El Covirán salva el 'match ball' doblegando a su rival fetiche (88-95)
Los rojinegros contestan al triunfo de Girona con una nueva victoria ante Zaragoza gracias a una actuación estelar de Visconti en el último cuarto

El Covirán quiere seguir vivo en la ACB. Los rojinegros no piensan darse por vencidos mientras que las matemáticas sigan permitiendo soñar con otra salvación épica. Los de Pablo Pin regresaban a un pabellón que ya les dio una alegría sumamente importante en la pasada temporada. Querían repetir la historia y todo comenzaba por vencer a Casademont Zaragoza. Partido tenso y claramente igualado que un magistral e inesperado Riccardo Visconti decantó para su equipo en el último periodo. La actuación del italiano sumada a un nuevo recital de Jonathan Rousselle y de Amine Noua, el Covirán contesta al triunfo de Bàsquet Girona haciendo que el descenso se prolongue una semana más.
Podía parecer que solo Covirán Granada llegaba a este partido con una necesidad imperiosa de victoria, pero Casademont Zaragoza también tenía demasiado en juego. Alcanzar puestos europeos contra evitar el descenso. Dos realidades muy diferentes que se vieron las caras en un partido sumamente igualado en sus primeros 20 minutos. Los rojinegros saltaron al parqué del Príncipe Felipe con la garra y la energía que este tipo de encuentros a vida o muerte requieren. Buen inicio de los de Pablo Pin que consiguieron llegar al ecuador del periodo con una mínima ventaja en el marcador. Distancia que lograría mantener aun con las rotaciones y a pesar de los fallos puntuales que le daban alas a los maños. El Covirán pecó en exceso de no defender bien el balance defensivo, parcela del juego en la que los de Rodrigo San Miguel se hicieron fuertes. A pesar de acercarse en varias ocasiones, los rojinegros supieron mantener la concentración para incluso colocarse seis arriba. Sin embargo, llegó el apagón ofensivo o más bien el resurgir de los locales. La entrada de Watson y Mencía a pista cambió por completo la cara de Zaragoza.
Con el 21 a 22 arrancó un segundo periodo en el que los zaragozanos aprovecharon el momento de confusión de su rival. Con un parcial de 14 a 2 entre los minutos finales del primer cuarto y los primeros del segundo, los locales mandaron el partido al 28 a 22, resultado con el que Pablo Pin paró el encuentro por primera vez. Los errores eran claros. Mala actitud defensiva y falta de comunicación entre los jugadores. Vino bien la “bronca” del técnico granadino para frenar en seco el parcial de su rival. Apareció Riccardo Visconti, especialista en el catch and shoot para recuperar el tono ofensivo. Así como un Jonathan Rousselle que dio una cal y otra de arena, pero que en el global, siempre aporta. El intercambio de canastas dejó una escena curiosa aunque ya repetitiva. En una falta de Bell-Haynes sobre Rousselle, el base canadiense propina un empujón al francés tras cometer falta sobre él. Un empujón desproporcionado y sin venir a cuento que los colegiados ven y pasan por alto pidiendo a Rousselle, simplemente, que se calme. Otra técnica perdonada, como otras tantas a lo largo de la temporada. A pesar de esto, el Covirán logró marcharse al descanso con la máxima igualdad en el luminoso con el 44 a 44.
De regreso al parqué, la necesidad de hacer una buena actuación premiaba más que nunca. El Covirán Granada volvió al juego consciente de que podrían ser sus últimos 20 minutos como equipo de ACB. Por ello, los de Pablo Pin metieron una marcha más a su juego para con un juego más rápido y agresivo que les permitió poner el 49 a 56 con el que Rodrigo San Miguel se vio obligado a parar el juego. Los maños se desajustaron claramente en su planteamiento dejando una imagen muy pobre a nivel defensivo que permitió a su rival dar un golpe, aparentemente, importante en el partido. Sin embargo, tras el momento de reflexión, Zaragoza recordó que contaba con un efectivo tan valioso como Bojan Dubljevic en sus filas. Los zaragozanos buscaron con más continuidad y seguridad a su pívot, una apuesta con la que no solo metieron en problemas al Covirán en su juego interior con un Gio Bezhanishvili con cuatro faltas, sino que también permitió llevar el marcador al 55 a 56, cifra en la que se estancó el juego durante varios minutos. Problemas ofensivos en ambos conjuntos, con un Covirán Granada solo jugando al triple. No fueron los minutos más brillantes de ninguno de los contendientes de esta batalla que se marcharía al último periodo con el 62 a 60.
Se acaba el tiempo. El descenso matemático estaba cada vez más cerca con el Casademont Zaragoza por delante en el marcador, pero este Covirán Granada se quiere aferrar a la ACB como sea. Rousselle abrió la veda de lo que fue un último periodo de esos que invitan a soñar aun con la complicada situación en la que se encuentra el equipo. El francés lideró a los suyos como ya lo hizo un año atrás ante Gran Canaria. Siempre capitán cuando más se le necesita, aunque en este partido encontró un cómplice quizás inesperado. Riccardo Visconti anotó nueve puntos consecutivos con un triple magistral final sobre la bocina de la posesión que supuso un 66 a 74 que permitió a Covirán Granada creer en el triunfo firmemente. Los rojinegros habían encontrado la vía de la victoria, la garra que siempre han necesitado y el acierto desde el tiro exterior que tantas veces se ha echado en falta. Entraron los rojinegros en bonus aun restando cinco minutos para acabar el partido, pero la experiencia en este tipo de situaciones límites siempre es un grado. Lo temblaron las piernas ni las manos a pesar de los continuos intentos de los maños por darle la vuelta al marcador e incluso a pesar de los errores que los granadinos se empeñaron en cometer cuando menos debían como una salida pésima de balón que permitió a Sulejmanovic acercar de nuevo posturas. Minutos agónicos y de infarto que Agustín Ubal quiso aplacar con un triple que levantó a todo el banquillo rojinegro. Tiró de orgullo Casademont Zaragoza, no vendería la victoria nada barata, pero a diferencia de otras muchas jornadas, en esta ocasión el Covirán no perdería en los últimos minutos del encuentro todo el buen hacer trabajado a base de coraje durante todo el encuentro. El Covirán regresa a Granada con su octava victoria de la temporada. La salvación sigue pareciendo imposible, pero las matemáticas aun dan algo de vida a los rojinegros.
Ficha del partido:
Casademont Zaragoza: Bell-Haynes, Yusta, Dubljevic, Sulejmanovic, Dimsa - quinteto inicial - Spissu, Slaugther, González, Mencía, Watson, Moreno, Muñóz
Covirán Granada: Rousselle, Bezhanishvili, Valtonen, Ubal, Noua - quinteto inicial - García, Guerrero, Aurrecoechea, Tomàs, Ndiaye, Silverio, Visconti
Parciales: 21-22; 23-22 - descanso - 18-16; 26-35
Árbitros: Fernando Calatrava - Vicente Martínez Silla - Cristóbal Sánchez Cutillas
Incidencias: partido correspondiente a la Jornada 31 disputado en el Príncipe Felipe el domingo 11 de mayo a partir de las 12:30 horas. Scott Bamforth, Gian Clavell y Sam Griffin han quedado fuera de la convocatoria del Covirán Granada
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