Recomendaciones clave para comprobar el estado de los alimentos tras el apagón

La Consejería de Salud aconseja prestar especial atención a los "altamente perecederos que requieren refrigeración constante"

Nevera comida alimentos
La seguridad de cada alimento depende de una combinación de múltiples factores | Foto: GranadaDigital
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El gran apagón vivido este lunes en España ya es historia en mayúsculas. El insólito hecho mostró algo que ya se sabía a todas luces: la dependencia del suministro eléctrico es total. La ciudadanía lo vivió con distintos niveles de preocupación, pues no se puede comparar a una persona electrodependiente con otra que 'unicamente' sufriera la adversidad de estar incomunicado. Si existe una inquietud general tras el regreso de la normalidad y son los alimentos. La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, a través de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, ha compartido este lunes diversas recomendaciones para "garantizar la seguridad alimentaria tras el apagón".

Una de las primeras claves es tener en cuenta que los frigoríficos y congeladores domésticos varían significativamente en su eficiencia. Como norma general, un frigorífico ofrece una ventana de conservación segura de los alimentos de hasta cuatro horas durante un apagón, siempre y cuando la puerta permanezca cerrada la mayor parte del tiempo posible. Una vez superado este periodo, se debe evaluar cuidadosamente el estado de los alimentos almacenados, considerando el tiempo total sin refrigeración. En cuanto a los congeladores, su capacidad para mantener los alimentos congelados durante un corte de luz es mayor gracias a la masa fría acumulada. Un congelador a media carga puede mantener los alimentos seguros durante aproximadamente 24 horas, mientras que uno a carga completa puede extender este periodo hasta 48 horas.

La seguridad de cada alimento depende de una combinación de factores intrínsecos al producto, su envasado, la higiene inicial, su fecha de caducidad o las condiciones de conservación. Sin embargo, es vital prestar especial atención a los alimentos altamente perecederos que requieren refrigeración constante. Carnes de aves, pescados, otras carnes, alimentos con fecha de caducidad mu corta que necesitan frío y las sobras de comidas son particularmente sensibles a las fluctuaciones de temperatura. Si estos alimentos se han mantenido a temperaturas superiores a la de refrigeración durante más de dos horas, se aconseja no consumirlos para evitar riesgos para la salud.

Igualmente se recomienda no probar ningún alimento para determinar si aún es seguro para el consumo. Es necesario evaluar cada alimento por separado, prestando especial atención si los consumidores son personas vulnerables, como niños pequeños, ancianos, mujeres embarazadas o personas con sistemas inmunológicos comprometidos.

Se deben desechar aquellos alimentos que presenten cualquier signo de deterioro, como olor, color o textura inusuales. Ante la menor duda sobre la seguridad de un alimento, la decisión más responsable es desecharlo. En aquellos casos en los que se decida conservar algunos alimentos tras un corte de luz, es imprescindible cocinarlos a la temperatura adecuada para garantizar la eliminación de cualquier bacteria que pudiera haberse desarrollado.

Agua de consumo humano

Por otro lado, desde la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica informan que la prolongada falta de corriente eléctrica podría haber afectado a los sistemas de suministro de agua de consumo humano. Esta situación puede derivar en falta de agua, cambios de presión, alteraciones organolépticas (olor, color, sabor), turbidez o problemas en la desinfección del agua.

Por ello, y sin perjuicio de las comunicaciones emitidas por ayuntamientos y empresas suministradoras, se han establecido una serie de recomendaciones sanitarias para la población como avisar al ayuntamiento o la empresa suministradora en el caso de alteración de la calidad y evitar su consumo directo para beber o cocinar. Si el ayuntamiento o empresa suministradora ha confirmado que el agua cumple con los estándares sanitarios, puede consumirse.

En ausencia de dicha confirmación, se recomienda, con carácter general, no utilizar el agua para beber o preparar alimentos hasta que el ayuntamiento o la empresa suministradora garanticen e informen, a través de sus canales habituales que la calidad del agua es adecuada y su correcta desinfección. El agua puede utilizarse sin restricciones sanitarias para otros usos domésticos como limpieza o higiene personal. Igualmente, hay que destacar que la Autoridad Sanitaria ha establecido controles oficiales adicionales para garantizar la salubridad del agua, con especial atención al nivel de desinfección en las distintas localidades andaluzas.







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