El polen del ciprés llegará a niveles extremos en marzo en Granada

Los alergólogos alertan de que la escasez de lluvias y la contaminación harán que suframos los síntomas hasta verano

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Granada se sitúa en nivel extremo de polen del ciprés | Foto: eltiempo.es
Patricia Vázquez
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Sus señales son claras: nos pican la nariz y los ojos, tenemos tos y congestión o nos pasamos todo el día estornudando. Si se producen en invierno, hay quien puede llegar a confundirlos con un resfriado, pero es la temida alergia. Las personas que la padecen casi no quieren oír hablar de que ha llegado este mes de marzo. Sin embargo, cada vez es más frecuente que en enero y febrero ya comiencen los temidos síntomas entre los granadinos.

¿El motivo? Que durante esos meses tiene lugar la floración del ciprés, un árbol que invade el Albaicín, Fuente Nueva, el Campo del Príncipe y muchas avenidas y casas del área metropolitana. De hecho, la provincia lleva ya varias semanas en niveles rojos por los niveles de polen de esta planta cupresácea.

Y lo que queda por delante, ya que, a pesar de que según las previsiones vamos a tener una primavera con niveles de polen similares a los de otros años -que llegaron a más de 500 granos de polen de ciprés por metro cúbico de aire en Granada-, muchos de los afectados por las alergias respiratorias van a mantener los síntomas hasta bien entrado el mes de julio.

Así lo ha confirmado a GranadaDigital el alergólogo Rafael Mayorgas, quien lo explica de la siguiente manera: “En febrero hemos tenido picos muy altos de polen de ciprés, que se mantendrán todavía en marzo aunque más bajos. En mayo y junio se produce la polinización del olivo y la de gramíneas, pero como cada vez es mas frecuente que haya pacientes que tienen alergia a varios pólenes estas personas van a mantener los síntomas hasta que llegue el verano”.

De hecho, según Mayorgas, aunque no se alcancen niveles de polen excesivamente altos, las molestias sí que pueden llegar a ser más fuertes, ya que “el umbral de respuesta va disminuyendo a lo largo del tiempo”, lo que significa que “conforme pasa el tiempo de estar en contacto con polen, se necesita menos para presentar indicios”, por lo que “hasta julio pueden ser de intensidad suficiente como para que tengan limitación en su calidad de vida en dicho periodo”.

“Cuando va a llegar la primavera, siempre nos preguntan por cómo se va a presentar. La respuesta fácil sería decir que la primavera va a ser muy dura, pero lo cierto es que ya llevamos varias semanas con niveles de polen de ciprés elevados. Además, generalmente inviernos y otoños lluviosos suelen ir seguidos de una época posterior de polinización intensa. Al igual que el año pasado, venimos de un invierno poco lluvioso y cálido. Es difícil saber lo que va a llover en primavera, pero si llueve poco en primavera como el año pasado, tendremos niveles suficientemente altos de gramíneas y olivo como para producir síntomas, pero sin ser tan elevados en comparativa como los que estamos teniendo de ciprés durante las últimas semanas”, explica Mayorgas.

Los efectos de la contaminación

Como reconoce este experto, el problema es mayor para los alérgicos residentes en las ciudades, ya que al efecto de los pólenes se le suma el de los agentes contaminantes de vehículos y calefacciones.

“Las partículas de diésel aumentan la alergenicidad de los pólenes. Eso unido a la falta de lluvia que hace que se mantengan estas partículas de diésel, con polen y polvo en suspensión en el ambiente por mucho tiempo, y al incremento de temperaturas en periodos que deberían ser mas fríos hace que los periodos de polinización sean más largos y, por tanto, los pacientes con alergia que sufren más”, apostilla.

¿Resfriado o alergia?

Hay quien llega a confundir los síntomas de la alergia con un resfriado común. Como apunta este alergólogo granadino “en la alergia la mucosidad es clara como agua, no hay fiebre ni dolor articular y, además, es frecuente el picor y lagrimeo de ojos que dura semanas. En los catarros la mucosidad es más espesa y de coloración amarillenta o verdosa y puede aparecer fiebre y dolor articular que desaparece en pocos días”.

Para prevenir estas molestias, además de evitar las salidas al campo o a los parques durante estos meses, Mayorgas recomienda “ventilar el domicilio a mediodía y no más de 10-15 minutos, limitar las salidas a la calle en días de viento y soleados. utilizar gafas de sol y mascarillas y realizarnos lavados nasales y oculares con frecuencia para eliminar los restos de polen acumulado”.







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