasa es que la discreción por encima de todo tenía que estar, porque cualquier tontería podía fastidiar, como se suele decir coloquialmente, las negociaciones. Ahí apareció la figura del presidente provincial Francisco Rodríguez Guerrero, que me lo planteó en su momento en la presentación de candidatos de nuestro partido de diciembre de 2022 en la comarca de Guadíx, con el castillo de fondo, y me dijo: "alcalde, si ganamos la Diputación uno de los principales proyectos de mi legislatura va a ser la compra del castillo o llegar a una solución con el tema del castillo". Aquello me agradó, pero no dejó de ser una promesa. Al final de cuentas, las promesas están ahí, los objetivos están ahí, no dependen solo de la voluntad del político, pero cuando comenzó esta legislatura, a finales del 2023, hubo la primera toma de contacto con la propiedad en Sevilla y después salta la noticia de que la Diputación encargaba una tasación del monumento para intentar negociar la compra del mismo. Aquello ya empezó a coger cuerpo. Las negociaciones han sido intensas, con toda la discreción de la que he hablado al principio y poco a poco las noticias pues iban siendo unas veces bastante alentadoras, otras veces parecía que no, que se iba a venir abajo el castillo de naipes, hasta que al final se me comunica que la familia ha puesto una propuesta, que la Diputación se ha acercado y que se cierra el acuerdo.

Alejandro Ramírez, alcalde de La Calahorra | Foto: Marcos Gómez

Evidentemente ha sido una noticia que ha caído como una bomba maravillosa en el pueblo. Son muchos años, muchas décadas, muchos alcaldes los que han pasado por el sillón de la alcaldía. Había varias vías para hacerlo, estaba la explotación conjunta, público-privada, la propia explotación privada en un momento dado o la adquisición por parte de la Administración Pública del monumento. Siempre nos enfocábamos por aquello de que la Junta de Andalucía, la competente en el patrimonio, debía comprar el castillo de La Calahorra. Al final ha sido la Diputación, pues mejor que mejor. Cuando al final la gente ha visto que quien ha comprado el castillo ha sido la Diputación de Granada, el concepto general en el pueblo es de mucha alegría y muy contentos. La historia del castillo de La Calahorra con el municipio ha sido una historia de amor y odio. Todos sabemos que es nuestra seña de identidad, que es nuestro orgullo. No hay calorreño o calorreña que viva fuera de nuestro pueblo que no tenga una fotito del castillo de La Calahorra junto con San Gregorio, evidentemente, y los toros. El problema era que, desde 2010 cuando la Junta nos estableció un entorno de protección alrededor del BIC muy riguroso, nosotros pensábamos '¿Y a nosotros que nos aporta el castillo?'. El castillo está cerrado, es propiedad privada y a nosotros nos dicen que no puedo cambiar la cubierta de mi casa como quiero, no puedo hacer la obra en mi casa que quiero. Ahí había un poco de situación de tensión. Ahora ya sí se puede decir que el Castillo de la Calahorra es de la Calahorra.

P: Con este movimiento se fomenta, sobre todo, que el municipio tenga visibilidad y que el turismo pueda ir a la localidad.

R: En esa línea estamos entendiéndolo todo. Un monumento de las características del Castillo de la Calahorra, que estaba cerrado y sólo se abría los miércoles por imperativo legal, no era el día más idóneo para las visitas. No estaba dentro de la ruta de los turistas que pasaban por la comarca. Ahora ya el hecho de que el castillo se va a abrir todos los días y, precisamente, fines de semana y festivos, está claro que va a ser un revulsivo no sólo para La Calahorra, sino para toda la comarca del Marquesado del Cenete y de la zona de Guadix, evidentemente. Guadix solo era suficiente para tirar de por sí mismo de esa atracción turística del visitante. Pero ahí teníamos una comarca, como es la comarca del Marquesado del Cenete, que es preciosa, pero es la gran desconocida. ¿Por qué? Porque la gente va Guadix monumental, a la Alpujarra, a la costa, a la zona de Huescar, al pueblo de Don Fadrique... Pero el Marquesado del Cenete... Tenías que ir expresamente al Marquesado del Cenete. La comarca tiene mucho encanto y muchos lugares que visitar. El Castillo de La Calahorra va a ser la campana que va a llamar a esos visitantes que pasan por la A92.

P: ¿Qué otros incentivos, qué otros potenciales puede ofrecer La Calahorra ahora que va a tener esta campana, este punto de llamada? 

