Con permiso

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¿Dan ustedes su permiso? Si me lo permiten voy a irrumpir en sus vidas cada dos semanas aproximadamente. Ya lo hice, y sin su beneplácito, día arriba o día abajo, hace algo menos de una semana. Siento mucho si fue sin avisar. En ningún momento pretendí abusar de su confianza sin antes haberme presentado. Mi intención es, si ustedes me lo consienten, asomarme a sus vidas a primeros y a mediados de cada mes. Como en todo buen comienzo, se necesitarán esos pequeños ‘ajustes’ para la puesta de largo de esta mi sección que hago suya también desde este mismo instante. Podrán leerme, pero también ‘escucharme’ ya que los artículos que aquí se publiquen por escrito tendrán la posibilidad de ser oídos (milagros de la tecnología) sin tener que estar pegados a la pantalla del móvil, portátil u ordenador de sobremesa.

Como quizás hayan podido imaginar por lo desconocido de mi nombre, soy un simple ciudadano, presumo que como la mayoría de ustedes. Soy granadino de nacimiento y, para afinar más, aún les puedo decir que de Huétor Tájar. Con inmenso orgullo, puedo proclamar que mi padre entregó 30 años de su vida laboral a este pueblo y que sus vecinos, agradecidos como pocos, se los supo recompensar nombrándolo hijo adoptivo del mismo y otorgando su nombre a una de sus calles.

A mí me ‘tocó’ nacer allí.

Puedo decir también que presumo de ser mallorquín de adopción. Un trozo grande de mi corazón está en aquellas tierras. Desde muy temprana edad marché a las islas, como tantas otras familias de la península lo hicieron en los años 60, con mis padres.

Muchos de mis hermanos y hermanas, cuan avanzadilla de exploradores, estaban ya allí. Fue más por motivos familiares que de trabajo el cambio de residencia familiar. En Mallorca pasé una feliz infancia y llena de buenos momentos para luego retornar a Granada en mi adolescencia con la ya jubilación de mi padre.

Mi infancia, ese periodo de tiempo en el cual se forja gran parte de nuestra futura personalidad, transcurrió en Mallorca entre amigos, colegios, estudios, playas y partidillos de fútbol sabatinos, muchos partidillos de fútbol.

Soy el último de 11 hermanos y ya con 57 años podrán ustedes presumir que falten algunos de ellos, lógicamente por la diferencia de edad entre la mayor y este servidor. Mis ‘hermanos’ de juegos fueron mis sobrinos y sobrinas que rondaban mi misma edad ya que, además de ser el último de todos los hermanos, vine con algunos años de diferencia con respecto a la que me precede.

Quizás algún día les hable y profundice algo más sobre todo esto.

Como les decía, soy un ciudadano normal y de los que están al pie del cañón. Me levanto todos los días temprano, y aquí tendría que añadir tal y como está el panorama, ‘afortunadamente’ para cumplir con mi trabajo. No ostento ningún cargo público ni políticamente notorio. Tampoco soy pues ninguna ‘carga’ pública, haciendo un poco de broma con los términos y el doble sentido.

Quiero decirles con todo esto lo que le dije a mi director la primera vez que hable con él: “No soy escritor ni periodista, no me dedico al arte de escribir ni vivo de ello. Mi camino profesional va por otros derroteros y está dedicado a otro ‘arte’ totalmente diferente, la informática. Escribo por puro placer y afición”. Desde aquí vaya mi agradecimiento a su persona por esa confianza depositada en este que escribe al darme un espacio en GranadaDigital.

En otro orden de cosas, es posible que alguno de ustedes tenga curiosidad por saber por qué mi sección se llama así, ‘Contra esto y aquello’. Yo se lo explico gustosamente. Este es el nombre de una colección de artículos del incomparable don Miguel de Unamuno en los que sus opiniones tocan la mente primero para luego alojarse en el corazón. Son una crítica con sentido. Y esa pretendo que sea la razón de ser de mis artículos. Si a esa crítica le añadimos un cuestionar todo desde el sentido común, ya tenemos la obviedad del título.

Espero entretenerles, pero sobre todo, no aburrirles. Mi propósito no es otro que el de ser ameno, cercano, distraerles mientras dure la lectura de estos artículos. Quisiera transmitirles vivencias, estados de ánimo, opiniones y algún que otro sentimiento, escondido o no, que pueda aflorar a la superficie de estas letras. No pretendo enseñarles nada, al contrario, me gustaría aprender mucho de ustedes.

Pero sobre todo, y ahora sí voy a tener el atrevimiento de pedirles algo ya el segundo día de habernos conocido, quisiera su comprensión y tolerancia hacia mí, hacia mi estilo o forma de redactar en caso de que no sea de su total agrado. Yo les prometo poner todo de mi parte para hacerlo lo mejor posible.

Ojalá me tengan que ‘soportar’ durante mucho tiempo, eso sería una muy buena señal.

¡Ah, se me olvidaba! También me gustaría pedirles otra cosa, para mí muy importante, y es su opinión y participación, por favor, sobre los temas y asuntos que plasme en mis artículos y que se les puedan plantear o suscitar al respecto de los mismos… ¿Se animan?







Comentarios

6 comentarios en “Con permiso

  1. Avatar for GranadaDigital

    José Luis Jiménez

    Por mi parte, tienes todas las bendiciones.
    Sigue así, me encanta tu estilo.

  2. Maravillosa la forma de escribir que tiene, siga publicando estos pequeños escritos que nos amenizan y agradan leer. Mi más enhorabuena por traer un escritor así al periódico

  3. Será un placer seguir leyendo sus artículos, y compartirlos.
    .

  4. Un relato muy ameno y espero que dure mucho tiempo

  5. Ante todo mi más profunda enhorabuena, por tu apertura en la presentación. Conozco algo a este escritor, desde antes que publicara en esta sección, y doy fe de su gran talento para expresar emociones, opiniones, sentimientos, etc en palabras. ¡ Llegan, vaya si llegan! Un gran don saberlo sentir y ordenar adecuadamente, para que al expresarlo en palabras, el lector se sienta casi formar parte de la historia. Desde aquí, sólo espero que siga teniendo por mucho tiempo la ocasión de hacernos disfrutar de esos rincones que forman parte de una vida. Él, por supuesto sentirá satisfacción al hacerlo, y más aún, si puede compartir su talento sabiéndose reconocido.
    Un saludo desde la tierra que te vió crecer....

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