Josep Pons vuelve al frente de la Orquesta Ciudad de Granada

El director catalán dirigirá los días 14 y 15 el programa 'La fama de los nombres olvidados' en el Manuel de Falla

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Orquesta Ciudad de Granada dirigida por Pere Pons. Foto: Gabinete
Gabinete
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Director titular y artístico de la OCG entre los años 1994 a 2004, fue el segundo director de la Orquesta, tras Juan de Udaeta. En 2005 sería nombrado director de la Orquesta Nacional de España. Fue, sin duda, el máximo responsable de la proyección nacional e internacional de la formación, sobre todo a partir de 1998, una etapa con giras por España y Europa que consolidaron el prestigio y calidad de la OCG, a lo que también contribuyó un ambicioso programa de grabaciones para el sello discográfico Harmonia Mundi, con registros que consiguieron algunos de los más prestigiosos premios de las mejores revistas especializadas del mundo.

El director catalán dirigirá los días 14 y 15 el programa 'La fama de los nombres olvidados', con el que la formación retoma en el nuevo año su temporada de abono, con una propuesta que se vertebra en torno a la admiración e influencia de unos compositores sobre otros, emparejando a creadores coetáneos, vinculando la modernidad y el pasado y mostrando la sinergia entre disciplinas artísticas: un programa en el que escucharemos los arreglos orquestales que Debussy, Britten y Shchedrín escribieron de obras de Satie, Mahler y Bizet.

A lo largo de la historia encontramos compositores que han necesitado la generosidad deliberada o involuntaria de otro artista mejor posicionado (contemporáneo, anterior o posterior) para superar el anonimato o el olvido y colocarse en primera línea internacional.Las obras de este concierto presentan tres casos paradigmáticos de ese “pequeño” empujón profesional en forma de doble acto creativo. En las dos primeras composiciones los beneficiarios del binomio fueron los autores de las obras originales (Satie y Mahler), mientras que, en la tercera, siendo Bizet uno de los nombres más célebres de todos los tiempos, el gran favorecido resultó ser Shchedrín







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