Renta básica universal: de lo inevitable a lo posible (II)

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Ciudadanía | Foto: Archivo GD
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Una de las principales objeciones a la Renta básica universal, suficiente, incondicional e individual es que sería inasumible con el nivel de presión fiscal actual. Normalmente, quienes están en contra se ponen las manos en la cabeza, hacen una burda multiplicación del coste individual anual por número de habitantes, y siguen con las manos en la cabeza. Pregunta típica: “¿En serio estáis proponiendo eso?”. Sí, en serio.

No hubo más remedio que rescatar a la banca. Fue inevitable. Según el Tribunal de Cuentas el rescate a la banca ha costado al menos 60.718 millones de euros, cantidad que dobla al presupuesto de la comunidad autónoma de Andalucía, la comunidad más poblada de España. El derroche fue inevitable mientras se recortaban los derechos sociales de la mayoría. Inevitable la reforma de un artículo constitucional que da prioridad absoluta al pago de ¿los servicios públicos fundamentales? No. Prioridad absoluta al pago de la deuda y de sus intereses. No se estaba rescatando a la banca, sino a quien ostenta su propiedad. ¿Desahucios? ¿Cláusulas suelo? ¡Ja! Hay quien se ha reído de la crisis. El Banco Santander obtuvo un beneficio neto de 6.204 millones de euros en 2016, un 4% más que el año anterior. La política económica blindó el negocio privado oligopolístico, también con las eléctricas, a costa de torcer nuestros derechos. Sin embargo, lo que nos transmitieron como inevitable fue una opción entre distintas opciones políticas Y si no, que le pregunten a Varoufakis.

Las formas de financiar la RBU son también opciones políticas que pueden dar lugar a resultados muy diferentes. La financiación que se propone desde la óptica neoliberal responde a la idea thatcheriana de que “la sociedad no existe”. Con esta opción, la RBU se financia a costa del gasto público social. Es decir, se desmantelarían pensiones, subsidios, educación y sanidad públicas y cada cual resolvería sus propios problemas con los ingresos que obtiene por diferentes vías, una de ellas, la RBU. Con este método de financiación saldrían ganando las compañías de seguros privadas (que, casualmente, son de la banca). Adiós a los derechos humanos y hola al “sálvese quien pueda”.

Afortunadamente hay otras formas de financiar la RBU. En 2014, Arcaróns, Domenech, Raventós y Torrens desarrollaron un detallado modelo de financiación que se puede consultar online (http://www.sinpermiso.info/textos/un-modelo-de-financiacin-de-la-renta-bsica-para-el-conjunto-del-reino-de-espaa-s-se-puede-y-es). Los autores demuestran la viabilidad de una renta básica de 7.500 euros al año en España para todas las personas adultas y del 20% a los menores de edad. La financiación de la RBU procedería de reformar el IRPF y de eliminar las prestaciones monetarias redundantes e inferiores a la RB. Con esta financiación, no se toca ninguna otra partida de gasto público. ¿Y las pensiones y los subsidios por desempleo? Afectaría solamente a los que son inferiores a la renta básica. La reforma del IRPF requeriría redistribución de la renta de sectores de altos ingresos al resto de la población, frenando el saqueo regresivo que se viene produciendo y al que tristemente se está acostumbrando mucha gente. ¿Quién saldría ganando con la reforma? La mayoría de la población, en lugar de una minoría privilegiada por amnistías, paraísos e ingenierías fiscales y que no necesita el sistema público que garantiza nuestros derechos. De hecho, el 10% más rico en España acumula el 52,8% de la riqueza y este porcentaje irá en aumento como señala Piketty en su obra. Esta financiación de la RBU perjudicaría a las personas favorecidas por entramados pensados para eludir su contribución al país que saquean.

Demostrada la viabilidad financiera de la RBU, podríamos aderezarla con un suelo de ingresos que sustituyera al suelo de gasto que nos ahoga. Podríamos aumentar la lucha contra el gran fraude fiscal porque cada persona en España está pagando entre 800 y 1.000 euros al año en impuestos de más por ese fraude que cometen otros. Podríamos reducir el fraude fiscal a los niveles que tienen los países de nuestro entorno y recuperar cerca de 40.000 millones de euros al año. ¿RBU sola? No. También es preciso fortalecer los servicios públicos fundamentales: educación, sanidad, vivienda. Es decir, dar solución colectiva de problemas sociales. La renta básica universal debe significar un paso más en cambiar el yo por el nosotros que decía Galeano.

En definitiva, existe una vía progresista para financiar la RBU. Aunque todo el mundo la recibiría, el 20% de rentas más altas tendría que contribuir más a las arcas del estado vía impuestos y el 80% se vería beneficiado por la obtención de la renta básica. Esto aumentaría la progresividad del sistema fiscal, tan perjudicada hoy en día. 8 de cada 10 personas saldría ganando con la RBU. Hay que darle la vuelta a la tortilla o nos la comeremos quemada por la parte de abajo. Es posible.







Comentarios

3 comentarios en “Renta básica universal: de lo inevitable a lo posible (II)

  1. Avatar for María José

    Carlos Manuel Arias Moreno

    Gracias por el artículo, aunque no estoy de acuerdo en pe forma de financiar. El modelo de red renta básica tan sólo demuestra su viabilidad, pero prefiero la propuesta de Varoufakis, que la pague el capital. Una tasa tobin, impuestos a la contaminación, etc. Un saludo y ánimo!

    • Gracias a tí también, Carlos Manuel.

      Admiro a Varoufakis, pero no conocía su propuesta de RBU
      Me pondré con ello!

      Abrazo a amb@s

  2. Gracias, Carmen
    Muy bien expresado y con mucha fuerza
    Voy a difundir el enlace de este artículo por las redes al máximo...

    Qué le pasó a Podemos?

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