Peiró, un técnico rojiblanco de categoría

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El Granada de la 86-87 que con Peiró en el banquillo derrotó al Linense 1-0. Ignacio, Lina, Pedro, Espejo, Del Moral y Castillo; Roberto Valverde, Manolo, Miguel, Ramón y Peso | Foto: José Luis Ramos
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Mientras nuestro mundo ha quedado paralizado y esta maldita peste nos deja desarmados y nos obliga a observar el toque de queda, noticias tristes llegan de Madrid: aunque no por causa del bicho, ha muerto a los 84 años Joaquín Peiró Lucas, un nombre de gran importancia en la historia del fútbol español y en la del Granada CF puesto que es el cuarto (según unas fuentes, el tercero según otras) entrenador que mayor número de partidos dirigió a los rojiblancos en toda su historia, 112, sólo superado por Joseíto, Lucas Alcaraz y Cholín, cuarto puesto en un ranking con 91 nombres que se convierte en segundo si miramos sólo los partidos de la categoría 2ª B (superado por Lucas Alcaraz). La rareza de los momentos que vivimos obligará a que a su funeral apenas puedan acudir unos pocos en el mejor de los casos.

Su época como jugador es la de los años cincuenta y sesenta. Formó un ala izquierda legendaria en el Atlético de Madrid junto a Enrique Collar, a la que los plumillas deportivos de la época, tan aficionados a nombres rimbombantes, bautizaron como “ala infernal”. Era un fino y rapidísimo (el galgo del Metropolitano le apodaban) interior izquierdo que muy joven alcanzó la internacionalidad absoluta y dejó una importante suma en las arcas colchoneras cuando en 1962 fue traspasado al fútbol italiano, donde cosechó los mayores triunfos de su carrera profesional como jugador.

La primera vez que apareció Peiró por Los Cármenes lo hizo en las filas del Murcia, donde con 19 años jugaba cedido por el At. Madrid. Fue el domingo 20 de marzo de 1955, faltando cuatro jornadas para concluir una liga en la que los pimentoneros se proclamaron campeones del grupo II o Sur y ascendieron a primera. Aquella tarde, con las gradas del viejo campo a rebosar a pesar de la abundante lluvia que cayó, el Granada que entrenaba Lelé ganó 3-1 con dos goles del "Biscúter" Rodríguez y otro del granadino Cea, consiguiendo Peiró el de los murcianos de un magnífico disparo cruzado desde bastante distancia, un gol que tiene su historia porque fue el penúltimo (el que hacía 24) de los solamente 25 que encajó Candi en toda la liga (30 jornadas) y que le valieron a los rojiblancos la conquista de la Copa Duward al equipo menos goleado de segunda (también lo fue de primera). El Granada acabó tercero y jugó liguilla de ascenso, pero sin premio.

Volvió a tener cierto protagonismo en la historia rojiblanca en la temporada 1959-60, ya en primera, en el partido que el Granada ganó al At. Madrid en el Metropolitano 0-2, la única victoria de los nuestros en campo atlético. En aquel partido fue Peiró expulsado en unión de Vázquez por agredirse mutuamente ambos, aunque la prensa local dijo que Vázquez no había hecho nada, pero lo cierto fue que al granadinista le cayeron cuatro partidos por solamente dos al atlético.

Joaquín Peiró en una colección de cromos 58-59

Tras retirarse ocupó muchos años distintos banquillos de las secciones inferiores del At. Madrid y dirigió al filial colchonero, el At. Madrileño, al que ascendió a segunda y entrenó en los primeros años ochenta en la categoría de plata. A Granada llegó como míster fichado por Candi en uno de esos momentos críticos que abundan en la historia rojiblanca en los que está muy en el aire la propia existencia de la entidad incluso a corto plazo, el verano de 1985. El Granada estaba recién descendido a 2ª B y arrastraba una deuda de 500 millones de pesetas aproximadamente -una barbaridad- y encima tenía sus ingresos embargados por anteriores directivos. Todo aquél que pudo había huido previa denuncia ante la AFE de sus contratos impagados. Casi sobre la campana y gracias a la ayuda de la que se llamó Diputación de los Catetos, con Ernesto Molina como cabeza visible, vía Caja Provincial (posteriormente absorbida por Caja Granada) se obtuvo un crédito de 35 millones que evitó un descenso administrativo a tercera que seguramente hubiera supuesto la defunción del GCF. En ese contexto y teniendo que improvisar las primeras alineaciones echando mano de algunos futbolistas que ya estaban retirados (Antonio Díaz Vaquerizo, el portero Miguel), empezó una liga especialmente comprometida en la que descendían del octavo para abajo debido a la reestructuración prevista por la que de dos grupos en 2ª B se pasaría a uno solo. A pesar de que la primera victoria no llegó hasta la jornada nueve y de que el equipo rondaba el farolillo rojo, seguramente más fruto del caos organizativo que imperaba en el club que de otra cosa, no fue Peiró despedido y así, con su buen trabajo, pudo el equipo rojiblanco remontar hasta el liderato del grupo durante unas pocas jornadas, acabando la temporada a salvo, en el puesto séptimo.

