Agónico triunfo de un Covirán que al fin resistió los minutos finales (86-83)

Los rojinegros, que llegaron a contar con 21 puntos de ventaja, sufrieron hasta el último momento ante un Joventut que disfrutó de 40 tiros libres concedidos

Coviran Granada Joventut Badalona
Lluís Costa en su partido número 100 en la ACB | Foto: Antonio L. Juárez
Ainoa Morano
0

La octava victoria ya está en Granada. Agónico triunfo el que consiguió este domingo el conjunto rojinegro ante un Joventut Badalona que se mantuvo en el partido a base de intensidad defensiva y las faltas señaladas a su favor que le concedieron hasta 40 tiros libres. El primer cuarto fue digno de película para el Covirán Granada. Ni el mejor director hubiese firmado unos primeros diez minutos tan brillantes como los que han firmado los rojinegros ante Joventut Badalona, sobre todo, tras lo visto hace tan solo siete días ante Unicaja. Aunque no se quiera usar la palabra final, el encuentro de la jornada 27 lucía como tal. La victoria era obligada para los granadinos y para ello la implicación y la intensidad en el juego debía estar presente desde el pitido inicial. Pablo Pin apostó, una vez más, por un quinteto de mucho físico y centímetros dirigido por Lluís Costa que cumplía cien partidos en la Liga Endesa. Con Kramer empareja con Andrés Feliz y Wiley como defensor de Ante Tomic, el Covirán exprimió y ahogó a su rival desde la defensa en cada jugada.

Tras unos primeros minutos de máxima igualdad con más fallos que aciertos por parte de ambos conjuntos, una antideportiva de Pep Busquets sobre David Kramer decantó por primera vez la balanza hacia el lado rojinegro. El alemán puso el 5 a 4 desde el tiro libre, mientras que valtonen aprovechó la posesión para anotar el primer triple del encuentro. Metió calidad Carles Durán con la entrada de Shannon Evans, pero como ya expresó Porfi Fisac la pasada temporada en el Palacio, el Covirán quería más la victoria que su rival. Con el 10 a 7 comenzaron las rotaciones por parte de los de Pablo Pin, unos cambios que, a diferencia de otras jornadas, no bajaron el nivel global del equipo. El rapapolvo de Unicaja había hecho su efecto. Llegó a parar el encuentro Carles Durán, pero la superioridad del Covirán era más que evidente y casi intratable (28-14).

La primera prueba estaba superada. El inicio de los locales había sido apoteósico. El siguiente paso sería superar el bajón del segundo periodo. Arrancó el Covirán el segundo acto con la misma o incluso más energía que con la que había empezado el encuentro. El nivel del equipo estaba siendo tal que jugadores como Cheatham Christian Díaz y Felicio hicieron honor al Domingo de Resurrección con unas actuaciones que hacía demasiado tiempo que no se presenciaban en un Palacio de Deportes que respondió a pesar del mal tiempo viviendo en Granada durante todo el día. En un abrir y cerrar de ojos, los de Pablo Pin colocaron el 40 a 19 en el marcador, un resultado que hizo a muchos rascarse los ojos para comprobar que lo que estaban viendo no era una ilusión. El partido parecía sentenciado, pero Joventut supo reaccionar para que el Covirán no diese por sentada la victoria. La entrada en bonus de los rojinegros a falta de cuatro minutos para el descanso perjudicó claramente a los rojinegros en un breve momento de bajón. La Penya se reencontró con su acierto desde el triple que, junto con los puntos desde la línea de personal, dejaron el marcador en un 47 a 34 al descanso.

Con el entreacto cumplido, el Covirán debía regresar a la mentalidad y el físico que les había permitido gozar de una primera mitad casi de ensueño. Regresó el joventut con el cuchillo entre los dientes para, con un parcial de 0 a 6 de inicio, recordar a los locales que la última palabra no estaba dicha. Breves minutos de un miedo a ganar que invadió el Palacio, pero que rápidamente fue despachado para recobrar el +13 de ventaja en el marcador. Los de Carles Durán continuaron con un juego muy físico, metiendo muchas manos y sacando varias faltas al Covirán en los primeros minutos del tercer periodo. Una antideportiva señalada a Lluís Costa calentó algo más el ambiente, aunque, a diferencia de otras jornadas, esta vez el Covirán no se dejó llevar por lo que dictaminasen los colegiados. La vuelta de Kwan Cheatham a pista con cinco puntos consecutivos, llevó a Carles Durán a parar nuevamente el partido. Parecía que podría ser un último periodo tranquilo para los locales, pero las continuas faltas señaladas en contra concedieron al Joventut 16 tiros libres en tan solo diez minutos, anotando 11 de ellos y dejando el marcador en el 64 a 56 con el que arrancaría el último acto.

Un parcial de inicio de 0 a 5 tiró por tierra todo el trabajo y los logros conseguidos durante tres perIodos completos. El nivel de intensidad del Covirán se mantuvo similar durante todo el partido, quizás no su acierto, pero con 32 tiros libres en contra es difícil jugar en igualdad de condiciones, sobre todo, cuando los de Pablo Pin solo habían lanzado siete en 30 minutos de juego. Las manos comenzaron a temblar, los lanzamientos ya no entraban con tanta claridad y cada ataque se atragantaba para un Covirán que vio cómo pasaba de una ventaja de 22 puntos en el segundo cuarto a ir perdiendo de uno a falta de cuatro minutos para el final del encuentro. Con el 72 a 73, Pablo Pin paró el encuentro, la victoria que parecía tan asegurada se escapaba, una vez más, en los minutos finales. La ventaja para la Penya aumentó a los tres puntos dejando a un Palacio completamente congelado, atónito ante lo esperpéntico de los acontecimientos. Kramer desatascó la ofensiva rojinegra para el 74 a 75 a tan solo dos minutos de este agónico final. La balanza de las faltas se inclinó levemente hacia el Covirán con una antideportiva sobre Valtonen y una posterior falta sobre Lluís Costa devolvieron a los rojinegros la ventaja en el marcador que nunca le debió ser arrebatada. Minutos finales de mucho sufrimiento, de faltas polémicas, antideportivas y técnicas perdonadas, de un triple de Pau Ribas que dejaba una diferencia de un punto en el marcador a falta de 15 segundos. También de un solo tiro libre anotado de Kramer que acabó en una nueva falta para Feliz quien anotó solo uno de los lanzamientos concedidos. Una bandeja de Tomic que no entró y una antideportiva sobre Kramer que hizo justicia y dio la victoria a un Covirán Granada que la mereció de principio a fin (86-83). La moneda por fin cayó de cara. Los rojinegros supieron resistir a esos compases finales que tantas victorias le habían arrebatado. El octavo triunfo llega a Granada y la permanencia cada vez está un paso más cerca.

Ficha del partido:

Covirán Granada: Cheatham, Valtonen, Wiley, Kramer, Costa - quinteto inicial - Dimé, Felicio, Rousselle, Díaz, Tomàs, Iriarte, Barton.

Joventut Badalona: Busquets, Brodzianksky, Vives, Feliz, Tomic - quinteto inicial - Evans, Kraag, Prey, Rodríguez, Andrews, Ruzic, Cook.

Parciales: 28-14; 19-20 - descanso - 17-22; 22-27

Árbitros: Antonio Conde, Joaquín García González, Cristobal Sánchez Cutillas

Incidencias: partido correspondiente a la Jornada 27 de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes con 7.614 espectadores.