Los proyectos aún pendientes para terminar con la 'Granada Frenada'

La desconexión de Granada con otros puntos de España y el extranjero han hecho mella en el tejido empresarial de la ciudad, que se resiste a sucumbir

Granada.- El AVE Granada-Madrid saldrá los domingos y festivos a primera hora de la tarde
El AVE, una de las principales peticiones para terminar con la #GranadaFrenada | Foto: Archivo
Jero Camero
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A Granada le urgen las infraestructuras. Las luchas que comenzaron a promoverse en los años ochenta, cuando la conexión ferroviaria con el nordeste de la provincia se eliminó, ha sufrido un nuevo retroceso con la pandemia. Ni tren, ni avión, ni barco. Incluso las propias autovías han llegado tarde para conectar a los granadinos y sus empresas con el resto de Andalucía y España.

El último tramo en completarse del corredor litoral de la A-7 fue el de Granada, y con mucha diferencia con el resto. Desde Algeciras hasta Francia, la costa española estaba unida por una única carretera... excepto a su paso por la provincia. Durante año no hubo ni rastro de la autovía entre Almuñécar y Adra. La dejadez de las diferentes instituciones ha penalizado a Granada y sus crecimiento. Los empresarios de toda la provincia han dicho basta y por primera vez se han unido en una sola voz para clamar por la situación bajo el lema #GranadaFrenada.

Más de 500 personas, desde pequeño comercio hasta empresas asentadas a nivel nacional e internacional, se dieron cita este lunes bajo el amparo de la Confederación Granadina de Empresarios, la Cámara de Comercio de Granada y la Cámara de Motril. No hubo presencia política en el acto, "es el momento de escuchar a los empresarios", afirmó el presidente de la CGE, Gerardo Cuerva.

Y es que la situación ha dado un paso atrás en los últimos tiempos. Se han perdido luchas que estaban ya ganadas, se ha dado un paso atrás en servicios que son esenciales para el progreso de una ciudad como Granada. No hay conexiones. Las promesas llegan de parte de uno y otro signo, pero se quedan sin cumplir o llegan tras infinidad de retrasos.

Un tren tardío y lento

La provincia no sólo se ha sentido aislada del resto de la comunidad autónoma, las propias comarcas han estado separadas unas de otras. La única unión ha llegado por carretera desde que en 1985 el Gobierno de Felipe González llevara a cabo el desmantelamiento de la línea Guadix-Baza-Almanzora. El nordeste granadino quedó incomunicado para el movimiento de mercancías a gran escala. Su vuelta es una necesidad para que las comarcas del nordeste continúen creciendo como lo han hecho hasta el momento y que puedan dar un paso más.

Conseguir conexiones ferroviarias, tanto en cantidad como de calidad, ha sido una de las luchas en las que más ha insistido la provincia en los últimos 30 años. El AVE a la capital ha llegado tarde pese a ser una de las ciudades que más visitantes reciben al año. La difícil orografía del territorio granadino ha sido la excusa esgrimida por muchos años para no aliviar la desconexión que sufre la provincia.

Granada no solo tiene el AVE más lento de España, si no que también tiene pocos servicios pese a ser la sexta ciudad en cuanto a viajeros, según las encuesta de ocupación hotelera. Solo cuatro conexiones diaria con Madrid y dos con Barcelona. Para llegar a la capital se tarda nada más y nada menos que 3 horas y 26 minutos. El viaje desde Alicante, estando casi a la misma distancia en kilómetros, tiene una duración de casi una hora menos. El drama es mayor, incluso, si se toma como referencia Barcelona. Visitar la Ciudad Condal desde Granada en tren son más de seis horas de viaje.

Y no se puede hablar de trenes sin poner el foco sobre el corredor Mediterráneo. Un déjà vu, como en la época de la A-7. Por dónde pasara el tren se ha convertido en uno de los puntos centrales de la creación de esta nueva infraestructura. La principal intención es que desde Málaga conecte con Granada y que luego siga hacia Moreda y Guadix. El enlace con el Puerto de Motril, en cambio, se produciría con un ramal desde la capital. Todo esto, aún sobre el papel.

El famoso tren a la costa, otra de las grandes reivindicaciones de Granada que se incrementó con la llegada del nuevo siglo. Una unión ferroviaria, de pasajeros y de mercancías, que pudiera facilitar la conexión del mar y la montaña, aprovechando la dualidad que tiene la provincia en cuanto a dos de los segmentos principales de turismo. Sin embargo, una vez más, la orografía complicada y la alta diferencia de altitud en relativamente pocos kilómetros dificulta la realización de este proyecto.

Motril, un puerto 'encallado' ante Málaga

Mientras todas estas mejoras llegan o no, lo que sigue sufriendo es el Puerto de Motril. El que debería ser uno de los principales enclaves para la llegada del turismo a Granada ha recibido revés tras revés. Durante muchos años se ha bloqueado el crecimiento del puerto, para mercancías y para la entrada de grandes cruceros.

Es el único puerto grande de la red mediterránea que no tiene conexión ferroviaria, lo que encarece mucho el coste de envío de mercancías hasta el muelle. Son muchos los comerciantes granadinos que eligen, por operatividad, volumen y economía, las opciones de Valencia, Málaga o Algeciras antes que la opción que tienen más cerca de casa.

Tampoco es un puerto atractivo para el turismo debido a su escasa infraestructura. Los Gobiernos central y autonómico se han focalizado mucho en el crecimiento del puerto de Málaga, lo que al cabo del tiempo se ha transformado en malos números para la ciudad. Son muchos los viajeros que desembarca en la ciudad vecina y cogen un autobús para sólo visitar la Alhambra y volver. No realizan gasto en la ciudad, más allá del que tengan en el monumento. Un problema que se suma al de la pérdida de pernoctaciones por la reducción de varias líneas de vuelo.

Menos vuelos, menos pernoctaciones

Tampoco se puede hablar de la desconexión de Granada sin que el Aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén tenga un apartado propio. Se tardado mucho en tener conexiones internacionales y muchas de estas se perdieron durante la pandemia, aunque no solo del turismo extranjero sobrevive la ciudad.

Si Granada se quiere posicionar como una de las principales ciudades en cuanto a generación de tejido empresarial es necesario que el aeropuerto tenga suficientes líneas que hagan atractivo el viaje al comerciante. Ni siquiera con la capital española la ciudad cuenta con el flujo necesario de aviones.

Para poner un poco la situación en contexto, Granada recibe más dos millones de viajeros, según la encuesta de ocupación hotelera de 2019, mientras que Bilbao suma menos de uno. Granada cuenta con tres aerolíneas operando a ocho destinos y dos vuelos directos a Madrid. En cambio, en la ciudad vasca son 16 compañías, 30 destinos y seis viajes diarios directos a la capital.

Para más inri, Granada perdió el vuelo que salía a las 7.00 con dirección al centro de la península, lo que hace que la ciudad pierda pernoctaciones de hombres de negocios, turismo de congresos y un sinfín más de actividades. Personas que ante la urgencia de tener que estar en su siguiente destino a primera hora de la mañana no pueden esperar a que el primer vuelo que sale hacia Madrid salga a las 13.00 horas.

Granada pierde, Granada está frenada. Ya lo reivindicaron el lunes los más de 500 empresarios reunidos en la ciudad para clamar por las infraestructuras que necesita la ciudad para no quedar a la cola del resto.







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