Audacia para alcanzar el éxito profesional

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"Ser audaz es algo que va mucho más allá de ser valiente o tener coraje", reflexiona Joan Carles March en su nuevo artículo | Foto: Remitida
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El médico de familia del centro de Salud de Almanjáyar, Miguel Melguizo, habló en el acto en homenaje sobre Lorenzo Arribas y lanzó la palabra, entre otras, que marcaba el trabajo del médico de familia del centro de salud de La Chana y gran montañero, fallecido hace un año: audacia.

La audacia sirve para llegar más lejos, tanto en la faceta personal como, sobre todo, en la profesional. Ir más allá es la clave en algo que consiguen los más valientes.

Audacia significa ser osado y atrevido, los dos términos que definen a una persona audaz, requisitos imprescindibles de los líderes con h-alma, basado en el heroísmo que sustentan sus acciones y en el coraje y talento, para que esos directivos sean capaces de emprender acciones poco comunes sin temer las dificultades o el riesgo que implican.

Y no es poca cosa, porque quienes combinan esta cualidad, la audacia con el buen juicio alcanzan el éxito profesional y se convierten en líderes extraordinarios.

¿Quién es realmente una persona audaz?

Una persona audaz es aquella que tiene la capacidad para emprender nuevos retos sin miedo a las dificultades o riesgos que implican.

Ser audaz es atreverse a salir de la zona de confort para enfrentarnos a situaciones completamente desconocidas que nos harán crecer como personas.

Ser audaz es algo que va mucho más allá de ser valiente o tener coraje.

Ser audaz significa tomar decisiones cuando nos invade la incertidumbre.

Ser audaz es atreverse a vencer el miedo que nos inmoviliza y seguir nuestros sueños aunque las circunstancias no nos acompañen.

Ser audaz implica atreverse a cuestionarnos todo lo que damos por sentado, formarnos nuestra propia opinión del mundo donde vivimos y asumir que no tiene que ser necesariamente igual a la del resto.

En definitiva, tener audacia implica tomar el control de nuestra vida, es la fuerza que nos hace atrevernos a reclamar el respeto que merecemos y a decir NO cuando no estamos convencidos de hacer algo.

¿Qué hace una persona audaz?

El primer paso para convertirnos en personas más audaces y valientes es hacernos algunas preguntas para identificar nuestros miedos y debilidades.

¿Qué es lo que tememos?, ¿qué nos da miedo?, y en caso del trabajo, ¿qué debilidades tenemos?.

Y ¿cuáles serían las respuestas a estas preguntas?. Es importante convertirnos en personas más abiertas al cambio y a las nuevas experiencias, y es entonces cuando todo esto se convierte en el motor necesario para ampliar nuestros límites, mejorar nuestra productividad y dar rienda suelta a la creatividad, tanto en el ámbito personal como profesional.

Y durante este proceso, surgen nuevas oportunidades, crecemos como personas y nos sentimos bien. Tener audacia para salir de nuestra zona de confort ofrece una increíble sensación de empoderamiento y nos permite convertirnos en personas más confiadas y seguras de nosotras mismas.

En términos neurocientíficos, existe también una bioquímica de la audacia. La ciencia ha descubierto que las conductas de exploración y las expectativas positivas incrementan los niveles de dopamina en la sangre, lo que produce sensación de euforia y placer. Esto significa que la audacia, acompañada por pensamientos optimistas, resulta emocionalmente gratificante. Estas son algunas de las claves del éxito.

¿Cómo ganar la confianza que nos permita ser audaz? ¿Cómo podemos adquirir las claves de la audacia?

Nadie nace siendo audaz, pero podemos aprender a serlo a medida que crecemos.

Es evidente que podemos adquirir esas claves con confianza en nosotros mismos que nos permita creer que somos capaces de conseguir nuestras metas y nos anime a ponernos manos a la obra.

Para desarrollar esa audacia, los pasos a realizar son:

  1. El primer paso es determinar nuestras principales capacidades y cualidades
  2. Descubrir nuestros puntos fuertes y
  3. Aprender a valorarnos un poco más
  4. Adoptar una actitud positiva y ganadora, clave para fortalecer la confianza en nosotros mismos y reforzar nuestra autoestima.

