Trastornos alimentarios y salud sexual: una conexión silenciada

Un estudio con participación andaluza demuestra la alta incidencia de disfunción sexual en mujeres con anorexia y bulimia

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Una llamada a la acción desde Andalucía | Foto: GDAI
Toni Nogueras
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La salud sexual femenina continúa siendo una de las grandes olvidadas en el abordaje clínico de los trastornos alimentarios. Así lo confirma un reciente estudio internacional, publicado en la revista European Eating Disorders Review, que evidencia una relación significativa entre los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y la disfunción sexual en mujeres. Investigadoras de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), entidad adscrita a la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, han participado activamente en esta investigación que pone el foco en una problemática aún invisibilizada tanto en la práctica clínica como en la investigación científica.

Un metaanálisis riguroso y revelador

El estudio ha sido fruto de una revisión sistemática y un metaanálisis de alto nivel, en el que se analizaron más de 2.600 estudios publicados sobre el tema. Solo siete de ellos cumplían con los criterios metodológicos de calidad requeridos para ser incluidos en el análisis estadístico final. Las científicas utilizaron modelos de efectos aleatorios y desviaciones medias estandarizadas para medir con precisión la prevalencia de la disfunción sexual entre mujeres con trastornos alimentarios como la anorexia nerviosa (AN) y la bulimia nerviosa (BN).

Los resultados no dejan lugar a dudas: existe una mayor incidencia de disfunción sexual en mujeres que padecen este tipo de trastornos, siendo más acusada en los casos de anorexia. Esto supone un hallazgo especialmente relevante si se tiene en cuenta que la disfunción sexual afecta directamente a la calidad de vida y al bienestar emocional de las pacientes, así como a su autoestima y a sus relaciones interpersonales.

Un abordaje integral que incluya la salud sexual

La disfunción sexual en mujeres con trastornos alimentarios se presenta en formas diversas: pérdida de deseo sexual, anorgasmia, dolor durante las relaciones o ausencia de excitación. Estos síntomas, a menudo silenciados por las propias pacientes o ignorados en la consulta médica, merecen ser incorporados de manera sistemática en la evaluación y tratamiento clínico de los TCA.

Según las autoras del estudio, es imprescindible que los profesionales de la salud reconozcan la sexualidad como parte integral de la salud de las mujeres. “No podemos seguir tratando los trastornos alimentarios como compartimentos estancos; son patologías que afectan de forma transversal a muchas áreas de la vida de las personas que los padecen”, explican desde la EASP.

La investigación destaca además la necesidad de desarrollar intervenciones clínicas que contemplen la salud sexual como parte de los programas terapéuticos, no solo en fases de recuperación física y nutricional, sino también desde los primeros estadios del tratamiento. Incluir esta dimensión podría contribuir a mejorar la adherencia al tratamiento, favorecer una recuperación más completa y prevenir recaídas.

Una línea de estudio que debe ampliarse

Aunque los hallazgos se centran en la anorexia y la bulimia, las investigadoras subrayan la urgencia de ampliar el foco para incluir otros perfiles clínicos, como el trastorno por atracón (BED, por sus siglas en inglés). Este trastorno, reconocido oficialmente en clasificaciones diagnósticas recientes como el DSM-5 y la CIE-11, no pudo ser incorporado al metaanálisis por falta de datos suficientemente consistentes.

Esta limitación, lejos de restar valor al estudio, abre nuevas vías de investigación para los próximos años. La evidencia sugiere que la disfunción sexual también puede estar presente en mujeres con BED, aunque aún se desconoce en qué medida. De ahí que una de las recomendaciones más relevantes del artículo sea seguir investigando con mayor profundidad en este campo.

Una llamada a la acción desde Andalucía

Con su participación en este trabajo internacional, la Escuela Andaluza de Salud Pública consolida su compromiso con una investigación orientada a mejorar la salud pública y el bienestar de las mujeres. La Consejería de Salud y Consumo ha valorado de forma positiva estos resultados, destacando la necesidad de seguir fomentando estudios que aborden la salud femenina de forma integral, inclusiva y basada en la evidencia científica.







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