"Después de 42 ediciones, la mujer tenía que ocupar el lugar que le corresponde en la Feria del Libro de Granada"

Alfonso Salazar, uno de los coordinadores de la Feria del libro, nos adentra todo lo que hay detrás de la programación

PARA PONER MOSCA (4)
'Mujeres, literaturas', eje de la Feria del Libro | Foto: M. Gómez
Toni Nogueras
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Granada ya huele a libros. Desde el pasado viernes, la ciudad vive inmersa en la 43ª edición de la Feria del Libro, uno de los grandes eventos culturales del año y una de las citas literarias más importantes del país, al nivel de las ferias de Valencia y Madrid. Con sus 87 casetas desplegadas a lo largo de la Carrera de la Virgen y la Fuente de las Batallas, este encuentro reúne a editoriales, librerías, autores y miles de lectores hasta el 18 de mayo, en una programación que suma cerca de 700 actividades.

Este año, la mujer es el eje central de la Feria. Bajo el lema 'Mujeres, literaturas', las plumas femeninas inspiran una agenda que quiere ser tanto homenaje como reivindicación. Para hablar de todo ello, nos visita en 'La Redacción de GranadaDigital' Alfonso Salazar, escritor nacido en San Fernando pero criado en el Zaidín, y una de las figuras clave en la organización de esta cita imprescindible. Con él hablamos de cómo se construye una feria como esta, qué retos afronta, y cómo hacer que la juventud y, especialmente, los hombres, reconecten con la lectura.


Preguntas (P): ¿Qué esperáis de esta 43ª edición de la Feria del Libro de Granada?
Respuestas (R:): Lo que espera cualquier feria al aire libre: que el clima acompañe. Si hace buen tiempo, está comprobado que se incrementa la afluencia de público y las ventas. Para nosotros es fundamental porque el objetivo principal es ofrecer a entidades públicas y privadas un espacio para mostrar su catálogo y conectar con los lectores de Granada y visitantes.

P: ¿Se empieza a preparar una edición mirando a la anterior?
R: Siempre. Depende mucho de cómo fue la anterior. Si fue bien, hay que mantener el nivel; si no, al menos no empeorar. Pero Granada tiene una feria muy fuerte, con músculo editorial y gran demanda. En solo 20 días ya se habían ocupado casi todas las casetas, y eso dice mucho del interés que genera.

P: ¿Qué hace diferente a la Feria del Libro de Granada?
R: Su ubicación. Es una de las pocas que se celebra en el centro de la ciudad, no en un parque alejado. Eso garantiza el paso continuo de personas, aunque también genere molestias a algunos comercios. Además, Granada fue pionera en profesionalizar su gestión y es un ejemplo de colaboración institucional. Todo eso suma.

P: Este año el eje central es el papel de las mujeres en la literatura. ¿Cómo se decidió?
R: Era un homenaje debido tras 42 ediciones. Aprovechamos los centenarios de Ana María Matute, Carmen Martín Gaite y Julio Uceda para rendir tributo a esa generación de autoras que rompió barreras. También incluimos a pioneras como Emilia Pardo Bazán. El libro de la feria es suyo. Ya teníamos una base consolidada: lectoras, editoras y autoras son mayoría, y llevamos tres años con el ciclo de Lecturas Violetas. Ha sido una evolución natural.

P: ¿Cómo se comienza a diseñar una feria con una programación tan amplia?
R: Todo arranca con el lema, consensuado en una comisión institucional. Luego el equipo de coordinación desarrolla la programación. Este año fue más sencillo porque la base estaba trabajada. Muchas instituciones han contribuido con actividades vinculadas a la temática de la mujer, desde grandes como la Universidad de Granada o el Centro Andaluz de las Letras, hasta asociaciones pequeñas.

P: ¿Qué tipo de actividades podrá disfrutar el público?
R: En las casetas habrá firmas de autores, que es el contacto más directo. Pero también hay tres pabellones temporales con charlas, mesas redondas, recitales y conferencias. Además, usamos espacios como La Madraza, el Cuarto Real o las bibliotecas de barrio para ampliar la programación. Este año hemos repartido unas mil plazas en el ciclo escolar y tenemos iniciativas como la Pequeferia para las familias, talleres de impresión de la Diputación, y hasta un ciclo de cine documental con títulos sobre editoras, poetas jóvenes y Gloria Fuertes.

P: ¿Es posible conectar con quienes no son lectores habituales?
R: Lo intentamos. Por eso incluimos actividades como documentales o lecturas dramatizadas. La idea es crear puntos de entrada diferentes. Hay mucha variedad, es difícil no encontrar algo que te interese.

P: ¿Qué papel juega la Feria en la promoción de la lectura entre los más jóvenes?
R: Es un reto para toda la sociedad. Aunque los datos muestran que la juventud, sobre todo las chicas, lee bastante, vemos que muchos hombres desconectan de la lectura entre los 18 y 22 años, y no la retoman hasta los 50. Eso crea un vacío. Leer te hace libre, crítico y plural. Te permite entender la complejidad de la vida, y eso es clave para evitar radicalismos. Trabajamos para que los escolares entren y permanezcan en ese mundo.

P: ¿Cómo se vive una feria desde dentro siendo uno de sus coordinadores?
R: Con intensidad. No estoy solo, formamos un equipo de unas 25 personas directamente implicadas. Hay que estar atento a los imprevistos: que falle una luz, que no llegue un autor... todo puede pasar. También tenemos visitantes internacionales, como representantes de premios del Golfo Pérsico, y es importante atender bien a quienes hacen el esfuerzo de venir hasta Granada. Aquí no se paga caché, los autores vienen porque quieren. Eso también da valor a la feria.

P: ¿Tienes algún proyecto literario personal en marcha?
R: Sí, aunque con la feria no hay tiempo para mucho más. Acabo de publicar El crimen de la alberca, una novela negra ambientada en la Alhambra romántica de 1830. Es un cambio respecto a mis anteriores obras situadas en el Zaidín. La ha publicado Ediciones Miguel Sánchez y estoy contento con el resultado. Pero en la feria no voy a darle protagonismo, no sería correcto.







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