El regreso a las aulas de la UGR desde el punto de vista docente: "La seguridad no ha sido un problema"

Dos profesores de distintas facultades dan su opinión sobre el regreso tras convivir de nuevo en clase con algunos de sus alumnos

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Universidad de Granada | Foto: Carlos Gijón
Sergio Rodríguez Acosta
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Han pasado ya varias semanas desde que la Universidad de Granada retomó la docencia presencial. La decisión derivó en un modelo mixto que ha permitido que muchos alumnos sigan desarrollando su aprendizaje desde casa, pero otros han vuelto a clase junto a sus profesores. Dos docentes de distintas facultades muestran su punto de vista del regreso a la presencialidad.

Rafael Martínez Martín, profesor titular del departamento de sociología de la UGR, señala que el regreso a las aulas ha sido “positivo” gracias a la seguridad implementada para evitar contagios. El docente explica que la docencia mixta, presencial y virtual, reduce el ritmo de asistentes a las clases, aunque asegura que los alumnos que faltan “tratan de justificarlo”.

La vida universitaria es más rica cuando la interacción personal es más directa. También es cierto que la pandemia nos ha aportado más flexibilidad y ahorro de tiempo en lo que se refiere a reuniones y otras citas como las tutorías”, manifiesta Rafael. El profesor de sociología reitera que la vuelta de la presencialidad aporta mucho al contexto de una clase.

Una de las principales peticiones por parte del profesorado universitario ha sido estar incluido lo antes posible en el proceso de vacunación contra el Covid-19. Rafael Martínez admite que estar inmunizado sería “una garantía más”, pero apostilla que es comprensible que los docentes de secundaria recibieran sus dosis previamente porque tienen más horas de clase y más alumnos dentro del aula. “Tengo que decir que la vuelta ha sido segura”, repite Rafael, que espera volver a disfrutar el próximo curso de la presencialidad de todos sus pupilos.

Raúl Amor, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, argumenta otra razón poderosa para la vuelta a la presencialidad: los exámenes. “El curso pasado vi que era un cachondeo”, asegura sin tapujos el docente, que detalla que “vi exámenes que se había copiado mal el enunciado y luego arreglado en el resultado final por arte de magia”. Cuando se tomó la decisión de recuperar la presencialidad, este profesor perteneciente al departamento de métodos cuantitativos optó por aplazar los parciales de su asignatura para que se pudiesen desarrollar de esta forma.

Raúl, al igual que su homónimo, afirma que la seguridad y la prevención no han sido un obstáculo en el regreso a las lecciones presenciales. “Sin exámenes han venido muy pocos. Hay días que dos o tres personas. Si ha habido algún contagio es fuera del ámbito educativo”, asegura. Este profesor, que puso un examen a sus estudiantes este mismo martes, explica que fue extraño ver caras desconocidas por completo. Pedir el DNI fue el camino más correcto para desarrollar la prueba.

Amor opina que hasta que se pueda recuperar la ansiada normalidad este formato es el que debe emplearse. El integrante del departamento de métodos cuantitativos reitera que las prácticas y los controles deben ser presenciales.







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