Su cordura y buen hacer le valieron la renovación y ya sin tanta improvisación, en la 86-87, con intervención directa del técnico en la confección de la plantilla, en especial del goleador catalán Manolo, que vino a Granada gracias a su amistad personal con Peiró, el Granada realizó una gran temporada en aquella 2ª B de un solo grupo en la que siempre estuvo clasificado entre los cuatro primeros y consiguió el ascenso directo a 2ª A en La Romareda ante el filial zaragocista, una jornada antes de concluir la liga.

El míster Peiró, su segundo Macanás, el torero Espartaco, el fotógrafo Julio Pedregosa y el periodista veleño Jesús Hurtado Navarrete en una sesión de entrenamiento en el Llano de la Perdiz, noviembre de 1986.

El ascenso le valió la renovación para la 87-88 y de esa forma Peiró es uno de los rarísimos casos en la historia del Granada CF de entrenadores que estuvieron tres temporadas seguidas al frente del equipo, solamente Lucas Alcaraz, Cholín y Fabri pueden decir lo mismo, aunque ninguno consiguió completar las tres temporadas. Todo empezó de maravilla en la 87-88 pero la locura Maradona trastocó toda la vida del club, que entró en barrena y fue perdiendo puestos en la tabla, cosa que le costó el puesto a Peiró, despedido después de jugarse la jornada 23. La defenestración del sabio Peiró no hizo sino empeorar las cosas y así del puesto 16º y -3 cuando se marchó, pasó el Granada a terminar la liga en el puesto 19º y con -11, descendiendo a 2ª B dos jornadas antes de concluir la liga, iniciándose entonces la larguísima travesía del desierto para el Granada CF que duró hasta 2010, cuando el apellido Pozzo irrumpió por estos predios.

En la olla de grillos que era el Granada de la 87-88, los que tomaban las decisiones no midieron las consecuencias de lo que cualquier aficionado veía claramente, y era que el único que podía haber enderezado la marcha del equipo era precisamente Joaquín Peiró, al que despidieron porque «era blando con la plantilla», manifestó a la prensa local el presidente Alfonso Suárez, a lo que contestó tiempo después el propio Peiró que Suárez es «un auténtico veleta» al que ciertos personajes condicionaron para echarlo, y «que es (Suárez) la ignorancia deportiva personificada».

En una de sus últimas visitas a Granada, agosto de 1998, recién incorporado al Málaga y disputando a partido único el XXVI Trofeo Granada frente a los nuestros, lo recordamos en la banda del nuevo Los Cármenes discutiendo con gran alarde de braceos con aquel vehemente técnico que era Chaparro sin que la cosa pasara a mayores, todo motivado por la excesiva dureza de algún rojiblanco en la disputa de la copa agosteña que ganó el Granada en los penaltis tras terminar el partido en empate a un gol.

En la historia del Granada ocupa Peiró por derecho un lugar de honor, y además de para el granadinismo, Joaquín Peiró es un nombre muy querido para las aficiones de Atlético de Madrid, Murcia y Málaga, siendo la capital de la Costa del Sol el lugar donde consiguió sus mayores éxitos como entrenador: un ascenso a primera y la conquista de la Intertoto además de clasificar al equipo para la UEFA.

Caricatura de Peiró aparecida en 'Ideal'.







Comentarios

2 comentarios en “Peiró, un técnico rojiblanco de categoría

  1. Avatar for Jose Luis Ramos

    José Luis Entrala

    Perfecto ejemplo de sintetizar el recuerdo de un entrenador, con amenidad y veracidad histórica. Un abrazo virtual

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