Una resonancia magnética tras la ecografía de las 20 semanas afina el diagnóstico de anomalías cerebrales

El estudio permite dar más certeza a los padres cuyo escáner de ultrasonido a mitad de embarazo mostró algún posible problema

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Foto: E.P./PIXABAY
E.P.
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Un escáner extra de resonancia magnética (RM) podría ayudar a detectar con mayor precisión anomalías cerebrales y dar más certeza a los padres cuyo escáner de ultrasonido a mitad de embarazo (ecografía de las 20 semanas de gestación) mostró algún posible problema, según un estudio publicado en 'The Lancet'.

El estudio incluyó a 570 mujeres cuya ecografía a mediados del embarazo reveló una posible anomalía cerebral en el feto. Dentro de las dos semanas de su primera exploración, se les realizó una resonancia magnética adicional, la cual aumentó la precisión del diagnóstico y reveló que casi todas las exploraciones (93 por ciento) eran correctas.

Esta información adicional ayudó a los médicos a dar un diagnóstico más preciso y asesoramiento a los padres. En comparación, la ecografía a mitad del embarazo fue correcta en dos tercios de los casos (68 por ciento). Se confirmó la exactitud de las exploraciones mediante el escaneo de los bebés después del nacimiento o por autopsia cuando se produjeron abortos espontáneos.

La prueba a mitad de la gestación es un examen de ultrasonido que se realiza entre las semanas 18 y 21 para detectar anomalías físicas importantes, como espina bífida, labio leporino y anomalías cerebrales y del corazón. Si se encuentra un problema, se remite a las mujeres a realizarse más exámenes y, en algunos casos, se les ofrece practicarles un aborto o asesoramiento. Las anomalías cerebrales ocurren en tres de cada mil embarazos y en algunos casos causan aborto involuntario o muerte fetal.

"Este estudio es el primero de su tipo y ha demostrado que añadir una resonancia magnética cuando se detecta un problema proporciona información adicional para ayudar a los padres a tomar decisiones sobre su embarazo", dice el autor principal, el profesor Paul Griffiths, de la Universidad de Sheffield, en Reino Unido. "Sobre la base de nuestros hallazgos, proponemos que se ofrezca una resonancia magnética en cualquier embarazo donde haya sospecha de que el feto puede tener anomalía cerebral", añade.

En el estudio, se les pidió a los médicos especialistas en el análisis de la resonancia magnética y las exploraciones de ultrasonido que evaluaran la confianza que tenían en su diagnóstico. La investigación también se centró en determinar cómo el resultado de la imagen por resonancia magnética (IRM) cambió el pronóstico y el consejo dado por los médicos.

En general, la resonancia magnética fue exacta en casi todos los casos (93 por ciento), en comparación con alrededor de dos tercios (68 por ciento) en el caso de las ecografías, además de corregir el diagnóstico realizado a raíz del ultrasonido en una cuarta parte de los casos (25 por ciento o 144 de 570). La IRM dio información adicional sobre la anomalía cerebral en la mitad de los casos (49 por ciento o 387 de 783).

Por ejemplo, en un caso la RM confirmó el diagnóstico de ultrasonido e identificó una anormalidad adicional. Esta información permite a los médicos dar a los padres una perspectiva más segura, reduciendo a la mitad (55 por ciento) el número de casos en el grupo de pronóstico "desconocido" y aumentando el número de embarazos que se pronosticaron como normales (135 por ciento) o "pobres" (56 por ciento).

LA RM CAMBIA LA PERSPECTIVAS DEL EMBARAZO EN UNA QUINTA PARTE DE CASOS

Los médicos coincidieron en que la exploración de la resonancia magnética adicional cambió las perspectivas del embarazo en al menos una quinta parte de los casos (20 por ciento o 157 de 783). Como resultado, modificó la manera en la que se gestionó el embarazo en uno de cada tres casos (34 por ciento o 269 de 783), con el ofrecimiento de realizar un aborto en un 11 por ciento de casos más (84 de 783) después de la RM y padres que buscaban orientación en un 15 por ciento más de casos (115 de 783).

Los médicos que usaban la resonancia magnética estaban más seguros de su diagnóstico, diciendo que tenían una "alta confianza" en el 95 por ciento de los casos (544 de 570), en comparación con el 82 por ciento (465 de 570 casos). Además, el 95 por ciento (257 de 270) de las madres dijeron que se harían una resonancia magnética si un embarazo futuro mostraba una anomalía cerebral y alrededor del 80 por ciento (227 de 277) reconocieron que la información de la exploración les ayudó a entender mejor el problema de su bebé.

Los investigadores adelantan que realizarán más análisis de los resultados del ensayo, como una evaluación económica, para confirmar si el escáner extra debe utilizarse de manera rutinaria. Dentro del estudio, dos fetos (menos del 1 por ciento de 570 casos) fueron diagnosticados correctamente por el ultrasonido e incorrectamente por la RM. Sólo se realizó una RM extra a los casos problemáticos identificados por el ultrasonido, por lo que se descartó para el estudio cualquier caso en el que una ecografía no hallara una anomalía.

"El diagnóstico exacto de anomalías cerebrales significativas tiene importantes implicaciones terapéuticas, por lo que es esencial que las herramientas empleadas para el diagnóstico prenatal sean rigurosamente evaluadas. Este ensayo apoya firmemente la opinión de que la IRM es una técnica excelente y debe incorporarse a la práctica clínica lo antes posible", subraya Griffiths.







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