Vídeo | La fe del Lunes Santo de Granada espanta los nubarrones

Las hermandades del Trabajo, Huerto, Dolores, Rescate y San Agustín disfrutan de una jornada sin lluvia con una ciudad entregada

Hermandad del Rescate en el Lunes Santo de la Semana Santa de Granada
El Rescate, que cumple su centenario, a su salida de la iglesia de Santa María Magdalena | Foto: Antonio L. Juárez
Sergio Rodríguez Acosta
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El temor tornó en ilusión, los nervios en ganas y las nubes en sol. Granada vivió un Lunes Santo de ensueño en el que la fe de la ciudad espantó los nubarrones de lluvia. Las hermandades del Trabajo, Huerto, Dolores, Rescate y San Agustín se entregaron a la ciudad y la población respondió abarrotando sus salidas de los templos y arropando a sus cortejos por las calles.

El día arrancó con un cielo por momentos encapotado, pero todo fue a mejor conforme se acercaban las 16:00 horas. En la Iglesia del Corpus Christi, en el Zaidín, era difícil contener las emociones. El capataz de la Venerable Hermandad de Caridad del Santísimo Cristo del Trabajo y Nuestra Señora de la Luz recordó a sus costaleros antes de salir del templo la "falta" que le hacía al barrio tener al Señor en la calle tras dos años sin poder realizar estación de penitencia. En el Monasterio Comendadoras de Santiago, el paso de misterio de Jesús de la Oración en el Huerto levantó a los ciudadanos congregados para gozar de su salida, siempre tan difícil como imponente.

Un martillo de padre a hijo

La magia y el sentimiento de la Semana Santa va mucho más allá de lo que generan las instantáneas más bonitas, la música y todo lo que la acompaña. Los protagonistas de la intrahistoria, quienes dan lo mejor de sí cada año por su hermandad. Es el caso de Antonio Rodríguez, capataz durante muchos años de la Real Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores que este Lunes Santo ejerció como tal por última vez. Antonio entregó su martillo a su hijo en mano en un precioso momento vivido en la salida de la Virgen de los Dolores desde la Iglesia de San Pedro y San Pablo a las 17:15 horas.

Los fervientes de Jesús del Rescate tuvieron que esperar un poco más para la salida de su paso en la Iglesia de Santa María Magdalena. Fue pasadas las 17:45 horas cuando este cruzó el umbral del templo engalanado por centenares de claveles entregados por vecinos. Durante el primer tramo de su recorrido, concretamente en la calle Cruz, dedicó una levantá a todos los niños que se encuentran hospitalizados que no pudieron ver a Jesús del Rescate.

El primer titular en llegar a la carrera oficial fue Jesús de la Oración en el Huerto, que enfiló la Carrera de la Virgen pasadas las 18:30 horas. Todo bajo un sol de justicia venerando a los seis titulares presentes en las calles de la capital.

El paso del Cristo del Trabajo fue el siguiente en llegar a la nueva carrera oficial en un Lunes Santo radiante. El palio de Nuestra Señora de la Luz también recorrió después la carrera oficial, a la que llegó ya sobre las 20:40 horas el Rescate, que cumple su centenario este año. El 'Señor de Granada', con su preciosa túnica persa, recorrió la Carrera de la Virgen, donde dejó bellas e históricas imágenes a su paso.

San Agustín, quinta hermandad en la calle

Desde otro punto de la ciudad, desde la calle San Antón, que estaba abarrotada de gente, comenzó a salir a la calle desde la Iglesia Convento del Santo Ángel Custodio primero el Cristo de San Agustín y, posteriormente, la Virgen de la Consolación para iniciar su estación de penitencia por Acera del Darro, Carrera de la Virgen, Ángel Ganivet y Plaza de las Pasiegas. El paso del Cristo de San Agustín entró en la Catedral sobre las 23:00 horas y después de realizar su estación de penitencia inició su recorrido de regreso con el paso acelerado por las previsiones de lluvia. Algo más rápido de lo habitual, pero con sobriedad y elegancia, San Agustín y la Virgen de la Consolación, que regresaron pasada ya la medianoche.

El resto de hermandades - el Trabajo, el Huerto, Dolores y Rescate- también continuaron con el camino de regreso a sus respectivos templos en una noche de Lunes Santo que finalmente se vio amenazado por la lluvia.







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