R: La Calahorra tiene su tradición hotelera, que hemos tenido momentos de bonanza más potentes donde ha habido muchos establecimientos hoteleros. No sólo es el castillo, evidentemente es el paisaje. Tenemos nuestras calles, nuestra idiosincrasia, nuestras fiestas tradicionales, que solemos tener unas cuantas desde el mes de enero. La Calahorra es la puerta de entrada a las Alpujarras por el paso del puerto de la Ragua, donde tenemos las pistas de esquí de fondo, que tanto atrajeron a finales de los 90. Es cierto que la climatología no ha acompañado mucho estos años atrás, pero, por ejemplo, este año se ha notado un poco el cambio de tiempo y se ha notado la gente, las ganas que tienen de ese tipo de esquí. Somos la puerta de entrada, como he dicho antes, al Marquesado del Cenete y el acceso a otros municipios, como es Aldeire, Alquife, Dólar, Ferreira... Somos un pueblo que realmente está estratégicamente bien situado, y la comarca del Marquesado, en concreto. Tiene una situación estratégica muy cómoda.

Alejandro Ramírez, alcalde de La Calahorra | Foto: Marcos Gómez

P:¿Qué novedades nos puede contar sobre el castillo? ¿Se conoce ya un tiempo estimado de apertura o alguna actuación que se vaya a realizar en el monumento?

R: Me voy a tomar la libertad, no sé si meteré la pata, pero sí es verdad que la voluntad del presidente no es la de meterse ahora en una restauración profunda en el monumento, que puede llevar años, ni haberse gastado seis millones y medio del contribuyente para tenerlo casi dos o cuatro años cerrado. Intentar hacer las actuaciones de urgencia que necesite el monumento y las partes más visitables, que no son pocas, no son todas evidentemente, pero no son pocas. Ahí podemos hablar ya de exposiciones, de museos, de conferencias, de cursos, la accesibilidad hay que solucionarla. Evidentemente estamos hablando de un monumento que tiene 500 años y en esos 500 años no se ha hecho ninguna restauración, que eso tiene mérito también. La gente que vaya a visitar el castillo a lo mejor puede ver cierto grado de deterioro, tienen que entender que en 500 años el castillo no se ha restaurado en absoluto, todo lo contrario, ha sufrido expolio a lo largo de su historia, pero aún así el castillo está visitable. Esa es la planificación que se transmite desde la Diputación. En plazos estamos hablando de 3-4 meses, porque tenemos el verano por medio y a lo mejor ahí se complican los trámites burocráticos. Es pronto, no cabe duda.

P: Este gran punto pendiente o propósito cumplido ¿Cuáles son los grandes retos que tiene ahora la Calahorra?

R: Los grandes retos siguen siendo los típicos, es decir, fijar población en nuestro municipio, que no sigamos siendo un pueblo de los tantos de Granada que siguen siendo víctimas de la despoblación. El reto del castillo queda todavía por pulirlo bastante, no quiere decir que ya lo hayamos conquistado. Se ha dado el primer paso y queda trabajo por hacer todavía. El municipio tiene mucho que decir y espero estar ahí en todo lo que afecte al castillo porque hay mucho potencial. El otro día vino el arqueólogo de Diputación. Cuando salimos le pregunté por unos restos arqueológicos que hay a las espaldas del castillo y se quedó sorprendido, prácticamente hay otros dos castillos más en yacimiento arqueológico, hay mucho todavía que buscar ahí. Pese a 14 años de alcaldía sigue habiendo mucho trabajo y mucha ilusión. Principalmente hay dos objetivos que nos gustaría marcar desde mi equipo de gobierno, que son las dos últimas casas señoriales que todavía están en pie y una de ellas está bastante deteriorada. Nos gustaría enfocarnos en ella, a ver hasta dónde podemos llegar porque sería una pena que al final ese patrimonio se perdiera.

P: En cuanto a la despoblación, ¿Qué líneas están marcando para combatir este problema que afecta a tantísimos pueblos de Granada?

