Especialistas granadinos dan las claves para afrontar los retos del nuevo año

Dejas de fumar, comer más sano o hacer más ejercicio son los propósitos principales de la mayoría de la población, aunque a veces, sin las directrices de un experto, es complicado acometerlos

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"Se calcula que hasta el 70% de los fumadores desean dejar de fumar" | Foto: Archivo GD
Ainoa Morano
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Las fiestas navideñas han llegado a su fin. Las celebraciones, las comidas familiares y los regalos ya son cosa del pasado, toca volver a la realidad. Con la llegada del nuevo año aparecen los, a veces, indeseados propósitos para el año entrante. La población suele hacer un pequeño examen de conciencia para analizar qué aspectos de su vida quieren cambiar, mejorar o, directamente, eliminar. Desde los más habituales como hacer más ejercicio, comer más sano, dejar el tabaco o leer más, hasta los más codiciosos como visitar un país diferente cada mes, los hay para todos los gustos.

Seguramente, desde este lunes, cientos de personas acudirán a su gimnasio más cercano para comenzar con su plan de entrenamiento; irán a un librería a comprar un nuevo libro con el que volver al hábito de la lectura o pensarán que ese cigarro de la mañana ha sido el último. La intención de cumplirlos siempre está, pero solo unos pocos lo consiguen, la mayoría deberá repetir dichas metas en enero de 2024. Para que eso no ocurra y dentro de doce meses los retos sean otros, especialistas granadinos aportan las claves para llegar a cumplir dos de los propósitos fundamentales de la mayoría de la sociedad: adelgazar y dejar de fumar.

Miguel Mariscal, profesor titular del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada responde a las principales cuestiones para conseguir perder esos kilos de más que se han ganado durante las fiestas.

Pregunta: ¿Qué consejo le darías a una persona que quiera perder peso?

Respuesta: Cuando la persona no tiene una patología, lo ideal no es plantearle una dieta de tratamiento, sino una que sea balanceada, que cubra en energía nuestras necesidades. Cuando planteamos una dieta por debajo de nuestras necesidades energéticas, se está siendo muy agresivo con el cuerpo. Esto se hace cuando se tiene un problema grave de obesidad. La mayoría de la población quiere perder el par de kilos que ha ganado durante la Navidad y lo que se busca es volver a su estado anterior. Esto se debe tratar desde la salud, es decir, alimentarse de forma equilibrada, sobre todo, en cuanto a los macronutrientes (alto en hidratos de carbono y bajo en proteínas y grasas). Una vez que se ha entendido que se tiene que consumir una cantidad adecuada de energía, se pasa al tipo de alimentos a ingerir. Es fundamental que la dieta sea variada, no se puede simplificar en un tipo de alimento.

P: ¿Es aconsejable acudir a un especialista si no se padece una patología?

R: La gente es suficientemente consciente de lo que tiene que hacer a la hora de la alimentación. No es tanto la figura del nutricionista la que funciona, sino la sensación de tener a alguien que te vigila y controla que cumples con las pautas marcadas. Cuando una persona se siente observada es cuando ejecuta. En ese sentido sí veo adecuado acudir a un nutricionista. Diferente es que se trate de una persona con una patología, porque es más probable que no sepa qué alimentación seguir para conseguir sus objetivos. Lo más sensato es planificarlo desde el balance y el equilibrio nutricional, si se trata de una persona que lo único que requiere es perder unos kilos “de más”.

P: ¿Cuánto tiempo se puede tardar en ver resultados?

R: Todo lo anterior debe ir acompañado del ejercicio físico. También dependerá del tipo de persona, si se trata de alguien sedentario, la cantidad de energía que va a necesitar es menor y con un poco de ejercicio que se realice ya se notarán cambios en el cuerpo. Obviamente, el aumento del gasto energético también hará que los resultados se aceleren. La mezcla es donde está el éxito, unir la alimentación equilibrada al aumento de la actividad física. Hay personas que en cuestión de días ya ven cambios, otras puede que tarden meses, depende de multitud de factores, pero la clave para conseguir lo que se propone cualquier persona es el balance en la alimentación. Jamás utilizar una dieta hipocalórica.

P: Para ciertas personas es casi una prohibición saltarse la dieta. Comer una pizza o una hamburguesa es casi un pecado. ¿Es saludable permitirse esos pequeños “lujos”?

R: Lo que no es saludable es ver el alimento y el ejercicio como aquello que nos hace gastar energía. El darse un lujo como una hamburguesa o una pizza, forma parte de una dieta saludable. El ser humano no se nutre, se alimenta y eso conlleva un placer. La persona que se obsesiona y vive alimentándose cuantificando todo lo que ingiere, seguramente no está disfrutando de la comida. Ni la comida tiene que ser resultado del ejercicio, ni este debe ser resultado de un dia donde se ha comido mucho. Verlo desde una perspectiva de números, no es sano. Cada alimento tiene su grado de moderación, es decir, hay que saber qué cantidad ingerir para que sea saludable, incluso en aquellos que son “sanos”. Dentro de una dieta variada entran esos alimentos esporádicos que tan felices no hacen y nos dan tanto placer y, en función del tipo de persona que sea, podrá comerlo más a menudo o menos, pero no es un problema que se ingieran este tipo de alimentos. Hay un exceso de información tan grande en redes sociales que hace que la población lleve estos comportamientos a un grado de obsesión muy peligroso.

Dejar de fumar

La adopción de un estilo de vida más saludable es la meta a conseguir para muchas personas. Ya no solo a la hora de comer mejor o hacer más ejercicio, sino también para dejar aquellos hábitos que son perjudiciales para la salud, entre ellos y el más común, el tabaco. María López López, F.E.A de Neumología del Hospital Clínico San Cecilio y experta en Tabaquismo aporta los métodos y las pautas a seguir para dejar esta adicción.

