El lazo entre arte y salud mental, tema principal en la última charla-coloquio de HLA Inmaculada

HLA Inmaculada continúa con su programación que tiene a lo largo de estos meses para festejar su 50 aniversario en un enclave donde la salud, junto con otros temas de interés, son los ejes centrales de los debates y coloquios que se han ido presentando hasta el momento. Después de los cuatro foros 'Territorio Abierto', dedicados principalmente al papel del sector turístico, el conocimiento, la justicia y la cultura, la última cita dentro de este encuadre ha estado dedicada a la relación directa entre salud mental y arte.

Presentada como una gran cuestión, y nada fácil de resolver, dicha labor ha requerido de la presencia de tres ponentes de alto nivel, tal y como son los reconocidos psiquiatras José Cabrera y Forneiro, María Inés López Ibor y el experto legal José Francisco Estévez. Además de estos, estaba citada la catedrática Amelina Correa Ramón, pero por motivos de salud no ha podido asistir.

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El diálogo ha partido con una introducción por parte de José Francisco Estévez, que ha sido el encargado de presentar y moderar esta tertulia. Con una breve previa por parte de Valeriano Torres, CEO del Grupo HLA, su presencia ha puesto en valor el papel de la psiquiatría y el arte en una cita que ha buscado conectar con la sociedad y mostrar su "obligación y compromiso" con estos; también lo debe evidenciar con el equipo médico y de salud, a quienes ha ido dirigido principalmente este acto, como una cita para escuchar otras reflexiones de expertos y mantener "una clara responsabilidad de formación".

El arte como lenguaje en una época de crisis

Dentro de esta rama, una de las cuestiones sobre las que más se ha incidido desde un inicio ha sido el papel que juega la cultura, y en concreto el arte, en momentos de crisis y malas rachas. Para la doctora López Ibor, esto va muy ligado a una insurrección "como alternativa" en momentos donde la racionalidad "necesita expresar su creatividad gracias a sus neurotransmisores". Ligado a esta observación ha continuado el doctor y forense Cabrera y Forneiro, que ha querido también incidir en que el lenguaje "a veces se queda corto" y requiere de una expresión "que muestra y sienta".

Hablando del arte en todas sus ramas se ha llegado a destacar si hay alguna con más peso que otra, dejando una pequeña valoración sobre que la manera de expresar y comunicar puede variar "pese a que haya distintos caminos", como la lectura, la música o la pintura.

Dentro de este conglomerado, juega una pieza vital la psiquiatría, debido a que las emociones a veces necesitan de un gran requerimiento en estos casos, ya sea para mejor o para peor. "El humano es emocional. Lo encuentra en el arte y lo puede evidenciar de distintas formas, como con una depresión, que hace que el arte se destruya o sea menos valorado, mientras que la melancolía puede jugar un papel más de análisis", han añadido.

El sentir general de los ponentes ha ido muy ligado durante todo el evento. Ha quedado muy evidente cuando han sido cuestionados sobre si el arte puede evitar que haya problemas mentales. Su respuesta ha sido clara: no. Aunque sí reconocen que puede ayudar "a mitigarlos" en todas sus formas, como por ejemplo con la lectura, que hace que distintas áreas del cerebro trabajen.

La creatividad y el desarrollo del arte: de la locura al poder terapéutico

También se ha podido versar sobre el arquetipo del artista loco, tachando de "leyenda urbana" este asunto que refiere a que todos los virtuosos deben tener problemas mentales para poder ser buenos. Eso sí, no se han escondido en admitir que las enfermedades mentales "pueden perjudicar el arte", viéndose en artistas de gran nivel como Van Gogh o Goya, que, mediante alucinaciones y sufrimientos, vieron cómo su nivel artístico pudo ser distinto e incluso peor.

No obstante, afirman que el propio arte sirve como una herramienta de apoyo a la salud mental. "Se puede evidenciar en el deterioro cognitivo y su relación con la música, que refleja una sensación de bienestar y recuperación de memoria", han mantenido, aunque ese poder terapéutico todavía reste hasta que llegue a ser valorado de manera notable "en el corporativo médico tradicional".

Para concluir, también han tratado sobre el papel vital de los espacios culturales, donde se puede formar a personas con valores y ejercicios que desarrollen intereses artísticos. "Son espacios para aprender a relajarse. Ponen en valor el arte y enseñan la creatividad a los niños", ha verbalizado el psiquiatra José Cabrera, que espera que se mantenga y vaya a más para evitar "un tsunami tecnológico", con herramientas que comienzan a ponerse en tela de juicio como la Inteligencia Artificial y sus posibles efectos a futuro en relación con la pérdida de memoria o dificultades para mantener habilidades.

Lo que sí ha quedado claro es que existe un claro vínculo entre salud mental y arte. Tanto en momentos complejos como en el día a día, las herramientas creativas siempre son un aliado para poder trabajar en ese aspecto, pese a que a veces se pueda llegar a confundir salud mental con enfermedad mental. La salud mental es algo que todos debemos trabajar y comprometernos a cuidar. En citas como esta se ejemplifica, poniendo en valor cosas que parecen tan simples y, realmente, no lo son.