R: Las líneas que estamos trabajando en la despoblación estamos de la mano de diputación. En este ciclo el equipo de gobierno de Diputación se está volcando mucho precisamente en esto. Algunas ideas pueden que tengan más encaje que otras, pero la cuestión es que haya una voluntad real de trabajar sobre eso. Además, una de las piedras angulares de los trabajos en la despoblación es precisamente lo que ha hecho la Diputación con el castillo de La Calahorra. Cada comarca tiene su idiosincrasia y su potencial. Por sí solo a lo mejor no consigue nada. Yo he estado a lo largo de 14 años en algunos trabajos por parte de la Diputación de Granada, que eran planes estratégicos para el desarrollo de determinadas comarcas, que están muy bien y que hay un trabajo enorme por parte de los técnicos y las empresas que han trabajado en eso. Pero había que fijarse en eso. Yo lo insistía mucho y algunas veces no gustaban mis comentarios en ciertos foros, pero era la verdad. Si el castillo está en la Calahorra, vamos a potenciar el castillo, vamos a intentar ponerlo en valor, vamos a intentar trabajar en ello. Si Ferreira tiene el puerto de la Ragua y ahora está un poco más abandonado, vamos a potenciarlo. En su época, cuando el esquí de fondo estuvo de moda, era innumerable la cantidad de personas, de federaciones de esquí que venían al puerto de la Ragua. Yo recuerdo haber visto furgonetas de la Federación Vasca de Esquí. Eso era que el sitio y la zona merecía la pena. Y habrá municipios, obviamente, que están en medio de un páramo y que están ahí porque históricamente están ahí, pero no tienen gran potencial. Es posible, pero la inmensa mayoría de los pueblos tienen algún potencial. Y ahí es donde los planes estratégicos se tienen que enfocar.

Alejandro Ramírez, alcalde de La Calahorra | Foto: Marcos Gómez

P: Llama la atención que no solo pone el foco en La Calahorra, sino también en otros municipios ya que puede traducirse en un beneficio para su localidad. 

R: Es que los pueblos pequeños por sí solos no hacemos nada. Lo tienes que hacer porque el pueblo vecino tiene un río, unas minas, unas pistas de esquí, unos baños árabes. Entonces, entre todos, hacemos comarcas, independientemente que la filosofía de la mancomunidad del marquesado es trabajar y hacer comarcas. Ese es el potencial. Es lo mismo que la Alpujarra. En la Alpujarra, de por sí, no hablas de Trevellez, de Capileira, o Campaneira, siempre hablas de la Alpujarra. En el marquesado somos más pequeñitos, tenemos 10. Entonces, es más fácil elegir. Pero si no pensamos con mentalidad de comarca y con mentalidad de compañerismo, los localismos hay que dejarlos a un lado. El visitante cuando viene, La Calahorra en un fin de semana ya la ha visto. Pero si tú quieres hacer atractivo para que el visitante vuelva a La Calahorra tienes que potenciar los senderos de Aldeire y el río de Aldeire, o te puedes ir a Jerez del marquesado, te puedes ir a ver las minas de Alquife. Si a ese visitante en un fin de semana no le ha dado tiempo a verlo todo, va a volver. Por eso es importantísimo que hagamos comarca, que hagamos colectividad y que vendamos tanto el pueblo vecino como el nuestro.

P: ¿Encuentra apoyo del resto de alcaldes en este sentido?

R: Los alcaldes también son conscientes. Prácticamente ya queda para la historia el recuerdo de ese alcalde que sólo quiere todo para su pueblo. Todos saben que Cogollos de Guadix, solo con su pantano y con su sierra no se va a vender. Que Jerez del marquesado, con el potencial del macizo de Sierra Nevada, su picón y su postero alto tampoco va a ser suficiente. Tienen que venderse entre ellos. Tienen que vender a los vecinos. Si no venden a los vecinos, les va a venir la visita de un día y se van a ir. Y eso es lo que hay que evitar. Que es lo que consiguen las alpujarras. El que se te va a Trevelez, te va a acercar al pueblo de al lado, porque hay una bodega, porque hay una fuente de agua mineral... Eso es lo que tenemos que copiar. No somos pueblos de costa que de por sí ya se venden solos y el pueblo es suficiente. Tenemos que vender comarcas.

P: Para ir cerrando la entrevista, si echa la vista atrás, cuando usted entró a la alcaldía, ¿Cómo ha cambiado La Calahorra desde que usted llegó al Ayuntamiento hasta el día de hoy?

