Resistiré ante las maniobras (orquestadas) en la oscuridad

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A la Escuela Andaluza de Salud Pública le toca ahora resistir ante las pretensiones de algunos | Foto: J.C.M.
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Así dice la canción Resistiré del Dúo Dinámico:

Cuando pierda todas las partidas
Cuando duerma con la soledad
Cuando se me cierren las salidas
Y la noche no me deje en paz
Cuando sienta miedo del silencio
Cuando cueste mantenerme en pie
Cuando se rebelen los recuerdos
Y me pongan contra la pared
Resistiré, erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el junco que se dobla,
Pero siempre sigue en pie
Resistiré, para seguir viviendo
Soportaré los golpes y jamás me rendiré
Y aunque los sueños se me rompan en pedazos
Resistiré, resistiré
Cuando el mundo pierda toda magia
Cuando mi enemigo sea yo
Cuando me apuñale la nostalgia
Y no reconozca ni mi voz
Cuando me amenace la locura
Cuando en mi moneda salga cruz
Cuando el diablo pase la factura
Si alguna vez me faltas tu
Resistiré, erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el junco que se dobla,
Pero siempre sigue en pie
Resistiré, para seguir viviendo
Soportaré los golpes y jamás me rendiré
Y aunque los sueños se me rompan en pedazos
Resistiré, resistiré

Hoy toca de nuevo resistir, porque renunciar a imaginar un futuro en el que otra atención a la salud sea posible, es pernicioso. Así termina Juan Irigoyen, un excelente artículo sobre la extinción de la Escuela Andaluza de Salud Pública.

Todo ello pasa porque las maniobras orquestales en la oscuridad, empezaron a hacerse públicas, que no publicadas, el pasado 30 de diciembre de 2019, que con el parlamento cerrado y sólo con el registro del mismo abierto, el Grupo Parlamentario Popular Andaluz presentó en el Parlamento de Andalucía una proposición de ley destinada a la creación del Instituto Andaluz de la Salud, donde, como dice Sergio Minué, iba acompañado de términos como fusión, transformación, extinción y disolución que sin duda no son banales, ni equívocos ni intercambiables con otros diferentes.

Y como apunta Javier Segura, hablando de DESMANTELAR “Desgraciadamente, lo habitual es que los desmantelamientos se hagan con cierta nocturnidad y alevosía, es decir, intentando que pasen desapercibidos al público. Otras veces se hacen sin dar las razones políticas reales que han llevado a esa decisión, sino escondiéndola en tecnicismos, en requisitos administrativos teóricamente incumplidos, en evaluaciones manipuladas o en promesas vagas de que el organismo o el proyecto desmantelado va a ser superado por una nueva iniciativa que es mayor o mejor (en el caso de la EASP, parece ser un Instituto Andaluz de Salud)”.

Y como insiste Sergio Minué, “la extinción de la EASP como empresa pública, con su propio CIF, supone inevitablemente la pérdida de un centro colaborador de la Organización Mundialde la Salud para Andalucía, y secundariamente para España, proceso que costó varios años en obtener y que va ligado a una entidad concreta e intransferible y se basa en su trayectoria histórica; así mismo implicaría la desacreditación del Máster Europeo en salud Pública Europubhealth como título con reconocimiento Erasmus Plus ( acreditado para el periodo 2020-2025) y que la EASP realiza en coordinación con la École de Hautes Studes en santé Publique francesa, la Universidad de Rennes (Francia), La Universidad de Sheffield ( Reino Unido), la Liege Université (Bélgica), la Universidad de Maastrich ( Holanda), la Jagiellonian University of Kracow ( Polonia) y el University College of Dublin (Irlanda). También implicaría la renuncia a múltiples proyectos de consultoría y cooperación internacional con instituciones tan sospechosas como el Banco Interamericano de Desarrollo, o gobiernos tan bolivarianos como el de Chile o Brasil. En cualquier caso cabría pensar si esta comunidad autónoma y este país puede permitirse el lujo de perder estos tipos de proyectos”.

Juan Irigoyen ha escrito que “la liquidación en curso de la EASP, es un fenómeno poliédrico, susceptible de varias lecturas. En tanto que afecta a los intereses de sus profesionales y empleados, adquiere el perfil de un conflicto de interés, repetido durante tantos años en el proceso parsimonioso, constante e incremental de extinción del sector público”.