P: ¿Qué métodos existen para dejar de fumar? ¿cuáles son los más eficaces?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el tabaquismo es una enfermedad crónica adictiva que necesita un abordaje clínico como el resto de enfermedades crónicas: diagnóstico, tratamiento y seguimiento. Hay algunos fumadores que consiguen el abandono por sí solos o con una mínima ayuda por parte de su médico, pero hay otros a los que no les resulta fácil y atraviesan múltiples periodos de recaídas. Es fundamental que desde las consultas médicas, familia y amigos se ayude a estos pacientes en el proceso de abandono .

Las intervenciones psicológicas y el soporte conductual enseñan habilidades y estrategias para cambiar la conducta; cualquiera que sea el método de terapia conductual usado, tiene dos claves fundamentales: elegir la fecha para dejar de fumar y mantener contactos repetidos tras el abandono. Esto es una de la razones fundamentales por la que son importantes los propósitos de año nuevo; ayuda a que el fumador fije una fecha para dejar de fumar.

Actualmente están disponibles en España varias alternativas farmacológicas: tratamiento sustitutivo con nicotina, bupropion y citisina. La terapia sustitutiva con nicotinna (TSN) consiste en suministrar cantidades de nicotina de modo continuo, controlado y progresivamente decreciente para aportar la cantidad suficiente y así evitar el síndrome de abstinencia, pero insuficiente para crear dependencia; se busca ayudar al abandono del consumo de cigarrillos, reducir el efecto de refuerzo de la nicotina, atenuar los síntomas de abstinencia y reducir el riesgo de recaídas.

Una pregunta frecuente por el fumador es que si reducir el número de cigarrillos es un buen método para dejar de fumar; cabe imaginar que la reducción de la cantidad de tabaco fumado también disminuye el daño causado, pero hay que tener mucho cuidado ya que los fumadores que disminuyen el consumo tienden a fumar cada cigarrillo con mayor intensidad y, de ese modo, quizás terminen ingiriendo una cantidad de toxinas similar o sólo ligeramente menor; además la mayoría de los fumadores parecen ser incapaces de mantener una reducción sustancial del consumo de cigarrillos.

Otra pregunta habitual es sobre cambiar a productos para fumar, potencialmente menos perjudiciales ; de cada 100 personas que utilizan cigarrillos electrónicos para dejar de fumar, entre 9 y 14 podrían dejar de fumar de forma exitosa.

P: ¿Cuál es el tiempo estimado que necesita una persona para dejar definitivamente el tabaco?

R: El tabaquismo es una enfermedad adictiva crónica que causa casi 60.000 muertes anuales en nuestro país. Dejar de fumar es un proceso difícil y requiere la motivación del fumador. El mayor porcentaje de recaídas se produce en los seis primeros meses. Transcurridos 5 años desde que el sujeto dejó de fumar, deja de pensar en ello y no siente deseos de hacerlo; se ha llegado a la fase de finalización, con posibilidades de recaídas muy bajas, considerándose a la persona como realmente exfumadora. El síndrome de abstinencia dura 2-3 semanas y este es la causa más frecuente para la recaída. Cuando los pacientes preguntan que cuanto tiempo necesitan emplear para el abandono del tabaco habría que responderles que después de llevar toda una vida fumando,  dos o tres meses son insignificantes.

P: ¿Cuáles son los efectos inmediatos, a medio y largo plazo en los pulmones una vez se deja el tabaco?

R: El consumo del tabaco se relaciona con numerosas enfermedades cardiovasculares, respiratorias, digestivas y neoplásicas, sin olvidar la repercusión sobre el embarazo y el parto y por supuesto sin dejar atrás el tabaquismo pasivo. El tabaco es un factor de riesgo de gran trascendencia para la salud pública y que actualmente representa la primera causa evitable de muerte y discapacidad en los países desarrollados. El dejar de fumar disminuye, o en algunos casos elimina, el daño para la salud causado por el tabaco. Cuanto antes se abandone el tabaco, mas daño se evita. A partir de los 35 años, cada año que se retrase el abandono del tabaco le cuesta al fumador una media de aproximadamente tres meses de vida. La recuperación de la salud al dejar de fumar es un punto fuerte para animar al paciente a que abandone absolutamente el consumo de tabaco. A corto plazo mejoran el pulso y la presión arterial, mejora el gusto y el olfato. A medio plazo disminuye la tos y el cansancio, disnea o fatiga. A largo plazo los beneficios son mayores. A los cinco años el riesgo de padecer cáncer de boca, garganta, esófago y vejiga disminuye a la mitad, como el riesgo de cáncer de pulmón que también disminuye a la mitad a los diez años.

P: Con la entrada del nuevo año, ¿Se ve un aumento considerable de las personas que acuden a especialistas para dejar de fumar?

R: La base del éxito está en la motivación. Se calcula que hasta el 70% de los fumadores desean dejar de fumar.
No dispongo directamente de estadística sobre el número de personas que acuden a principios de año para dejar de fumar; es un propósito claro que, como neumóloga, creo que hay que aprovechar. El caso es que supone una motivación extra. Los propósitos están muy bien, pero no sirven para nada si no hay acciones detrás. Cuando el fumador desea el abandono, nuestra función es ayudar a conseguir el éxito. Nadie dice que dejar de fumar sea fácil, pero merece la pena la recompensa.
Es importante reseñar que dejar de fumar es posible y es la mejor medida para mejorar su salud y la calidad de vida; por lo tanto que llegue el 1 de Enero y el fumador se proponga el abandono y por lo tanto se motive para esto, será siempre una gran noticia.