Puerta grande de Dimas Slobodeniouk en su debut en el Festival de Granada

También el lirismo al piano de Bertrand Chamayou llegó este sábado al Patio de los Mármoles, donde interpretó sus piezas siempre originales

© Festival de Granada | Fermín Rodríguez
Un momento de la actuación de Slobodeniouk dirigiendo a la Orquesta Sinfónica de Galicia | Fotos: Fermín Rodríguez
Gabinete
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El director de orquesta y violinista ruso afincado en Finlandia, Dimas Slobodeniouk, debutó este sábado en la 69 edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada. La plaza elegida fue el Palacio de Carlos V, de donde salió por la puerta grande tras dirigir de manera magistral a la Orquesta Sinfónica de Galicia, que él encabeza como titular desde 2013, y cuyos músicos se volvieron a poner frente al público por segunda vez durante este festival.

Slobodeniuk consiguió que las notas de la 1ª Sinfonía de Beethoven mostrarán la auténtica personalidad del compositor alemán. El programa contnuó con la 3ª sinfonía. la más larga de todos los tiempos, pero la obra además aporta numerosas novedades al género. Su energía rítmica, los procedimientos de desarrollo, los poderosísimos clímax, hasta la misma instrumentación (y no sólo por el añadido de una tercera trompa) hacen de la Heroica el punto de partida de una nueva forma compositiva, que será la que seguirán todos los grandes maestros románticos. No es que Beethoven desdeñe el modelo clásico, sino que lo llena de un contenido nuevo y con ello alarga casi un siglo la vida del Clasicismo.

También el lirismo de Bertrand Chamayou al piano llegó este sábado al Patio de los Mármoles del Hospital Real, donde interpretó sus piezas siempre originales y de maneras profundas y refinadas. El francés es un viejo conocido del Festival de Música y Danza de Granada tras su anterior visita en 2011 en la que también hizo disfrutar al público del Patio de los Arrayanes en 2011.

Esta vez, el artista músico galo eligió tres de los preludios de Debussy en los que el agua y la noche, la fiesta juegan un papel casi de ritual. Los reflejos de Ravel pasaron también por los dedos al piano de este músico que termió el viaje haciéndose efectivo en algunas de esas líricas piezas de los Años de peregrinaje de Liszt.

La agenda para la extensión del festival (FEX) también nos dejó, además, buen sabor de boca, gracias al concierto de fusión de ‘Los Aurora’, banda formada por los músicos Pere Martínez (voz), Max Villavecchia (piano), Javier Garrabella (bajo), Gabriel González (batería), y el bailarín Pol Jiménez. El Palacete de la Quinta Alegre fue testigo de esa fusión de las obras de Manuel de Falla, Lorca y Pedrell, en una evolución hacia lenguajes que transgreden las sonoridades tradicionales y exploran la fusión con otras estéticas, como el flamenco y el jazz.

Una jornada del festival que comenzó a las 12 del mediodía en la Capilla Real con la 'Misa de Bomba' del granadino Pedro Bermúdez, interpretados por el conjunto vocal sevillano ‘Vandalia’, que contextualizó esta pieza con el empleo de motetes y villanescas espirituales de Francisco Guerrero, uno de los mayores maestros de la época, en las secciones del Propio de la Misa.







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