Eterno Miguel Ríos… y que cumpla muchos más

Noche de rock y pop, baile, baladas, buena música y, sobre todo, nostalgia. Una fiesta de cumpleaños a lo grande. Y es que Granada celebró anoche por todo lo alto los 80 años de uno de sus hijos predilectos. La Plaza de Toros sirvió como escenario para ensalzar a Miguel Ríos, un artista que ha sido reconocido como una figura imprescindible de la música española y, especialmente, como el dios del rock español, el impulsor de un género que, pese a las modas pasajeras, siempre vuelve. Y su ciudad, la que le vio nacer y a la que siempre regresa para sentirse feliz entre su gente, se lo reconoció en una noche inolvidable en la que, además, se aprovechó la ocasión para impulsar la Fundación benéfica que lleva su nombre y, sobre todo, homenajear a todos los que, de una u otra forma, han ayudado a crear la actual marca ‘sonido Granada’ en la escena nacional. Es por ello que, como representantes de distintas generaciones desde los años 60 hasta la actualidad, el rockero incombustible se vio arropado por bandas granadinas como Los Ángeles, 091, Lagartija Nick y Niños Mutantes. Con todos ellos tuvo momentos especiales, interpretando con temas de estos grupos, como '98.6', 'La Torre de la Vela', 'Nuevo Harlem' o 'Errante', canciones que forman parte del devocionario más selecto del rock y el pop local.

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Lo de anoche fue un memorable espectáculo audiovisual en el que, entre cada una de las actuaciones, se intercalaron una serie de vídeos en formato documental que relataron la trayectoria tanto de Miguel Ríos como de la música granadina desde hace seis décadas, desde los pioneros hasta los actuales representantes de esa música urbana que ahora copan los números uno de las listas de artistas más escuchados del país. Una original propuesta que encandiló al personal.

Anoche se encumbró a Miguel Ríos, que recibió el cariño de su gente, pero también a todos los que han elevado a Granada a los altares de la música nacional, desde Los Windys, Gelu, Los Ángeles, Carlos Cano o Enrique Morente a los actuales Lola Índigo, Maka, Saiko, Dellafuente o Ayax y Prok, pasando por imprescindibles como 091, La Guardia, TNT, Los Planetas, Lagartija Nick, Lori Meyers, Niños Mutantes, Eskorzo o Amparanoia -por citar algunos- junto a otras decenas de bandas o artistas que son dignos de atesorar los elogios más variados por haber contribuido al extraordinario y diverso movimiento musical cualitativo y cuantitativo que convierten a la ciudad de la Alhambra en un vivero de artistas inagotable, en un territorio de talento admirable.

El concierto comenzó, como ya es tradición desde el mítico 'Rock & Ríos', con un 'Bienvenidos' que dio paso a otro de los temas imprescindibles del cantante en su casa: 'Vuelvo a Granada'. A partir de ahí, se fueron alternando en el escenario, por orden generacional, Los Ángeles, 091, Lagartija Nick y Niños Mutantes, bandas que interpretaron algunos de sus mejores temas y compartieron tablas con el propio Miguel Ríos en momentos emotivos difíciles de olvidar porque, además, en el ambiente no solo flotaba que sería una de las últimas ocasiones de poder ver al rockero granadino interpretar sus grandes canciones en un gran concierto, sino también había aire de despedida de Niños Mutantes, que en noviembre se retiran tras 30 años de carrera, y de Los Ángeles, su última vez en un gran recinto.

Fue Miguel Ríos el encargado de cerrar la noche con temas especialmente escogidos para la ocasión ya que engrosan la lista de sus canciones más conocidas: 'Todo a pulmón', 'El blues del autobús', 'La estirpe de Caín', 'Año 2000', 'Rocanrol Bumerang', 'Santa Lucía' y el 'Himno de la alegría', antes de hacer un bis con el primer gran éxito de su carrera, 'El río', y cerrar con la fuerza de 'Al-Ándalus'. Un repertorio coreado por un personal entregado, alentados por el exultante rockero, quien siempre hace participar mejor que nadie a su público, que acude con la mente abierta para recibir soplos de rock y así desalojar los fantasmas cotidianos.

Y es que la vitalidad, el carisma, la fuerza y el talento que Miguel Ríos emana a sus 80 años es tan contagiosa, que uno regresa en metro a casa tarareando "… el rocanrol es un bumerang, la voz de tu generación, es tu cultura, es tu identidad… por eso siempre volverá".