Para ello, es necesario plantearse pequeños objetivos e ir a por ellos. Esto nos permitirá abandonar el círculo vicioso de la frustración y comenzar a ver nuestra vida a través de un prisma diferente. Entonces, estaremos preparados para cambiar ese hábito del que siempre hemos querido deshacernos o enfrentar esa situación incómoda que hemos mantenido a raya. Y, a medida que nos vayamos poniendo a prueba y alcanzando objetivos más ambiciosos, nuestra autoconfianza irá aumentando.

Eso sí, es importante no presionarnos demasiado proponiéndonos metas demasiado audaces, lo ideal es comenzar planteándonos pequeños objetivos. Y tener en cuenta que, como todo, la audacia debe tener límites para no caer en la temeridad. No es igual apostar una cantidad, que apostarlo todo. El riesgo calculado es la estrategia de quienes son valientes aunque también inteligentes.

Todos podemos aprender cómo ser más audaces en la vida para abandonar nuestra zona de confort y lanzarnos a vivir nuevas experiencias que nos permitan crecer. La mejor forma de hacerlo sin miedo a equivocarnos es seguir estos consejos:

  • Elegir objetivos que realmente nos entusiasmen. Tener un buen motivo es un gran aliciente para ayudarnos a enfrentar nuestros miedos y atrevernos a hacer lo que nunca antes hemos hecho. A fin de cuentas, convertirnos en personas audaces no es una excusa para hacer locuras, es hacer cosas que pueden parecer una locura para cumplir nuestros sueños.
  • Enfrentar nuestros miedos. El miedo a salir de la zona de confort es la principal barrera que debemos vencer. Ese miedo a fracasar, a ser vulnerable, a ser rechazado por los demás o a perder el control sobre los acontecimientos puede llegar a ser paralizante y generar una resistencia al cambio. Sin embargo, cuando nos enfrentamos a esos temores y somos capaces de superar la ansiedad que genera salir de nuestra zona de confort, nos damos cuenta de que el miedo anticipatorio era mucho mayor que el real.
  • Abrazar el cambio y el crecimiento. Para convertirnos en personas audaces no solo es importante salir de nuestra zona de confort, sino desarrollar una mentalidad de crecimiento. Comenzar a percibirnos como alguien/es en permanente cambio, lleno/s de potencialidades por explorar y dispuesto/s a crecer a cada momento.
  • Expander nuestros horizontes. Aprender a romper nuestras barreras y expandir nuestros límites es clave. Para ello, es importante plantearnos nuevos desafíos que realmente nos motiven y encuentren la mejor manera de llevarlo adelante o pensar en algo que siempre hemos querido aprender y dedicar unas horas a la semana a ello.
  • Respetar nuestro propio ritmo. Está bien dar grandes pasos audaces, pero dar pasos pequeños y metódicos también está muy bien. Aprender a ser más audaces no significa actuar de manera imprudente y proponernos metas demasiado altas, sino ir paso a paso. Así podremos avanzar sintiéndonos más seguros, a la vez que aprovecharemos cada experiencia para aprender de nuestros errores y aciertos antes de seguir adelante.
  • Por tanto, la audacia nos da coraje y fuerza de voluntad. Es ese impulso vital capaz de abrirnos camino, de ensanchar perspectivas y sortear dificultades. Hay además en esta virtud cierta pincelada de osadía. Porque es necesario aprender a atreverse, a reclamar con respeto lo que merecemos, a esforzarnos cada día más por aquello que se necesita y desea.

Las personas, por término medio, somos muy resistentes al cambio… de la misma manera que nos condiciona el miedo. Por tanto, es aquí donde entra en valor una capacidad que todos podemos entrenar y potenciar.

Y eso dignifica hablar de la audacia. Se trata de ese valor personal que nos hace ganar en confianza, que moviliza recursos internos para alcanzar metas y afrontar adversidades.

Sabemos que el coraje requiere perder momentáneamente el equilibrio. Ahora bien, no atreverse implica tarde o temprano perderse a uno mismo. Aprendamos a despertar este valor, concedámonos el permiso de ser un poco más audaces entrenando estas dimensiones.

Y utilicemos las 4 claves para despertar nuestra audacia:

  1. Ante la incertidumbre, tomar decisiones
  2. Cuestionemos y pensemos diferente
  3. Responsabilicemos de nosotros mismos
  4. Expandamos nuestros horizontes

Cuatro claves que nos pueden llevar a que la audacia ayude a conseguir objetivos difícilmente conseguibles.







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