Y Rafa Cofiño, parte de la idea de que “la disolución de la Escuela es un fracaso enorme para la salud pública de Andalucía, de España y para la salud pública internacional”. En esa línea, apunta que “la Salud Pública podría tener un alto riesgo de desaparición. Aunque teniendo en cuenta que “salud pública” es un término muy amplio y que implica arte, ciencia, conocimiento y actuaciones precisaría un poco más: algunas de las estructuras administrativas e instituciones que se encargan de lo anterior -gestión, planificación, gestión, formación, investigación y práctica- de la salud pública podrían estar en riesgo de desaparición”. Y posteriormente comenta que “para evitar la desaparición de la salud pública es necesario generar entornos favorables donde pueden generarse y mantenerse estructuras de salud pública y realizar intervenciones de abogacía y defensa de la salud pública para que no pase lo que pasó en Madrid o está pasando en Andalucía y más sutilmente en otros lugares”.

Portada de un disco de Orchestral Maanouvres in the Dark. En español, Maniobras orquestales en la oscuridad.

Todo ello pasa como una maniobra (orquestada) sobre una institución como la EASP que Juan Irigoyen apunta que “La escuela se ha configurado como un territorio de convergencia entre profesionales de muy distinta naturaleza. Los vínculos entre docencia, asesoría, cooperación y otras funciones, han consolidado a esta como un espacio de cierta interlocución, inimaginable para una institución universitaria fundada sobre disciplinas fragmentadas regidas por el principio inamovible de la rigurosa separación entre teoría y práctica. La red de vínculos, regionales, nacionales y globales de la easp, tiene una consistencia considerable. Esta remite a su naturaleza de foro profesional, en el que se encuentran presentes distintas tendencias. Así se ampara a una forma de comunidad profesional que realiza”.

Y apunta Daniel López Acuña que “Como suele decirse en idioma inglés, “el diablo está en los detalles” y lo que se presenta como una racionalización del aparato sanitario andaluz en materia de investigación en salud, que podría parecer incluso razonable, esconde en realidad una acción perversa de debilitamiento de la Salud Publica en Andalucía y lleva aparejada una pérdida del capital humano, profesional, científico y sanitario que se ha construido durante tres décadas en la EASP. El texto de la propuesta de Ley supone la destrucción, de facto, del único Centro Colaborador designado oficialmente por la Organización Mundial de la Salud en Andalucía y uno de los doce que existen en España. Lo hace diluyéndola y subsumiéndola en una nueva creación que muy poco o casi nada tiene que ver con la verdadera naturaleza de la Escuela. De esta manera, al hacer desaparecer su identidad y su quehacer central, sin contar con ninguna razón de peso para hacerlo, dilapida su “marca” y su acervo institucional. La propuesta presentada por el Partido Popular de Andalucía ignora los logros de un desarrollo institucional que ha tenido multitud de logros y expresiones muy positivas de formación. cooperación internacional, investigación, innovación, consultoría nacional e internacional y fortalecimiento de los sistemas sanitarios en Andalucía, en España, en Europa, en América Latina y en otras regiones del Orbe”.

Y un presidente de una Sociedad Científica escribía “queremos transmitir nuestra rotunda oposición al Proyecto de Ley “Creación del Instituto Andaluz de Salud” que, lamentablemente, implica la “disolución” de La Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP). También nos alarma la posibilidad de que las perspectivas de salud pública, que identifica a la Escuela y que tan relevante resulta (y tanto se olvida) quede diluida en el macroorganismo que se propone. Todos estos motivos nos llevan a proponer la retirada de la Proposición de Ley por la que se crea este Instituto y sustituirlo por un debate abierto que refuerce este tesoro que la EASP representa para el desarrollo y mejora del sistema sanitario andaluz, y para la Salud Publica en España, que goza de prestigio en todo el mundo”.

A esto vale la pena añadir lo que apunta Pepe Martínez Olmos en Granada Hoy: “A Granada, la EASP le ha aportado prestigio global y una relevante inyección a la economía local (cerca de 8 millones de euros apuntaba yo en un artículo). Aún sabiendo que toda gestión es mejorable, fusionar a la EASP en una nueva organización con sede en Sevilla, con orientación conceptual y académica más limitada, con funciones diferentes y que plantea explícitamente su extinción y disolución, arroja pocas dudas de que este no es el mejor camino. Cabe dialogar y rectificar”.

Por ello habrá que resistir ante tanta maniobra de algunos, que como diría la banda británica en su canción Secret “tengo un secreto y no puedo explicarlo”.

Si por primera vez desde 2005, han podido verse en el cielo los cinco planetas visibles (Júpiter, Marte, Saturno, Venus y Mercurio) a la vez, seguro que es posible intentar parar en 2020 la extinción de la EASP. La salud pública andaluza, nacional e internacional lo necesita. Resistamos y ganemos la resistencia. Con permiso de David Broncano.

Fachada de la Escuela Andaluza de Salud Pública.







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