R: La Calahorra, en cierto modo, no ha cambiado mucho. La verdad es que, por desgracia, cuando tienes una población pequeña y ves que el pueblo se va despoblando poco a poco, muchas veces ya no solo por la sangría de pérdida de jóvenes, el gran problema que hay en los pueblos son los relevos generacionales. Antes cualquier familia tenía pues tres, cuatro, cinco, seis hijos. Ahora cualquier familia te tiene uno o dos, como mucho. Entonces, claro, cuando tienes que cubrir toda esa sangría de despoblación, esos fallecimientos que los tenemos anualmente sin fallar y el único relevo que tienes es uno, dos o tres, como mucho, el número negativo está servido en bandeja de plata. Hemos tratado de cambiar lo mejor que hemos podido hacer. No han sido ciclos muy positivos que digamos. Ten en cuenta que en el 2011-2015 nos pilló la crisis del ladrillo, la prima de riesgo y todo aquello. Era una locura. Luego del 2015 al 2019 se intentaron formalizar algunos proyectos que teníamos en mente. Luego nos llegó el Covid-19 que nos paró en seco con todas las situaciones. Se ha ido cambiando. Hemos generado algunas infraestructuras, generamos un parque infantil nuevo, una piscina, una nave multiusos que no la teníamos. Los proyectos han venido, algunos que no están a exentos de polémica. La planta de biogás que está a siete kilómetros del casco urbano ha generado un poco de alarma social y un poco de polémica. Confío en la legislación ambiental andaluza y en el control del medioambiente. Con este cambio del tema del castillo espero que volvamos a intentar resurgir de nuestras pequeñas cenizas.

Alejandro Ramírez, alcalde de La Calahorra | Foto: Marcos Gómez

P: Entendemos que el pueblo no está de acuerdo con la planta de biogás. 

R: Claro, ha habido un poco de alarma social por parte de la población, porque hay desconocimiento y ante los desconocimientos suele haber miedo. Y ante el miedo pues la gente se altera. Estamos hablando de una planta biogás que te va a generar un biometano que se va a inyectar directamente a red, que no es como en un principio se esperaba que iba a quemar ese biogás y generar electricidad, que eso iba a suponer pues una chimenea quemando biogás. Ahora directamente se inyecta en la red degas natural, que es lo que se consume en poblaciones grandes y en las grandes ciudades. Cuando un proyecto toma una iniciativa, cumple con todas las normativas, cumple con la legislación y llega, no es sencillo pararlo.

P: El 2027 sería el final de su cuarta legislatura. ¿Se plantea volver a presentarse a alcalde? Y si fuese reelegido, ¿Qué retos le gustaría decir que ha podido cumplir en su cuarta legislatura? 

R: Independientemente de que me vaya a presentar o no, me gustaría venir y decir que hemos conseguido mi reto del proyecto. Efectivamente, el tema del castillo que ha sido una constante. Los vecinos me han dado su confianza durante 14 años consecutivos. Yo estaba constantemente machacando a los cargos políticos de turno. El castillo de la Calahorra, el castillo de la Calahorra. En el primer ciclo de 2011-2015, pues el presidente de la Diputación, Sebastián Pérez, estuve allí, se lo dije que había voluntad por parte de la familia, quieren llegar a un acuerdo público-privado, a ver si se puede hacer. Alguien no entendió el mensaje o no lo supe explicar bien. Alguien se equivocó y no fui yo, como diría aquella famosa frase de Javier Arenas. Pero, posiblemente, la circunstancia económica del país no era la más adecuada. Pero aquello quedó un poco en stand-by. Pero, aun así, los delegados de la Junta de Andalucía de turno, también en esa lucha constante del entorno de protección, donde yo decía "nos protegéis, nos obligáis, nos exigís y el castillo es privado y no hay solución". La solución es comprar el castillo, la solución es ponerlo en valor, la solución es darle una solución al castillo. Al final ha habido una persona seria y que ha creído en ese proyecto y que se está preocupando por el mundo rural, que es el presidente de la Diputación, Francis Rodríguez. Entonces, cuando él me comentó aquello de "vamos a comprar el castillo" dije parece que alguien se está fijando. Ese es un objetivo enorme. Lo de las casas señoriales lo tengo en el tintero y me gustaría ejecutarlo. Ves ese señorío que tiene La Calahorra de otros tiempos mejores y hay que pensar un poco en que, visto lo visto con el tema del castillo de la Calahorra, hay que analizarlo y pensar fríamente que realmente este tipo de edificios, sobre todo en pueblos pequeños, si no es la Administración la que interviene, no te va a intervenir un privado.







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